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Sánchez pierde la primera votación pero tiene apoyos suficientes para ser investido presidente el martes

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La primera votación de la nueva investidura de Pedro Sánchez, tal y como estaba previsto, no consiguió la mayoría absoluta necesaria para hacerle presidente. Queda todo a expensas de lo que ocurra en la segunda, que tendrá lugar el próximo martes. Si se repite el resultado, el candidato socialista habrá conseguido el apoyo que necesita para formar gobierno y desbloquear la legislatura después de ocho meses de parálisis institucional y dos convocatorias electorales.

Este domingo la votación se saldó con 166 votos a favor (faltó por enfermedad Aina Vidal, de En Comú Podem, que sí tiene previsto asistir el martes) y 165 en contra, Del lado del sí se alinearon PSOE (120), Unidas Podemos (34), PNV (6), Más País (2), Compromís (1), BNG (1), Nueva Canarias (1) y Teruel Existe (1). En contra confirmaron su posición PP (88), Vox (52), Ciudadanos (10), Junts (8), CUP (2), UPN (2), Foro Asturias (1), PRC (1) y la única diputada de Coalición Canaria (1), que consumó el desafío a la decisión adoptada por su propio partido decidiendo por su cuenta pasar de la abstención al voto negativo. Esquerra Republicana (13) y EH Bildu (5) optaron por abstenerse.

La sesión culminó este domingo después de las intervenciones de la formación abertzale y de los partidos integrados en el Grupo Mixto en medio de un ambiente de bronca y fuerte tensión en el que los diputados del PP, de Vox y de Ciudadanos compitieron en insultos e imprecaciones dirigidas contra las portavoces de EH Bildu, Mertxe Aizpurua, y la CUP, Mireia Vehí.

A la espera de que la alianza PSOE-Unidas Podemos, apoyada en acuerdos programáticos suscritos por Esquerra Republicana, PNV, Más País, Compromís, BNG, Nueva Canarias y Teruel Existe, fragüe el próximo martes, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias aprovecharon el debate para escenificar su recién recuperado entendimiento y tratar de transmitir la idea de que van a hacer lo posible para salvaguardar la legislatura.

El candidato socialista tuvo la oportunidad de defender su proyecto para formar un gobierno de izquierdas pero, sobre todo en las réplicas, se vio obligado a explicar su apuesta por el diálogo en Cataluña. Un diálogo que, según sus propias palabras, tiene que partir “del reconocimiento del otro. De la atención a sus razones. Que no hay otra forma de resolver este contencioso. No hay otra vía que a través de un diálogo que se desarrolle dentro de la ley”. Aunque “la ley por sí sola tampoco basta”, admitió en referencia a la imposibilidad de resolver el conflicto catalán recurriendo a los tribunales.

Su socio en el futuro gobierno, Pablo Iglesias, se esforzó en las muestras de unidad. La nueva etapa, subrayó, ha de ser de avances sociales y avances democrático. Ahora toca abandonar “una década que en muchos años ha sido de recortes sociales y corrupción”. Un nuevo tiempo que llega con una advertencia a “la ultraderecha y la ultra-ultraderecha” —en alusión a PP y Vox—: “Los avances sociales se seguirán produciendo en este país a pesar de ustedes”.

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Los aludidos, Pablo Casado (PP) y Santiago Abascal (Vox), con la ayuda de Inés Arrimadas (Ciudadanos), pusieron todo su empeño en tratar de minar la alianza tejida por el PSOE en las ultimas semanas para sacar adelante la investidura, disparando contra Unidas Podemos pero sobre todo contra Esquerra Republicana y EH Bildu, cuyas abstenciones son decisivas para la elección de Sánchez.

Casado optó por su versión más duraoptó compitiendo claramente con Vox y llegó incluso a amenazar a Sánchez con los tribunales si el líder socialista no actúa contra las instituciones catalanas en el caso de que no acaten la decisión de la Junta Electoral de privar al president de la Generalitat, Quim Torra, de su condición de diputado. Abascal no defraudó a los suyos:defraudó “El señor Sánchez es un fraude, un mentiroso, un estafador y un personaje sin escrúpulos capaz de cualquier cosa con tal de seguir viviendo en la Moncloa. Un villano de cómic que lo mismo se envuelve en la bandera nacional, en la estelada, en la europea o en la bandera cubana”. Y Arrimadas, en su estreno parlamentario con un exiguo grupo de diez diputados, lo intentó todo para llamar a la sublevación contra el candidato socialista: “¿A ninguno de los diputados del PSOE les remueve que Sánchez agradezca la intervención a Rufián después de hablar de represión y presos políticos? ¿No hay ni un solo valiente que haría decaer la investidura? ¿Ni uno? ¿Uno solo?”.

De la complejidad de la legislatura que comienza dejó constancia el portavoz del PNV, Aitor Esteban, en una intervención en la que denunció la coalición de intereses políticos, económicos y mediáticos que trata de impedir la formación de gobierno. Una complejidad que abona también la desconfianza en Pedro Sánchez de la que el portavoz de Esquerra, Gabriel Rufián, dejó constancia en la tribuna de oradores en relación con la mesa de diálogo para tratar de resolver el conflicto catalán. Una desconfianza que le llevó a hacer una advertencia: “Si no hay mesa [de diálogo], no hay legislatura”. Condicionar la aprobación anual de los Presupuestos será la manera en que ERC se garantizará la puesta en marcha y la continuidad del espacio de negociación entre el Gobierno de España y la Generalitat de Cataluña.

La primera votación de la nueva investidura de Pedro Sánchez, tal y como estaba previsto, no consiguió la mayoría absoluta necesaria para hacerle presidente. Queda todo a expensas de lo que ocurra en la segunda, que tendrá lugar el próximo martes. Si se repite el resultado, el candidato socialista habrá conseguido el apoyo que necesita para formar gobierno y desbloquear la legislatura después de ocho meses de parálisis institucional y dos convocatorias electorales.

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