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El futuro del PSOE

Los 'sanchistas' no dan por perdida la batalla contra Puig en la Comunitat Valenciana

Rafa García, alcalde de Burjassot (Valencia) y candidato a liderar el PSPV-PSOE.

Ibon Uría

Los sanchistas valencianos no dan la batalla por perdida ante el actual líder del PSPV y presidente de la Generalitat, Ximo Puig. Fuentes de la dirección de la federación afines a la actual cúpula de Ferraz aseguran que hay "mucho margen", que la competición no está decidida "ni mucho menos", y que el "ambiente" no "acompaña" al equipo de Puig, que está "nervioso" y con muchas dificultades para movilizar a la militancia.

El congreso del PSOE valenciano se celebrará el 28, 29 y 30 de julio. Antes, en apenas dos semanas –el día 16–, se celebrarán las primarias. Los competidores son dos: Puig y el sanchista Rafa Garcíasanchista, alcalde de Burjassot (Valencia) y ex secretario de Organización provincial. Fuentes de su entorno admiten que es un desconocido fuera de su ciudad, pero insisten en que "hay partido" y en que puede imponerse en las urnas.

Puig convocó el congreso el pasado 31 de mayo. Sus críticos aseguran que diseñó un "congreso exprés" para intentar blindarse en el cargo. "Es un congreso con plazos diseñados para que, por aclamación, saliera Ximo", dicen fuentes próximas a García, que acusan al actual líder de tener el partido "absolutamente muerto", "sin actividad" y "desorganizado": en "muy malas condiciones" para afrontar las elecciones de 2019.

Mientras tanto, el sector que apoya al president acusa a su oponente de ser "un gran desconocido" teledirigido por el equipo de Sánchez y cuyo intento de tomar el control del PSPV puede "poner en riesgo" el Gobierno valenciano, arrebatado al PP tras dos décadas de poder conservador. "Nadie entiende que se presenten. Lo respetamos, pero no hay justificación más allá de una venganza personal", comenta una fuente de su equipo.

Lo cierto es que la batalla por el control de la federación valenciana será una de las claves para entender el nuevo mapa del poder autonómico del PSOE. Los socialistas gobiernan en siete territorios. En dos –Andalucía y Baleares– no habrá primarias, porque sólo una candidata logró los avales. En otros tres –Aragón, Asturias y Castilla-La Mancha– el proceso será en otoño. Y en los dos restantes hay más de un candidato: el extremeño Vara y el valenciano Puig se juegan su reelección, y todas las fuentes coinciden en que Puig es el más débil de los dos.

7.584 a 4.411

En la primera ronda, la fase de avales, Puig presentó 8.120 frente a los 4.600 de García. Ambos rebasaron ampliamente la cifra mínima exigida por las normas del partido, que fijan en el 10% de la militancia el listón a superar. En el caso de la federación valenciana, entre el partido –que a 1 de abril tenía 17.173 inscritos– y sus juventudes, hay unos 18.400 militantes, con lo que era necesario entregar 1.840 firmas.

Tras el proceso de verificación, eso sí, a Puig se le anularon 536 firmas –el 6,6% de las presentadas– y, a García, 189 –el 4,4% de las que registró–, con lo que el resultado final fue de 7.584 contra 4.411, 3.173 de ventaja a favor de la candidatura del president. Para los sanchistas la distancia no es insalvable por varios motivos: que la cifra no se más abultada, las "presiones" que denuncian y las dudas que plantean sobre algunos avales de Puig.

Sobre la primera de las cuestiones, fuentes de la dirección valenciana apuntan que "no habría nada que hacer" para García si Puig hubiera rebasado la barrera del 50% de la militancia, esto es, si su cifra de avales fuera de 9.000 o 10.000. "La lectura que yo hago es que al president, con todo lo que eso implica, sólo lo ha avalado el 40% de la militancia. No parece una cifra muy favorable", reflexiona una de estas fuentes.

En cuanto a las presiones, los sanchistas aseguran que Puig "ha llamado a cada alcalde" para reclamar que se le avale en esta primera ronda. "Ha ejercido una presión brutal para que se le avale, pero el voto es otra cosa bien distinta: ya lo vimos con Pedro", apuntan los afines al secretario general federal, que perdió contra Susana Díaz en la primera fase de las primarias y, en cambio, ganó en las urnas de forma rotunda.

Finalmente, un miembro de la dirección valenciana segura que la candidatura de Puig presentó muchos avales "que se dieron por buenos" pero que despertaron sospechas de haber sido "copiados del censo", pues "aparecía el nombre, el DNI y, en el campo de la firma, una raya".

Para entender este punto es necesario saber que hay dos formularios para avalar a un candidato: el individual y el colectivo. En el primero [ver en PDF] el militante tiene que adjuntar la fotocopia del DNI. El segundo [ver en PDF] es una hoja donde diez afiliados avalan a un mismo candidato sin necesidad de aportar ningún documento identificativo: basta con su firma. Los sanchistas creen que miembros del equipo de Puig con acceso al censo tomaron nombres y números de DNI de militantes y rellenaron con ellos decenas de avales colectivos.

Con este panorama, un cargo de la dirección valenciana que respalda a García resume que "quedan 6.000 personas que no han avalado y pueden ir a votar" y que "muchos de los que han avalado a Puig lo han hecho por presiones", por lo que vaticina que el president "no va a crecer" más allá de su cifra de avales, mientras que García "sí tiene posibilidades de moverse y agitar la campaña en el tiempo que queda".

Nadie se da por ganador

En el equipo de Puig reconocen que se les ha "complicado la cosa" desde que el dirigente valenciano decidió apoyar públicamente e implicarse en la campaña de la andaluza Susana Díaz a la Secretaría General del PSOE. El aparato del PSPV se volcó con Díaz, pero Sánchez acabó imponiéndose de forma muy clara entre la militancia valenciana: 9.736 votos (62,8%) fueron para él y 4.462 (28,5%) para la presidenta de la Junta. Fue el primer aviso para el presidente valenciano.

Además, fuentes de su equipo reconocen que hay quien "le echa en cara" la "semana negra" del 1 de octubre, fecha del Comité Federal en que Sánchez se vio forzado a dimitir, y también que la militancia "está muy descontenta" con el Gobierno del PP en España y con que se frustrara cualquier posibilidad de alternativa progresista. "Pero también hay una aprobación generalizada entre la militancia al gobierno de la Generalitat Valenciana –contraponen sus fieles–. Además Ximo se encontró el partido muy mal, y ha sabido integrar".

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A falta de apenas 10 días para que acabe la campaña, los partidarios del actual número uno de la federación creen que llevan ventaja, pero no las tienen todas consigo: "El resultado de los avales ha sido claro, pero no hay nada ganado –dice una colaboradora del president–. No podemos dormirnos y tenemos que trabajar hasta el último día". A este fuente le preocupa especialmente la movilización: "Es una mala fecha para lograr que la gente vaya a votar", reconoce.

En el lado de García, mientras tanto, confían en que la campaña "vaya a más". "La candidatura se preparó deprisa y corriendo, y la primera semana hizo una campaña mala: sin relato, sin equipo y justificándose por presentarse. Pero ahora las plataformas de militantes que en su día apoyaron a Pedro [Sánchez] se están empezando a mover gente... Yo no lo doy por liquidado en absoluto. Si esto estuviera decidido, la gente de Ximo Puig no estaría tan nerviosa", asegura un cargo de la dirección valenciana.

Mientras tanto, la dirección federal del PSOE mantiene oficialmente la neutralidad, aunque son pocos los que dudan de las simpatías de la cúpula sanchista por García. El secretario de Organización, José Luis Ábalos –que es además secretario provincial del PSPV en Valencia y al que el equipo de Puig acusa de manejar junto a sus fieles la campaña del alcalde de Burjassot en la sombra–, negó este lunes a preguntas de la prensa ninguna interferencia en el proceso: "No me presento a nada y espero que no me inviten a meterme en nada", comentó.

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