Cuando Rajoy defendía la “imposible” igualdad social

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"En el caso de un estudiante de pocos recursos, que se esfuerce y no llegue a ese 6,5 quizás la pregunta es si está bien encaminado o tendría que estar estudiando otra cosa". Esta frase, pronunciada el lunes por el ministro de Educación, José Ignacio Wert, en TVE levantó ampollas en el PP y en el Gobierno. Era la gota que colmaba en vaso. No era un secreto que los últimos movimientos del titular de la cartera de Educación no gustaban en las filas conservadoras. Pero que en un momento tan delicado en lo económico se hicieran declaraciones de este tipo no ayudaba nada. El enfado fue creciendo a medida que pasaba el día, los barones comenzaron a presionar a Rajoy y 24 horas después, Wert tenía que anunciar que reconsideraría el polémico corte para acceder a las ayudas universitarias.

Más que la nota en sí misma, lo que escuece en el PP y en el Gobierno es la “insensibilidad y frialdad” con la que el ministro había planteado el debate. “No puede expulsarse a la gente del sistema educativo por sus orígenes. Es un retroceso de siglos: los ricos estudian, los pobres no pueden”, reflexiona un diputado.

El PSOE ha aprovechado esta mañana este malestar interno en el PP para poner a Rajoy frente al espejo. La encargada de ello ha sido la portavoz en el Congreso de los Diputados, Soraya Rodríguez. “¿Por qué esta reforma educativa que quiere que los alumnos con menos renta abandonen la universidad?”, preguntó al presidente del Gobierno al tiempo que le recordaba la existencia de “artículos” publicados en prensa en los que Rajoy parece estar muy cerca de Wert en lo que tiene que ver con estos postulados.

Los artículos, efectivamente, están en la hemeroteca. Corría el año 1983. 4 de marzo. Un Rajoy diputado por Alianza Popular (AP) en el parlamento gallego escribía un artículo de opinión titulado “Igualdad humana y modelos de sociedad” en el Faro de Vigo. En este, el ahora presidente del Gobierno añade unas reflexiones sobre un libro de Luis Moure Mariño (“La desigualdad humana”) que, a su juicio, “constituye una prueba irrefutable de la falsedad de la afirmación de que todos los hombres son iguales”.

El claro tono clasista del escrito del presidente llega en este párrafo: “Ya en épocas remotas –existen en este sentido textos del siglo VI antes de Jesucristo– se afirmaba como verdad indiscutible, que la estirpe determina al hombre, tanto en lo físico como en lo psíquico. Y estos conocimientos que el hombre tenía intuitivamente –era un hecho objetivo que los hijos de “buena estirpe”, superaban a los demás–han sido confirmados más adelante por la ciencia”.

Más avanzado el texto, insiste en la misma idea al mantener que “el hombre, después, en cierta manera nace predestinado para lo que habrá de ser. La desigualdad natural del hombre viene escrita en el código genético, en donde se halla la raíz de todas las desigualdades humanas”.

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Un año más tarde, siendo ya presidente de la Diputación de Pontevedra volvía a escribir un artículo en el mismo diario. Esta vez, bajo el encabezamiento “La envidia igualitaria” y con la misma estructura: a colación de un libro de Gonzalo Fernández de la Mora titulado de la misma forma que su artículo.

“El autor dedica unas brillantes páginas a demostrar el error en que incurren quienes a veces conscientemente y utilizando el sentimiento de la envidia y otras sin valorar el alcance de sus aseveraciones, sostienen la opinión de que todos los hombres son iguales y en consecuencia tratan de suprimir las desigualdades”, reflexiona Rajoy antes de sostener que si la igualdad biológica no es posible, “tampoco lo es” la social.

Este artículo culmina con una crítica a la de la Función Pública. “Constituye un claro ejemplo de igualdad impuesta pues pretende equiparar a quien por capacidad, trabajo y méritos son claramente desiguales y sólo va a servir para satisfacer ese mal que constituye la envidia igualitaria”.

"En el caso de un estudiante de pocos recursos, que se esfuerce y no llegue a ese 6,5 quizás la pregunta es si está bien encaminado o tendría que estar estudiando otra cosa". Esta frase, pronunciada el lunes por el ministro de Educación, José Ignacio Wert, en TVE levantó ampollas en el PP y en el Gobierno. Era la gota que colmaba en vaso. No era un secreto que los últimos movimientos del titular de la cartera de Educación no gustaban en las filas conservadoras. Pero que en un momento tan delicado en lo económico se hicieran declaraciones de este tipo no ayudaba nada. El enfado fue creciendo a medida que pasaba el día, los barones comenzaron a presionar a Rajoy y 24 horas después, Wert tenía que anunciar que reconsideraría el polémico corte para acceder a las ayudas universitarias.

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