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La Rioja

Podemos La Rioja se rompe en medio de la guerra abierta por el control del partido y la Consejería de Gobierno

La nueva consejera de Participación de La Rioja, Raquel Romero.

Después de tres meses de tira y afloja, de una investidura fallida y plagada de reproches entre PSOE y Podemos y de unas negociaciones llevadas a cabo en el más absoluto de los silencios tras el fracaso inicial, parecía que la elección de la socialista Concha Andreu como presidenta autonómica iba a traer la calma a la política de La Rioja. Pero la crisis casi permanente en la que lleva sumido el partido morado a nivel regional desde 2015 sumó un capítulo nuevo el jueves por la noche, apenas unos días después de que Podemos hubiera conseguido vencer las resistencias del PSOE y entrar al Gobierno regional, cuando una facción del partido anunció –con el membrete oficial– que daba por roto el acuerdo con los socialistas y, pocos minutos después, otra desmentía esa información.

Finalmente, la consejera de Participación Ciudadana del Gobierno regional de Concha Andreu será Raquel Romero, la única diputada de Podemos en el parlamento autonómico. Pero hasta llegar a su elección, en apenas una semana Podemos se ha visto sumido en su particular Juego de Tronos a nivel riojano, que ha mostrado a las claras las profundísimas grietas que afectan a la formación morada a nivel autonómico, pilotada por una gestora desde hace meses tan solo compuesta por tres personas enfrentadas en dos facciones. Esa gestora terminó de romperse este mismo viernes con la dimisión y la desvinculación de Podemos de Kiko Garrido, secretario general del partido, y Miguel Reinares, su hasta ahora número dos, que junto a Romero conformaban el equipo.

Para explicar este desenlace hay que adentrarse en la sucesión de crisis que han sacudido Podemos La Rioja en los últimos meses y, especialmente, en lo ocurrido la última semana dentro de la formación morada. Este jueves, unas horas después de que Andreu hiciera pública la composición del primer Consejo de Gobierno liderado por el PSOE en 24 años e incluyera en el mismo a la diputada Raquel Romero como consejera, se desataba el último capítulo de la crisis. Podemos La Rioja hacía público un comunicado en el que anunciaba la ruptura del pacto con los socialistas, una ruptura que afectaría también a los ayuntamientos riojanos donde ambos partidos gobiernan juntos. Pero, apenas unos minutos después, Podemos La Rioja afirmaba a través de su cuenta oficial de Twitter que el pacto con el PSOE seguía en pie.

 

Esta contradicción tiene como explicación la lucha entre facciones que atravesaba la gestora del partido morado. Ese órgano, además de por la diputada Raquel Romero, estaba compuesto por otras dos personas con derecho a voto: el secretario general Kiko Garrido y el número dos Miguel Reinares. Este último sector fue el que lanzó el comunicado anunciando la ruptura del acuerdo con el PSOE, mientras que el equipo de Romero fue el responsable del desmentido. Y la causa de su último desacuerdo era la lucha por el control de la Consejería de Participación Ciudadana, la que finalmente ha terminado asumiendo la diputada Romero.

El descabalgamiento de Nazaret Martín

Las discrepancias, aunque vienen de lejos, se intensificaron la última semana. En un principio, quien iba a ser consejera en el Gobierno de Concha Andreu no era Romero, sino una de las negociadoras del pacto con el PSOE, Nazaret Martín. Así y como lo anunció la propia gestora de Podemos el pasado 23 de agosto con el acuerdo de sus dos facciones: la que representa la diputada y la conformada hasta este viernes por Miguel Reinares y Kiko Garrido, pareja de Nazaret Martín. Romero, así, quedaría a cargo del grupo parlamentario de Podemos en el Parlamento riojano como su única diputada, pero no se ocuparía de la acción de Gobierno.

No obstante, Martín renunció el pasado miércoles, apenas cinco días después de aceptar la responsabilidad de ser consejera. Lo hizo alegando motivos "personales" y de "conciliación", aunque en su decisión pesaron las noticias aparecidas durante esos días sobre su pasado judicial, con antecedentes por hurto y por conducir su automóvil sin seguro, así como las "presiones" que, según denuncia a infoLibre la propia Martín, ejercieron tanto el PSOE como el sector más próximo a Raquel Romero de su propio partido. Presiones que, asegura Martín, se produjeron por su negativa a integrar en puestos dentro de la Consejería a asesores próximos a Romero procedentes de Castilla-La Mancha.

A partir de ahí comenzó una carrera contrarreloj por sustituir a Martín y hacerse con el sillón de consejero. En una reunión convocada la mañana del jueves –el mismo día que Concha Andreu tomó posesión como presidenta autonómica–, la gestora de Podemos La Rioja anunció que el nombre de la nueva responsable de Participación Ciudadana sería el de Amalia Revuelta. No obstante, esa decisión fue tomada por la gestora en ausencia, según denunció ella misma, de la diputada Raquel Romero, cuyo equipo aseguró que la elección de Revuelta carecía de legitimidad y era "irregular" por haber sido decidida solo por dos personas: los dimitidos este viernes Kiko Garrido y Miguel Reinares.

La propia Romero –que, según la gestora, no podía ocupar simultáneamente los cargos de diputada y consejera para no contravenir las normas éticas de Podemos– se mostró confiada en que la presidenta Concha Andreu estuviera "a la altura de las circunstancias" a la hora de elegir su Gobierno. Y fue recompensada horas después, cuando Andreu la incluyó en su nuevo gabinete asignándole, finalmente, la Consejería de Participación. Con ese movimiento, el PSOE se asegura el apoyo de Romero durante la legislatura, ya que su voto en el Parlamento –el único elegido por la candidatura de Podemos– es el que da la mayoría a los socialistas.

No obstante, el nombramiento de Romero ha supuesto la explosión final de la gestora de Podemos, que la ha acusado de "ocupar una postura de poder que no tiene". La nueva consejera, horas antes, había asegurado que no piensa rendir cuentas ante el partido hasta que se celebre un congreso autonómico que restaure la "legitimidad". Y mientras tanto, la dirección estatal de Podemos, centrada en la eventual negociación con el PSOE a escala nacional, se limita a señalar que "el acuerdo" con el PSOE en La Rioja "está garantizado" y no entra a valorar el lío interno.

Los asesores castellanomanchegos

Sin embargo, el embrollo en Podemos La Rioja viene de lejos y el partido ya se vio sobresaltado antes de las elecciones, cuando la lista electoral para las autonómicas tuvo que ser directamente elegida desde Madrid después de que las primarias del partido acabasen en los juzgados entre acusaciones de acoso contra el secretario general Kiko Garrido y denuncias de pucherazo por la exclusión del dirigente Germán Cantabrana de las primarias. En esa lista fue nombrada como número uno Raquel Romero, una persona cuyo nombre no se había visto hasta entonces envuelto en los titulares sobre las luchas de poder internas del partido.

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Romero fue elegida como la única diputada de Podemos en el Parlamento de La Rioja, y contaba con el voto clave para otorgar la mayoría al PSOE después de 24 años de gobiernos del PP. Para pilotar la negociación con los socialistas, la gestora riojana pidió ayuda a un equipo de asesores venidos de Castilla-La Mancha, entre los cuales se encontraban nombres como el de Fran Casamayor, ex adjunto a la Secretaría de Organización estatal que coordinaba Pablo Echenique y también ex número dos de Ramón Espinar cuando éste era secretario general de Podemos en la Comunidad de Madrid.

Pero según denuncia la recién dimitida gestora en un comunicado, esos asesores fueron quienes se descolgaron exigiendo al PSOE tres consejerías en su Gobierno pese a solo contar con una diputada. La gestora, asegura, "pidió a su diputada autonómica un cambio en la estrategia negociadora", pero "pese a todo Raquel Romero y los negociadores de Castilla La-Mancha consumaron su amenaza final: votaron contra la investidura de Concha Andreu". Una estrategia similar, según el comunicado, trataron de seguir estos negociadores un mes después, cuando PSOE y Podemos volvieron a sentarse a negociar. "Aun con las primeras amenazas y los primeros chantajes por parte de Romero y de los negociadores de Castilla-La Mancha para volver a tumbar la investidura de Andreu, nosotros nos plantamos", sostienen los dimitidos.

El acuerdo, finalmente, salió adelante, y entonces –siempre según el comunicado– Romero habría intentado que estos asesores fueran contratados por el grupo parlamentario de Podemos en el Parlamento regional. Pero al no conseguirlo y al rechazar Nazaret Martín integrarlos en la consejería que iba a ocupar, Romero "rompió el acuerdo" y, según la recién dimitida gestora, comenzó a maniobrar para descabalgar a Martín y ser nombrada ella misma consejera. Su nombramiento, denuncia el comunicado, implica que la recién nombrada Romero finalmente podrá lograr el "desembarco" de estos asesores en el nuevo Gobierno riojano. Pero ahora, lamenta el escrito, "no hay un Gobierno de coalición, porque no hay consejería de Podemos", sino una dirigente que ha sido protagonista de "un acto de transfugismo político sin precedentes".

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