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Sánchez prepara el terreno para la Presidencia europea con minigiras internacionales en busca de acuerdos

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España juega fuerte. Y quiere que su Presidencia española de la UE sea tiempo de acuerdos y de avanzar en el proyecto europeo, en unos meses convulsos con una guerra en las puertas del continente. La diplomacia europea es un tablero complicado, con muchas fichas, con muchos movimientos, con muchos intereses, donde la finezza política es imprescindible.

Pedro Sánchez conoce bien los resortes de la política europea y el magma en el que se mueve. Y sabe que hay que trabajar ya de cara a la Presidencia rotatoria de España, que será en el segundo semestre del año. Por eso ha ideado una hoja de ruta: varias minigiras por países europeos para preparar el terreno.

Y la primera arranca este jueves, con Sánchez viajando durante un día y medio a Austria, Croacia y Eslovenia. Después le seguirán unas cuatro minigiras más de aquí a junio. Ahora tiene en mente Viena, Zagreb y Liubliana, donde se verá con sus homólogos (Karl Nehammer, Andrej Plenkovic y Robert Golob).

Tantear a los socios

El presidente, según explican fuentes de La Moncloa, va con una finalidad principal: escuchar. Es decir, se trata, resaltan en su entorno, de mantener encuentros bilaterales para saber en qué puntos puede haber acuerdos y en qué temas están los desacuerdos. Ir pisando el terreno, saber lo que quiere cada país, por dónde se mueve, qué prioridades hay en cada capital. 

Los temas que centrarán la Presidencia española de la UE no se cerrarán hasta quince días antes de que arranque, pero ya algunos se van perfilando como fundamentales. En La Moncloa recuerdan que hay que ver qué expedientes y cuestiones siguen todavía abiertas tras la presidencia que ahora ostenta Suecia (centrada en seguridad, competitividad, transición ecológica y energética y valores democráticos y Estado de derecho).

Lo que tienen claro es que será un semestre muy intenso a nivel europeo, con el reloj presionando. Y es que España tendrá la última Presidencia plena antes de que haya elecciones al Parlamento Europeo (es decir, la belga estará salpicada por esos comicios). Por lo tanto, en la UE se afanan por intentar llegar a acuerdos con España como principal coordinadora.

Y la ambición es total por parte del Gobierno Español: se quiere el máximo de acuerdos posibles. Se trata de un país con una clarísima vocación europeísta y el presidente ha mimado en todo momento la vertiente internacional. Por eso se va a jugar un papel de acercar a los países a posturas comunes en todos los debates que se puedan dar, Sánchez pretende que en la Unión no se vuelva al enfrentamiento entre bloques.

La autonomía estratégica, debate clave

Una de las cuestiones que estará sobre la mesa de manera más potente será la autonomía estratégica de Europa, después de las experiencias que se están viviendo por la pandemia del covid o la invasión por parte de Rusia de Ucrania, afectando al funcionamiento del mercado único. Los dirigentes tienen en mente las perturbaciones en las cadenas de suministros de material sanitario, semiconductores, energía y alimentos. Esto ha llevado a crisis de precios y malestar social. Sánchez tiene en mente un proyecto entre los países para detectar las principales vulnerabilidades de la UE y cómo afrontarlas. Una cita clave será la reunión informal del Consejo Europeo que se celebrará en la Alhambra de Granada el 6 de octubre. Ahí se tiene que buscar un equilibrio entre potenciar esa autonomía y la dinámica del multilateralismo.

Otro de los temas que estará muy presente en estas conversaciones de cara a la Presidencia será el pacto sobre migración y asilo. Es uno de los grandes asuntos que tiene la Unión Europea entre manos, y se quiere llegar a un acuerdo antes de las elecciones al Parlamento. España intentará que se frague ese consenso, aunque se reconoce que en estos momentos es muy difícil.

Este es uno de los asuntos en los que quiere escuchar Sánchez al canciller de Austria, un país que no tiene fronteras exteriores a la UE. Es uno de los puntos en los que las posiciones son diferentes. En cambio, subrayan en Moncloa sí hay mayor entendimiento en otras cuestiones como la lucha contra el cambio climático (el Ejecutivo allí está formado por conservadores y verdes). No hay discrepancias respecto a la postura con Ucrania, aunque Viena no aporte directamente armamento militar. Pero en La Moncloa y en la UE se comprende la posición que ha tenido este país, que es sede de la OSCE y tercera sede de Naciones Unidas. Pero nadie duda de su compromiso con Kiev.

Con Croacia y Eslovenia hay mayor sintonía, por ejemplo, en el tema de inmigración, ya que son países con costa, aunque no son receptores de primera línea en el Mediterráneo, como sí pasa en España, Italia, Grecia, Malta y Chipre. Pero sus gobiernos comprenden perfectamente la problemática y el punto de vista de los países del sur,

Pero de esta minigira no hay que esperar acuerdos y documentos. Se trata de escuchar y preparar el terreno, como insisten en La Moncloa. Todo con una agenda apretadísima: el presidente saldrá el jueves a primera hora desde la base de Torrejón rumbo a Viena, luego por la tarde se desplaza a Croacia, durmiendo en Zagrg, y el domingo por la mañana tendrá lugar la visita a Eslovenia (en ninguno de estos tres países había estado como jefe del Ejecutivo).

A falta de cerrar todas las minigiras, en La Moncloa subrayan que están planficiadas cinco de aquí a julio. La siguiente pasará por Irlanda, Dinamarca y Suecia. No hay más concreciones respecto a las otras, aunque hay que compatibilizar la agenda del jefe del Ejecutivo con los temas nacionales (especialmente con una campaña electoral para las elecciones autonómicas y municipales del 28 de mayo).

Prepara bien la Presidencia

Pero la orden de Sánchez a su equipo ha sido muy clara: hay que preparar muy bien la Presidencia. Y en España se espera que sea un éxito, después de experiencias como la cumbre de la OTAN. Al presidente no le dará tiempo a visitar todos los países, pero también lo hará de manera paralela el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares. En la mente también se tiene hablar mucho de energía, con el Gobierno habiendo enviado ya a Bruselas su propuesta de cambio del mercado energético (será muy interesante la conversación con Eslovenia pues su primer ministro es un gran experto en este tema).

Sánchez quiere que la Presidencia española sirva para reforzar los lazos con Latinoamérica y la UE está trabajando un acuerdo con Mercosur. En La Moncloa ponen el foco en la importancia de que en julio se celebre en Bruselas la cumbre entre líderes de la UE y de América Latina. Será uno de los puntos fuertes y una de las grandes apuestas para ese semestre. Madrid pretende que la autonomía estratégica vaya también ligada con acuerdos comerciales.

Por supuesto la guerra de Ucrania estará presente en todas las visitas preparatorias de Sánchez y en la Presidencia. Es muy importante para el Gobierno español conocer las impresiones de Austria, Croacia y Eslovenia, por la posición geoestratégica y su mayor cercanía a la zona. Otras cuestiones en las que se quiere incidir en UE es en el debate sobre las reglas fiscales, el plan de derechos sociales y el papel del Comité de las Regiones. La máxima del presidente ahora es escuchar y allanar el camino. El objetivo: que sea un éxito la Presidencia en un tiempos difíciles para la UE.

España juega fuerte. Y quiere que su Presidencia española de la UE sea tiempo de acuerdos y de avanzar en el proyecto europeo, en unos meses convulsos con una guerra en las puertas del continente. La diplomacia europea es un tablero complicado, con muchas fichas, con muchos movimientos, con muchos intereses, donde la finezza política es imprescindible.

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