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El Gobierno recompone las alianzas con sus socios: salva el paquete fiscal y allana el camino de los presupuestos

El reto de los Presupuestos

Sánchez pide unidad y garantiza ante empresarios, sindicatos y representantes de la sociedad civil que agotará la legislatura

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tras la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.

Fernando Varela

“No siempre elegimos las circunstancias, son las circunstancias las que nos obligan a elegir. Son los acontecimientos los que motivan y condicionan nuestras actuaciones políticas, empresariales y sociales”. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, abrió este lunes el curso político con un mensaje acerca de lo posible, justo cuando más está redoblando su demanda de unidad a todas las fuerzas políticas para hacer posible, entre otras, cosas la aprobación de los Presupuestos de 2021.

Un discurso en el que también ha hecho un llamamiento a perseverar en la ruta trazada contra la pandemia: “Por difícil que resulte, nuestra única posibilidad es intentarlo una y otra vez hasta que el avance científico ahuyente definitivamente al virus”.

En una intervención en la que, en contra lo que suele ser habitual, enfatizó repetidamente que el suyo es un “Gobierno de coalición” —utilizó esta expresión hasta ocho veces—, el presidente remarcó entre otras ideas que aunque es verdad que “si España quiere España puede, hemos de querer muchos, cuantos más mejor”, subrayó en referencia a todas las fuerzas políticas y en particular al Partido Popular. Y que, aunque hace falta unidad, su intención sigue siendo completar la legislatura al frente de la coalición PSOE-Unidas Podemos.

“Tenemos por delante 40 meses decisivo de una legislatura crucial”, enfatizó. Un tiempo durante el cual “el Gobierno puede garantizar la estabilidad del Ejecutivo durante 40 meses de legislatura”, pero “de todos depende que la legislatura además de larga sea fructífera. Y no me cabe duda de que va a ser así”, remachó.

Y unidad, explicó, no significa unanimidad. “No estoy apelando a la unanimidad, quiero que se entienda bien”. La gravedad de la situación” no tiene que servir para que “nadie abandone sus convicciones. El Gobierno de coalición no pide renunciar a las convicciones, sólo acompasarlas al momento excepcional e inédito que nos ha tocado vivir” y pensar en “un bien superior que es la recuperación del país”. “Sé que no cabe esperar a la unanimidad. De sobra sabemos de fuerzas políticas que se autoexcluyen. Pero España necesita a muchos; cuanto más amplia sea la base parlamentaria” de la unidad política “más rápida será la recuperación”.

“Necesitamos un nuevo clima político marcado por la estabilidad y por la unidad”, pidió. Hace falta “una unidad que se imponga sobre los viejos clichés, sobre los viejos hábitos anteriores a la pandemia. Porque nos aguardan retos enormes, retos inimaginables, retos insuperables con las viejas fórmulas, solo abordable con el esfuerzo de todos o cuando menos, al menos el esfuerzo de muchos, el esfuerzo de los más”.  “En estas circunstancias, que nos obligan a elegir, el Gobierno lo tiene claro: elige unidad. No división, no enfrentamiento, no confrontación. Elegimos unidad, unidad y unidad”, repitió.

“España debe entenderse con España, como Europa se entendió con Europa en julio. El desafío es tan ingente que nos debe convocar a todos”, razonó. “Las comunidades autónomas son de los ciudadanos, no de los partidos que las gobiernan circunstancialmente. No hay virus de izquierdas ni de derechas. Hay un virus que nos amenaza a todos”.

“Fuimos capaces de doblegar la curva cuando todos actuamos unidos”, recordó. “Esa es la lección que tenemos que sacar de los últimos meses. Frenamos la ola más feroz y destructiva de la pandemia. Y ahora es el momento en el que además de mantener la batalla contra el virus nos toca relanzar la economía y crear empleo”. “El peor mal de España”, señaló, el presidente, “ha sido siempre no creer en sí misma y debemos desterrar esa desconfianza”. 

“No hay soluciones sin diálogo y no hay diálogo sin entendimiento”, insistió. “Y no hay entendimiento sin política de altura. Es tiempo de acuerdos, es tiempo de encuentros, es tiempo de negociación. Es tiempo también de honestidad”. 

Y es que “cada vez es más obvio que la evolución de la pandemia y sus consecuencias van a seguir afectando durante los próximos meses a la vida cotidiana”, reconoció Sánchez. Nuestra única posibilidad es intentarlo una y otra vez hasta que el avance científico ahuyente por completo al virus y recuperemos plenamente nuestra actividad económica y social”.

“Lo hemos comprobado a lo largo de la lucha contra esta gran pandemia”, explicó. Fuimos capaces de doblegar la curva cuando todos actuamos unidos. A nadie se le ocurriría, por ejemplo, que fuese posible doblegar aquella avalancha de contagiados contando solo con la mitad de los profesionales sanitarios, con la mitad de los militares, con la mitad de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, a nadie se le pasaría por la cabeza contener al virus, o a cualquier enemigo con una sociedad dividida en dos o con una sociedad enfrentada”.

El rumbo de las naciones

El presidente subrayó que una gran calamidad como esta pandemia, no cambia el rumbo de las naciones, pero “sí que acelera” un cambio de “rumbo”. Esto es lo que ha pasado con la pandemia, insistió. “Golpeados por esta desgracia como la que vivimos hemos tomado conciencia de que necesitamos acelerar algunas transformaciones que ya necesitábamos”.

El Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia que el Gobierno presentará ante las autoridades europeas para hacer frente a la crisis provocada por la pandemia impulsará el crecimiento “por encima” del 2% del PIB “a largo plazo” durante la próxima década, explicó Sánchez. Un plan que “se inspira” en la Agenda 2030 y en los Objetivos de Desarrollo Sostenible, y dará continuidad a las políticas y medidas aprobadas por el Gobierno durante los últimos meses para afrontar la emergencia sanitaria y económica por la pandemia y que tendrá como ejes la transformación digital de la economía, la transición ecológica, una mayor cohesión en favor de la “justicia social” y “un cambio feminista en las mentalidades y reglas sociales”.

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El presidente recordó que en los próximos seis años España tendrá que gestionar 140.000 millones de euros, a definir en los próximos tres años, 72.000 millones de ellos en transferencias directas. Unos fondos en los que, para el presidente, “reside una enorme oportunidad de transformar, de corregir y de convertir a la sociedad en más resiliente, desde el punto de vista social y económico”.

La convocatoria se ha producido en un momento clave de la legislatura, justo cuando el Gobierno debe buscar los apoyos que necesita para sacar adelante los que deberían ser los primeros Presupuestos Generales de ña era Sánchez después de dos prórrogas sucesivas de los últimos que aprobó el Ejecutivo de Mariano Rajoy antes de la moción de censura. Y en el momento más delicado de la coalición PSOE-Unidas Podemos, cuyos socios discrepan sobre dónde busca apoyos y qué cesiones hacer para conseguirlos. Los de Pablo Iglesias apuestan por revalidar la mayoría progresista que hizo posible la investidura, para lo que es imprescindible dar satisfacción a las demandas de Esquerra. Los del PSOE prefieren a Ciudadanos, precisamente para no tener que ceder ante los independentistas.

Entre los asistentes a la conferencia ha habido empresarios (Florentino Pérez, José Ignacio Sánchez Galán), banqueros (Ana Patricia Botín, José Ignacio Goirigolzarri), representantes de la patronal (Antonio Garamendi), dirigentes sindicales (Pepe Álvarez, Unai Sordo), responsables de empresas tecnológicas, directores de medios de comunicación y representantes de la sociedad civil (James Rhodes), además de la práctica totalidad de los miembros del Gobierno.

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