"Siempre he estado dispuesto a hacerlo [escucharle], pero si lo que quiere es obligarnos a los demás a que hagamos lo que él dice eso va a ser muy complicado sobre todo cuando es manifiestamente ilegal". Así se manifestó este lunes el presidente del Gobierno en declaraciones a los periodistas en la localidad polaca de Gdansk antes de sumarse a la cumbre bilateral que iba a copresidir con el primer ministro de Polonia, Donald Tusk.
"España es una nación y yo no estoy dispuesto a que España deje de serlo, y mientras yo sea presidente del Gobierno –dijo– eso no se va a producir", insistió Rajoy.
Sobre el aforamiento del rey Juan Carlos, respaldó la postura del Gobierno y del Grupo Parlamentario Popular y aseguró que esto será una realidad en 15 días.
La postura de Mas
Un día antes. el presidente de la Generalitat, Artur Mas, afirmó que si el Gobierno hace una oferta a Cataluña, el Govern la llevará a las urnas. Así lo aseguró en una entrevista a Catalunya Ràdio recogida por Europa Press.
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"Si el Estado tiene una oferta que poner sobre la mesa, que la ponga a votación para que la gente de Cataluña pueda escoger si es la opción que prefiere", señaló Mas, que aseguró que cualquier propuesta sobre el futuro de Cataluña tiene que contar con el máximo consenso posible.
Preguntado sobre si estaría dispuesto a cambiar la pregunta de la consulta tras una oferta del Estado, dijo que en ese poco probable caso "cambiaría todo el panorama y los partidos que acordaron la fecha y la pregunta doble tendrían que analizar la oferta" y definir la estrategia de cara al 9 de noviembre.
Este domingo, infoLibre publicó que pese a que las posturas oficiales de los partidos no han cambiado, en la práctica, entre bambalinas, es decir extraoficialmente, diferentes sectores políticos y empresariales comparten, desde tendencias ideológicas dispares, la necesidad de que la situación dé un giro que evite el tan anunciado como temido choque de trenes. Muchos de estos actores implicados han tenido la oportunidad de trasladar sus inquietudes al presidente del Gobierno que, de momento, se muestra en público inflexible apelando al 'no' mayoritario que el Congreso de los Diputados dio a la petición del Parlament catalán del traslado de competencias para la celebración de la consulta. Sobre la mesa, la posibilidad de un cambio en la pregunta planeada para el 9 de noviembre, una reforma constitucional o la vuelta al escenario previo a la sentencia sobre el Estatut que disparó la desafección catalana.
"Siempre he estado dispuesto a hacerlo [escucharle], pero si lo que quiere es obligarnos a los demás a que hagamos lo que él dice eso va a ser muy complicado sobre todo cuando es manifiestamente ilegal". Así se manifestó este lunes el presidente del Gobierno en declaraciones a los periodistas en la localidad polaca de Gdansk antes de sumarse a la cumbre bilateral que iba a copresidir con el primer ministro de Polonia, Donald Tusk.