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la hora del desbloqueo

Sánchez ultima la creación de un Ministerio de Seguridad Social y Migraciones

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias se saludan en el pleno de investidura.

Fernando Varela

Los líderes de PSOE y Unidas Podemos, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, han dedicando las horas previas a la votación definitiva de la investidura a cerrar los últimos detalles en torno a la estructura y composición del que será el primer gobierno español de coalición desde la restauración democrática. El candidato socialista a la Presidencia ha puesto encima de la mesa, según fuentes de la negociación consultadas por infoLibre, la creación de una nueva cartera de Seguridad Social y Migraciones. Pendiente de cuál sea su nombre definitivo, la idea es situar al frente de este departamento a una personalidad independiente de la órbita de María Jesús Montero.

Según las mismas fuentes la ministra andaluza ganará protagonismo en el nuevo ejecutivo, sumará a sus responsabilidades en Hacienda las competencias en materia de función pública y está muy bien situada para convertirse en la nueva portavoz del Gobierno, un puesto que hasta ahora venía desempeñando la titular de Educación, Isabel Celaá.

Para el nuevo Ministerio de Seguridad Social y Migraciones Montero habría propuesto al presidente un perfil marcadamente reformista y progresista con una tarea fundamental en la legislatura: pilotar la urgente necesidad de reforma de las pensiones. Sánchez, con la ayuda de Montero, ha elegido a alguien no sólo independiente sino con gran capacidad de diálogo,  y que emplee cintura suficiente para negociar los pasos necesarios de una reforma de pensiones cuya complejidad ha acabado por convertirla en una de las asignaturas pendientes de la democracia española.

El nombre elegido para el departamento, con mención expresa a los asuntos migratorios, tratará además de contrarrestar los discursos xenófobos y demagógicos de la extrema derecha. Se intenta enviar un mensaje que relaciona conceptualmente el futuro de las pensiones públicas con los flujos de trabajadores extranjeros, cuyos derechos laborales y aportación a las arcas de la seguridad social resultan imprescindibles para mantener la sostenibilidad de un sistema basado en las cotizaciones de los trabajadores. Especialmente en una época en la que la caída de los nacimientos y el incremento de la esperanza de vida hacen cada vez más patente la amenaza del invierno demográfico.

Como ha sucedido con el diseño de otras carteras clave del nuevo gobierno de coalición, los equipos negociadores del PSOE y de Unidas Podemos, capitaneados por María Jesús Montero y Pablo Echenique, respectivamente, han ido bocetando poco a poco el reparto de competencias entre departamentos pero han sido Sánchez e Iglesias quienes, personalmente y en reuniones cara a cara, han tenido que intervenir para superar los escollos y despejar el acuerdo final.

Uno de los asuntos que ha requerido de la intervención de ambos líderes ha sido precisamente la renta mínima que figura en el programa de gobierno de la autodenominada coalición progresista. El PSOE quería que esta iniciativa dependiera de la cartera de Seguridad Social, toda vez que el acuerdo de gobierno dice, textualmente: “Desarrollaremos el Ingreso Mínimo Vital como prestación de Seguridad Social. Comenzaremos en un primer momento por el aumento decidido de la prestación por hijo/a a cargo para familias vulnerables, y posteriormente mediante un mecanismo general de garantía de renta para familias sin ingresos o con ingresos bajos”.

Iglesias, sin embargo, defendía que estuviera incluida en el área social dependiente de su propia Vicepresidencia.

Sánchez hará pública la estructura y los nombramientos del nuevo Gobierno con toda probabilidad el miércoles, inmediatamente después de su toma de posesión, si como está previsto logra superar la investidura en la segunda votación. Su intención es que el Gobierno empiece a trabajar rápidamente, sin perder un minuto, para activar cuanto antes las medidas que considera más urgentes. De hecho, el líder socialista ya anticipó en la última campaña electoral su deseo de poner a trabajar al Congreso y al Senado durante el mes de enero, un período en el que tradicionalmente ambas Cámaras están de vacaciones.

Entre sus prioridades está aprobar urgentemente los Presupuestos Generales de 2020 —a día de hoy España sigue aplicando las cuentas públicas diseñadas por Mariano Rajoy para 2018—, cuyas líneas generales previsiblemente seguirán las del proyecto que el Gobierno de Sánchez llevó al Congreso hace un año y cuya derrota parlamentaria, de la mano de la derecha y de los independentistas, provocó la convocatoria de elecciones anticipadas.

Sánchez no ha adelantado nada sobre el nuevo Gobierno, más allá de la promesa que hizo en plena campaña electoral, dirigido a tranquilizar a la Unión Europea y a los poderes económicos, de elevar el rango de la ministra de Economía, Nadia Calviño, y convertirla en vicepresidenta. Se conocen también los nombres de los ministros de Unidas Podemos y sus confluencias, que según ha trascendido estos días serán el propio Iglesias, en calidad de vicepresidente segundo de Asuntos Sociales, Irene Montero como ministra de Igualdad, Yolanda Díaz como titular de Trabajo, el sociólogo Manuel Castells como responsable de Universidades, y Alberto Garzón como ministro de Consumo.

Despoblación y medio rural

Todo indica que el organigrama del nuevo gobierno incluirá también un nuevo ministerio para la despoblación y el medio rural, aunque no ha trascendido el nombre de la persona que se hará cargo de él.

Para Asuntos Exteriores, que Josep Borrell ha abandonado para asumir las mismas funciones a escala europea, algunas fuentes especulan con el nombre de José Manuel Albares, secretario de asuntos internacionales de Sánchez en la Moncloa. Otros sitúan al frente de algún ministerio a Félix Bolaños, también uno de los más estrechos colaboradores del presidente y máximo responsable de la complicada operación que culminó con éxito la exhumación de los restos de Francisco Franco. Otras fuentes, sin embargo, creen poco probable que Sánchez prescinda de personas que resultan clave de su gestión diaria al frente de la Moncloa.

Para Exteriores algunos medios citan también al actual titular de Agricultura, Luis Planas. Y para Educación otros mencionan el nombre de Manuel Cruz, presidente del Senado durante la legislatura fallida.

En principio todo indica que José Luis Ábalos (Fomento), Teresa Ribera (Transición Ecológica) y Margarita Robles (Defensa) tendrían asegurada la continuidad al frente de sus respectivos departamentos pero Dolores García (Justicia) podría ser sustituida.

Para despejar estas incógnitas será necesario que este martes Pedro Sánchez consiga en el Congreso de los Diputados más votos a favor que en contra. La sesión comenzará a mediodía y será mucho más breve que la celebrada este fin de semana, de manera que antes de la hora de comer los españoles ya sabrán si la legislatura se ha desbloqueado.

La previsión es que el candidato socialista consiga la reelección por muy escaso margen, de ahí que entre sus seguidores, especialmente en las filas del PSOE, se haya instalado en las últimas horas el temor a un nuevo tamayazo como el que en 2003 privó a los socialistas de la Presidencia de la Comunidad de Madrid. Hasta el punto de que el grupo parlamentario del PSOE pidió a sus diputados que pernoctasen en Madrid el día de reyes para minimizar el riesgo de que los que no viven en la capital tengan algun problema para llegar a tiempo a la sesión plenaria.

Las ideas propias del nuevo ministro de Seguridad Social sobre pensiones y rentas mínimas

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La conciencia de que la derecha política, mediática o económica podría estar intentando una operación similar —para que uno o varios diputados de la mayoría progresista se ausenten del pleno o rompan la disciplina de voto— está tan presente que incluso una organización como EH Bildu, que había anunciado una abstención, se plantea la posibilidad de acabar votando a favor para impedir que PP, Vox, Cs y sus aliados consigan mantener paralizada la legislatura. Así lo reconoció este domingo el diputado de EH Bildu Jon Iñarritu en unas declaraciones recogidas por EiTB en las que abrió la puerta a votar a favor en caso de tamayazo: “No vamos a apoyar, pero en otro escenario, que no es en el que estamos ahora, habría que tomar otras decisiones”.

El propio Iñarritu, en una entrevista concedida este lunes a Catalunya Ràdio, propuso a ERC ir aún más lejos y coordinar “un plan antitamayazo” para garantizar que la derecha no pueda impedir la investidura.

 

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