La joven Reyes Maroto se sentaba en Azca. Una veinteañera que acababa de llegar de Valladolid y que hacía prácticas entre analistas financieros. Siempre con fuertes convicciones progresistas. Una vida ligada a la empresa privada, hasta que el gusanillo de la política le picó bajo las siglas del PSOE.
Ahora recuerda esos años como una experiencia para la gestión. Siempre leal a Pedro Sánchez, le acompañó como ministra de Industria, Turismo y Comercio desde que ganó la moción de censura el secretario general del PSOE. Y este año le pidió una misión que parece casi imposible: arrebatarle a la derecha la Alcaldía de Madrid. Ella lo ve posible, se confiesa con infoLibre a pocas horas de que acabe la campaña.
¿Madrid es una ciudad de derechas?
Creo que no. Madrid es una ciudad que lo que necesita son gobiernos que trabajen para la gente. En estos cuatro años ha habido muchas pancartas en la calle, defendiendo la sanidad pública y la educación, y también vecinos enfadados con el no soterramiento de la A5 o la tala de árboles, cosas que tienen que ver con la gestión del Ayuntamiento. Esas pancartas hay que convertirlas en votos y en cambio.
¿Nota ambiente de cambio? ¿Tiene realmente posibilidades la izquierda de ganar el Ayuntamiento?
Se ha hecho una oposición constructiva. Durante la pandemia, los grupos políticos dieron un apoyo mayoritario al actual equipo de gobierno de PP y Cs con los Acuerdos de la Villa. Es muy importante recordarlo porque el PSOE no tuvo ese apoyo del PP en el Gobierno de España. Lamentablemente esos acuerdos no se han cumplido, lo que dice mucho de un alcalde que no tiene liderazgo y no cumple su palabra. Es un motivo más para que no gobierne, en política siempre hay que ser honesto y hacer lo que se dice. El actual equipo de gobierno no cumple las promesas. Las mentiras no deberían dar votos.
Habla de mentiras y promesas sin cumplir, pero el alcalde, sin embargo, parte de favorito en todas las encuestas. ¿A qué lo achaca?
Siendo unas elecciones muy importantes para el cambio, también es verdad que aquí la derecha ha tenido siempre un sustento en el voto muy fiel. Es cierto que la gestión, que es un elemento fundamental para que la política tenga resultado, le ha fallado al señor Almeida. Lo hemos visto en Bicimad o en la obra de la Puerta del Sol, donde se han despilfarrado once millones. También en la tala masiva de árboles que ha llevado a muchas personas a salir a la calle y defenderlos. Esa falta de gestión le puede penalizar, además de haber estado dos años como portavoz del PP de Pablo Casado. Y sabemos cómo salió de la presidencia del partido, con un expediente de corrupción que nace dentro del Ayuntamiento.
¿Cómo sale la ciudad tras estos cuatro años? ¿Cómo pasará a la historia esta legislatura?
Una legislatura perdida. Almeida se ha preocupado más por tirar balones fuera y por confrontar con el Gobierno de España. E incluso con los madrileños. En el caos de Bicimad echaba la culpa a los usuarios. Otro ejemplo: los afectados del Plan 18.000, a los que dice que el problema lo ha generado la oposición. Cuando gobiernas, tienes que asumir los problemas que heredas, Más Madrid tampoco lo supo resolver. Es un gobierno acabado y en descomposición. Ni el PP ni Cs han dado la cara ante los problemas. Villacís habla más de ella misma y de un proyecto particular que de las cosas que necesita Madrid.
Hay que convertir las pancartas en votos y en cambio en Madrid
Almeida va por delante en las encuestas, pero no tendría mayoría absoluta y necesitaría a Vox. ¿Cree que el alcalde metería a la ultraderecha en el equipo de gobierno? ¿Haría a Ortega-Smith vicealcalde? ¿Qué supondría la entrada de los de Abascal?
Lo tengo clarísimo. Si algo dejó claro en el debate Almeida, es que no tiene ningún problema de pactar con Vox. Ya lo han hecho en Castilla y León, con un Gobierno que no responde a lo que necesita esa región. En Madrid sería volver al pasado y al señalamiento de los que son diferentes. Volver a hacer de la igualdad un elemento de preocupación, lo hemos visto en Castilla y León con el protocolo antiabortista. Es lo que podemos tener cuatro años. Vox va a utilizar el gobierno para que todas sus políticas fascistas se impongan en la ciudad.
¿Puede beneficiar el efecto de la doble urna con Díaz Ayuso a Almeida?
Es cierto que es muy difícil a veces cambiar de papeletas y de siglas. Es verdad que hay un desánimo de la población madrileña respecto a problemas, como los cantones de limpieza o las cocinas fantasma. Estos problemas pueden hacer que haya votantes que, aunque vean como una líder a Ayuso, a Almeida lo consideren un mal gestor y que no da la cara para resolver problemas. Es lo que vengo a cambiar, hay que dar la cara.
¿Se ve con posibilidades de superar a Rita Maestre?
El PSOE se ha presentado a estas elecciones en Madrid con mucha fuerza. Es importante el equipo de personas que va en la candidatura, con mucha solvencia y conocedor de los temas. Llevamos un programa de gobierno ambicioso pero realista. Me gusta cumplir las cosas que digo que voy a hacer. Esa fuerza puede ayudarnos para que muchos votantes socialistas que votaron a Más Madrid en las anteriores elecciones vuelvan a ilusionarse con nuestro proyecto. Y también que madrileños que votaron a otras fuerzas vean en el PSOE y en su candidata una persona solvente, que quiere trabajar para Madrid y se va a quedar trabajando para Madrid. Eso es importante, porque uno no suele votar a alguien que pasa.
¿Pase lo que pase se quedará?
Sí, me voy a quedar. Voy a trabajar por Madrid donde me pongan los madrileños. Lo digo claramente, afronto trabajar en el Ayuntamiento no como proyecto individual, sino como algo colectivo. Vine a la política hace ocho años para cambiar las formas. En aquel momento el principal problema era la corrupción. Hoy es la crispación, el ruido y el insulto, lo vemos constantemente. A mí nunca me han visto levantar la voz. Al contrario, siempre utilizo la palabra para conciliar y encontrar la solución. Hay mucha gente que se está desconectando de la política porque piensa que no es útil. Pero les digo que no todos los políticos somos iguales.
Me voy a quedar, voy a trabajar por Madrid donde me pongan los madrileños
¿Las políticas de Rita Maestre y de Reyes Maroto son muy diferentes?
Hay un hilo muy parecido en cuanto a las preocupaciones que tenemos, como la vivienda, la limpieza o el cambio climático. Donde nos diferenciamos mucho es en cómo abordar esos problemas. Más Madrid ya ha gobernado esta ciudad y no consiguió el cambio porque le faltó ser eficaz. El PSOE es un partido, que cuando ha gobernado y cuando vienen mal dadas, ha sabido estar a la altura para proteger a la mayoría social, salvar empleos y reactivar la economía. Siempre ha sabido adaptarse a los cambios de la sociedad, el PP se ha estancado, parece que vive en una realidad distinta a la diversidad de Madrid. Por ejemplo, no acompaña al colectivo LGTBi y no pone la bandera que representa el orgullo de ser una ciudad acogedora.
¿Con usted la bandera multicolor volverá a ondear en Cibeles?
Va a volver a ondear. Es una señal de que nosotros sí creemos que es una ciudad acogedora. Somos mucho más ambiciosos: hemos propuesto crear la Casa Arcoíris.
Si hay gobierno progresista, será cosa de tres. ¿Sin Podemos no hay cambio?
Aspiramos a aglutinar en estas elecciones una mayoría que nos permita liderar el cambio en la ciudad. No es lo mismo un PSOE fuerte y eficaz que un Más Madrid que ya ha demostrado que le falta capacidad de gestión y en resolver los problemas. Van a ser los madrileños los que con sus votos nos van a marcar el paso. Lo que tengo claro es que si hay cambio, el PSOE tiene que estar a la altura y tenemos que hablar con las fuerzas progresistas para que se consolide el cambio y dejar al lado las diferencias para hablar de programa.
Ha tenido un acto con el presidente del Gobierno durante la campaña. El PSOE-M es una federación bastante complicada. Hay sectores del partido deslizando críticas sobre la estrategia. ¿Se siente a gusto y arropada por Ferraz?
He hecho una campaña que se parece bastante a mi forma de hacer política: cercana, en los barrios, en la calle. Nuestra candidatura buscaba esa cercanía. Me gusta hacer política útil. Siempre hay críticas, las asumo muy bien. Te hace mejorar las cosas. Estoy satisfecha porque se ha hecho la campaña como queríamos, sin imposiciones, sin pensar si nos daba más o menos votos. Y no se buscaban actos masivos, sino la cercanía en la calle.
Si consigue ser investida alcaldesa, ¿cuál sería la primera medida en la junta de gobierno?
La limpieza, Madrid está muy sucia. Se puede hacer de manera inmediata con un plan de choque. Otro elemento muy urgente para abordar los primeros cien días es la vivienda. El PP, Cs o Más Madrid no han sabido solucionarlo. Tengo dos propuestas: un programa de alquiler seguro y que la Empresa Municipal de la Vivienda asuma su papel social y vuelva a construir vivienda pública. Lo que ha hecho Almeida es vender suelo de la EMV a los promotores privados. Estamos en una ciudad en la que la vivienda se ha convertido en un elemento de especulación y de corrupción, lo tenemos que parar. Es un derecho y hay una ley ahora que obliga a las administraciones a proveer ese derecho. Hemos perdido 16.800 jóvenes en el último mandato. Si no hay talento, no hay futuro.
Volviendo al problema de la limpieza, ¿rescindirá el contrato? ¿El problema está en las empresas concesionarias? ¿Cómo lo haría concretamente?
Obligaría al cumplimiento de los contratos. Es imposible revertir ahora mismo todo lo que ha privatizado el PP. Más Madrid no lo hizo cuando gobernó en 2015, porque es muy difícil y supone un coste añadido. Lo primero es exigir el cumplimiento y lo segundo es reforzarlos, por ejemplo en las zonas interbloques, que están dejadas de la mano de Dios. Además, abordar una estrategia de residuo cero a medio y largo plazo. La incineradora de Valdemingómez se ha convertido en un problema de salud, quiero cerrarla.
Sobre el tráfico y la ordenación del territorio, ¿qué propone? ¿Piensa ampliar Madrid Central?
Hay que cambiar el uso del espacio público. Tenemos una propuesta muy ambiciosa: Madrid Próximo. Lo que hace es reequilibrar el espacio público para que haya más espacio para los peatones y más zonas verdes con inversión en los barrios. Vamos a conseguir que la ciudad sea más habitable. Hay que recuperar Madrid Central, es positivo. Y no hay que ser complacientes escuchando al PP sobre que estamos cumpliendo ya los niveles de calidad del aire. Los problemas de salud derivados de la contaminación son una realidad en esta ciudad.
España no es racista, pero hay actitudes racistas
¿Qué hará para recuperar BiciMad?
El rediseño del espacio público pasa por unos carriles bici seguros, en red y conectados. Por lo menos, tenemos las bases y las bicicletas, lo que no tenemos es que funcione. Vamos a seguir ampliándolo e invertir en la red segura.
Vinícius está en el centro de la polémica por los insultos en Mestalla contra él, ¿es España racista?
España no es racista, pero hay actitudes racistas. Es un punto de inflexión. En el deporte hay comportamientos de personas que no son cívicos, las administraciones tenemos que hacer también nuestro papel. Pero es muy importante la educación. Tengo niños pequeños. Mi hija juega al fútbol y mi hijo al baloncesto. Es lamentable cómo los padres cuando van a ver a los hijos también insultan. También nos tenemos que desarrollar en el deporte base. Si se utilizan ahí los insultos, los niños lo llevan. Educación, educación, educación. Es la base para que nuestra sociedad sea tolerante y no haya odio. Es bueno que se propicie este debate porque es fundamental que la propia sociedad asuma que estos comportamientos no son cívicos.
Hablemos de cultura. ¿Con usted como alcaldesa volverían los Goya a Madrid? ¿Qué propone en este campo?
La cultura es una prioridad en nuestro programa. Nuestro primer acto de campaña fue sobre cultura. El PSOE es el único partido que mira la cultura con una doble perspectiva, como foco cultural y como consumo. Tenemos proyectos como un Matadero Norte en la Fábrica de Clesa. Queremos hacer de Madrid una ciudad mundial de la cultura. Más que competir, quiero colaborar con otras ciudades. Los Goya vendrán si proponemos un proyecto de que vuelvan. También queremos reabrir el Palacio de Congresos para hacer galas. Y hay que llevar la cultura a los barrios, Carabanchel es un ejemplo. También tenemos que recuperar la programación pública. La cultura ahora es muy cara en Madrid, hay muchas personas que no pueden acceder.
El Madrid de Reyes Maroto…
Un lugar para ver la puesta de sol… El Templo de Debod.
Un lugar para ir a correr… El Retiro. Estudié cerquita el máster, era un espacio de tranquilidad.
Un lugar para enamorarse… La Quinta Torre Arias o el Capricho, un entorno único para una primera cita.
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Un lugar para pasar toda la noche de fiesta… Chueca.
Un lugar para tomar el vermú… Antón Martín. En algún bar centenario de la ciudad, con ese olor castizo.
Un lugar para perderse y que no le vea nadie… Azca. Estuve trabajando en esa zona de prácticas. Ahora está muy deteriorada, hay que recuperarla.
La joven Reyes Maroto se sentaba en Azca. Una veinteañera que acababa de llegar de Valladolid y que hacía prácticas entre analistas financieros. Siempre con fuertes convicciones progresistas. Una vida ligada a la empresa privada, hasta que el gusanillo de la política le picó bajo las siglas del PSOE.