A la primera, tras la marcha de Miguel Arias Cañete a Bruselas, no fue. Tampoco a la segunda, cuando el por entonces titular de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, Alberto Ruiz-Gallardóntiró la toalla por la retirada de su proyecto de ley del alborto. Y parece que la tercera tampoco va a ser. Alérgico a los cambios, Mariano Rajoy no parece dispuesto a dar un nuevo impulso a la recta final de su legislatura con un cambio de caras. Al menos, ahora.
El presidente del Gobierno zanjó este lunes los rumores de una renovación más amplia en el Consejo de Ministros tras la marcha de Ana Mato de Sanidad. Habrá cambios, sí. Pero sólo uno, para sustituirla a ello. Porque, dijo. está "muy contento del trabajo y el esfuerzo" de su equipo de Gobierno. Ese, dijo, será "el impacto reducido" de la marcha de la extitular de Sanidad del Ejecutivo el pasado miércoles después de que el juez Pablo Ruz, instructor del caso Gürtel, la considerara partícipe a "título lucrativo" de las relaciones de su exmarido con los cabecillas de la trama corrupta. El padre de sus hijos, Jesús Sepúlveda, fue alcalde de Pozuelo.
Rajoy hizo esta revelación desde el palacio del Elíseo, en París, durante la rueda de prensa que puso el broche a la XXIV cumbre francoespañola. Y, añadió, que tampoco hay cambios previstos respecto a los planes iniciales de anuncio de la sustituta o sustituto de Mato. Es decir, que si el presidente no decide hacer el anuncio a lo largo del martes, cuando reúne en Madrid a la plana mayor de su partido, el nuevo integrante del Consejo de Ministros se conocerá el miércoles, el mismo día que jurará o prometerá su cargo.
En tono de broma, el presidente del Gobierno añadió que, entre otros asuntos, descartaba cualquier tipo de cambios porque gran parte de sus ministros estaban presentes en esa rueda de prensa.
Tensión interna
No es ningún secreto que el Partido Popular y el Gobierno viven en los últimos meses cierta tensión ante la proximidad de las municipales y autonómicas. En este contexto, sectores del PP y del Gobierno creen que ha llegado el momento de dar un nuevo impulso, tanto al partido como al Ejecutivo para encarar una nueva etapa. Y este nuevo impulso pasaría por una amplia crisis de Gobierno y cambios en la cúpula del partido. A tenor de las palabras de este lunes, Rajoy tiene otros planes.
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Los pactos, para el futuro
Además, el presidente sostuvo que no se plantea "en este momento" posibles acuerdos poselectorales con el principal partido de la oposición y optó por esperar a que haya cita ante las urnas para ver entonces cuáles son los escenarios. Según dijo, el día importante en una democracia es cuando "la gente deposita su voto".
"No está planteado en este momento. De momento no hay elección ninguna y, por tanto, no hay planteado ningún acuerdo poselectoral", insistió al ser preguntado por posibles pactos con el PSOE tras las generales, en un momento en que las encuestas sentencian el fin del bipartidismo y auguran un Congreso de los Diputados fragmentado y con la fuerte irrupción de Podemos, el partido liderado por Pablo Iglesias.
A la primera, tras la marcha de Miguel Arias Cañete a Bruselas, no fue. Tampoco a la segunda, cuando el por entonces titular de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, Alberto Ruiz-Gallardóntiró la toalla por la retirada de su proyecto de ley del alborto. Y parece que la tercera tampoco va a ser. Alérgico a los cambios, Mariano Rajoy no parece dispuesto a dar un nuevo impulso a la recta final de su legislatura con un cambio de caras. Al menos, ahora.