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El regulador advirtió a Rato antes de la salida a Bolsa de que Banco de Valencia era “un problema”

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El Banco de España advirtió en marzo de 2011 a la dirección de Bankia, entonces presidida por Rodrigo Rato, de que la entidad que lideraba tendría "un problema" por la falta de liquidez del Banco de Valencia, según consta en un correo electrónico de 30 de marzo de 2011, al que ha tenido acceso infoLibre, que fue enviado por el inspector José Antonio Casaus Lara al jefe de grupo de inspección del Banco de España, José Antonio Gracia Sanz, en el que relataba sus reuniones con los directivos de la entidad financiera.

Y el 1 de junio de 2011, tan sólo un mes antes de la salida a bolsa de Bankia, el inspector Casaus explica a su jefe que advirtió a Rato de que la situación de liquidez de Banco de Valencia, "de acuerdo a la posición estratégica adoptada por el Grupo", que era la de abandonar al banco a su suerte, generaría "problemas" a Bankia. Sin embargo, la dirección financiera de Bankia "dice no saber nada y que no le preocupa nada".

Estos "problemas" no trascendieron a la opinión pública, por lo que la salida a bolsa de Bankia se llevó a cabo en julio de 2011 sin que los inversores tuvieran la más mínima idea de la situación en la que se encontraba esta empresa participada por el banco que dirigía Rato, que abandonó el mismo a su suerte.

El Banco de Valencia estaba participado mayoritariamente por Bancaja hasta la fusión, cuyo dominio fue traspasado al Grupo BFA-Bankia. Y debido a ese control, según los peritos judiciales del caso Bankia, sus cuentas tendrían que haberse integrado en su matriz desde el ejercicio 2010, en el que ya se habían detectado pérdidas de unos 537 millones.

No cumple las normas

Por el contrario, el 1 de octubre de 2011 BFA-Bankia reclasificó su participación en Banco de Valencia como si se tratara de un "activo no corriente en venta" no incluyéndose, por tanto, "en el perímetro de consolidación del Grupo BFA-Bankia, mediante decisión adoptada por el presidente ejecutivo, Rodrigo Rato. Dicha reclasificación, desde un punto vista contable, no cumple con lo indicado con las normas del Banco de España", especificaban los peritos en sus conclusiones sobre la gestión de Bankia.

En el aludido mensaje electrónico de marzo de 2011, conocido este viernes, se da cuenta de que el Banco de España advirtió a Bankia de que con la bajada de rating de Moody's al Banco de Valencia, la calificación del banco valenciano quedaba "por debajo del grado de inversión, lo que imposibilitaba su acceso a los mercados".

Además, según los inspectores que controlaban las cuentas de Rato, pese a que el banco valenciano llevaba su gestión tesorera de forma independiente de Bankia, "podría necesitar el apoyo de ésta para hacer frente a los vencimientos (líneas de crédito abiertas disponibles por 970 millones)".

"Salidas anormales de depósitos"

El correo electrónico muestra un panorama para Banco de Valencia muy preocupante: "Los depósitos interbancarios que vencían en marzo (600 millones de euros) se les han ido y tienen un vencimiento de senior por 700 millones en julio. Además, están notando que desde el anuncio de Moody's la prensa local está incidiendo en su calificación de bono basura y se están produciendo salidas anormales de depósitos a plazo (70 millones en tres días). El disponible en póliza asciende a sólo 600 millones de euros".

Además, el inspector asegura en el documento que comentó a los directivos de Bankia que la situación de liquidez "es preocupante: en julio vencen 700 millones de euros y hay otros 200 millones sobre los que Bayerische Landesbank está reclamando la salida".

Entre los problemas que sufriría Bankia por su decisión de dejar a su suerte a la entidad valenciana, Casaus resaltó que Bankia "tiene 1.700 millones de euros de financiación dispuesta con Banco de ValenciaBanco de Valencia, materializada en una línea de 1.000 millones que ha quedado en BFA y otra de 1.000 millones en Bankia".

José Luis Olivas

Además, el funcionario apuntó otro nexo de las entidades: que el presidente de Banco de Valencia, José Luis Olivas, era entonces vicepresidente ejecutivo de BFA y de Bankia y que el banco valenciano "consolida globalmente en el Grupo BFA-Bankia".

"Según me han dicho ellos mismos", completa el inspector en su escrito en el que da cuenta de sus reuniones con los directivos de Bankia,"muchos acreedores de Banco de Valencia pensaban que Bancaja era quien estaba detrás, pues las colocaciones en el mercado las cerraba el personal de Bancaja. Además, la relación que tenían Bancaja y Banco de Valencia era tan evidente como que la financiación de 1.700 millones que tiene de Bankia son los 1.700 millones que Bancaja emitió en avaladas para, a continuación, prestárselos a Banco de Valencia".

Pese a su decisión de abandonar el banco valenciano a su suerte, los directivos de Bankia, que defendían ante el regulador que Banco de Valencia pertenecía a BFA (banco malo) y no a Bankia, aseguraron que si al final se decidía a hacer algo para ayudar al banco valenciano "tendría que ser antes del 3 de julio [fecha de la salida a bolsa de Bankia], porque un banco cotizado no puede abrir la financiación a una inversión de baja calidad".

"Otros socios"

En este sentido, en su primera declaración ante el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu, Rato aseguró: "El Banco de España tenía clara cual era mi posición. Y no me planteó que la cambiase. Yo estaba a favor de una ampliación de capital, pero solo si hay un informe independiente que me diga que es suficiente. Y solo por el 39%. Por lo que tendría que haber otros socios considerables...". Además, explicó que mantener la liquidez del Banco de Valencia le costó a Bankia "400 millones de euros".

En el correo electrónico enviado el 10 de noviembre de 2011 por el inspector del Banco de España José Antonio Casaus Lara al jefe de grupo de inspección del Banco de España, José Antonio Gracia Sanz, el primero asegura también que en una reunión con sus interlocutores de Bankia les trasladó que el organismo supervisor consideraba que desde el 7 de de octubre de 2001, "el Grupo BFA tomó una decisión estratégica: lanzar al mercado su idea de desentenderse de Banco de Valencia", sostiene el funcionario.

"Pese a pedírselo repetidas veces desde el 13 octubre, aún no nos habían dado cifras sobre el impacto de valorar a cero Banco de Valencia, entendíamos que dicha decisión tan relevante se había adoptado por parte de Grupo BFA sin haber evaluado previamente el impacto en el Grupo, lo que desde el punto de visto de nuestra valoración del gobierno corporativo nos parecía un aspecto a tener en cuenta. La respuesta de José Luis Sánchez Blázquez [Bankia] es que en Cibeles se tenía toda la información", explica el inspector.

"Quebranto reputacional"

De esta forma, la decisión de Rato de desvincularse de este banco participado, según explican los peritos judiciales de Bankia en consonancia a las conclusiones que realizó su compañero en 2011, "proyectó al mercado la idea de que ante una dificultad significativa de una entidad filial, dependiente desde 1994, el Grupo BFA-Bankia no era capaz de gestionar y solucionar de forma privada esta situación, conllevando un quebranto reputacional, que se tradujo en una bajada de calificación por parte de Moody´s, dos meses después de la intervención".

Tan solo 11 días después de este último correo, el 21 de noviembre de 2011, un día después de las elecciones generales que ganó Mariano Rajoy, Banco de Valencia fue intervenido por el Banco de España.

En total, la centenaria entidad financiera valenciana ha necesitado 17.000 millones de euros para evitar la quiebra. Una parte de este dinero fue a parar a Caixabank, que se hizo con la entidad por un 1 euro. A cambio, el banco de Isidre Fainé recibió una línea de crédito de 7.000 millones para reflotar el banco.

El Banco de España advirtió en marzo de 2011 a la dirección de Bankia, entonces presidida por Rodrigo Rato, de que la entidad que lideraba tendría "un problema" por la falta de liquidez del Banco de Valencia, según consta en un correo electrónico de 30 de marzo de 2011, al que ha tenido acceso infoLibre, que fue enviado por el inspector José Antonio Casaus Lara al jefe de grupo de inspección del Banco de España, José Antonio Gracia Sanz, en el que relataba sus reuniones con los directivos de la entidad financiera.

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