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La segregación por sexos en los colegios: un lastre para la educación en igualdad

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La segregación por sexos como modelo educativo se encuentra, ante un escenario que reclama igualdad de forma contundente, en el punto de mira. Este domingo el Defensor del Pueblo en funciones, Francisco Fernández, afirmó en una entrevista concedida a Europa Press que la educación segregada por cuestión de sexo "no es razonable". En los últimos días el Pleno del Tribunal Constitucional había previsto abordar la cuestión, que seguirá siendo estudiada por los magistrados después de semana santa. Lo hace a raíz de un recurso de inconstitucionalidad presentado por el PSOE contra la Lomce en el año 2014, y que cuestiona, entre otros asuntos, la financiación de los colegios que segregan por sexos. Para las expertas en igualdad de género, la segregación entre niños y niñas supone un obstáculo en el camino hacia la coeducación.

En mayo de 2017 el Tribunal Supremo ya avaló la financiación pública de los nueve centros de educación segregada existentes en Andalucía, algo a lo que el Gobierno autonómico se había negado. La Junta de Andalucía, que mantiene su postura al respecto, asegura que la segregación por sexos "atenta" contra el principio de igualdad. En esta misma línea se ha expresado la oposición gallega –PSdeG, En Marea y BNG–, que coinciden en la crítica rotunda a este modelo y a su financiación pública, blindada hasta 2023 por la Xunta de Galicia y superando así la duración exigida por la Lomce. El pasado 2 de febrero, Unidos Podemos registró una proposición no de ley en el Congreso que llama a modificar la normativa para eliminar la segregación por sexos. Según la formación morada, "en España existen 67 centros educativos concertados que practican educación segregada, todos ellos pertenecientes a órdenes religiosas".

En el año 2011, la revista estadounidense Science indicaba que la separación de los niños y las niñas en las aulas alimenta estereotipos y afianza el sexismo. Es la misma tesis que defienden las expertas en igualdad de género, quienes insisten en que la separación entre niños y niñas no hace sino lastrar la educación en igualdad.

"La segregación no da soluciones"

Laura Nuño, directora de la cátedra de Género del Instituto de Derecho Público y del Observatorio de Igualdad en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid (URJC), plantea una serie de preguntas: "¿Qué se busca segregando por sexo? ¿Por qué se hace? ¿Porque se entiende que los niños y niñas son diferentes? ¿Para acostumbrarles a que no compartan los mismos espacios? ¿Por qué tanto empeño en separar?". Para la experta, la segregación "no es inocente", sino que responde a una intención clara. "Hay quien piensa que los niños y niñas son de naturaleza diferente, que la socialización diferenciada es importante y por tanto hay que darles instrucciones" para que "los espacios no se compartan". A su entender, esta dinámica tiene que ver con "una ideología" concreta y "un modelo de sociedad" determinado. "Si fuera irrelevante", analiza, "no estarían constantemente peleándose por ello".

Segregar por sexo es, de hecho, uno de los principales escollos en la lucha por la igualdad desde las edades más tempranas. Así lo defiende Ana López Navajas, profesora y asesora de Coeducación e Igualdad en la Formación del Profesorado para la Generalitat de Valencia. La educadora señala que "en el mundo real las mujeres y hombres se relacionan y deben ser capaces de hacerlo en igualdad de condiciones", pero para que eso ocurra, apunta, "tenemos que hacer de la escuela el modelo de espacio donde chicas y chicos se relacionen en igualdad". El objetivo, añade, es hacer transformar a los colegios en un lugar donde "ser capaces de diagnosticar las situaciones de desigualdad con las que educamos a unos y a otras para poder darles vía de salida".

La profesora entiende que las desigualdades de género tienen que ver con "una socialización diferencial" y es que "a los chicos se les educa con unas expectativas y a las chicas con otras", algo que tiende a pasar desapercibido en el desarrollo de los más jóvenes y en la supervisión de los adultos. "Sólo estando juntos podemos equilibrar esa situación y conseguir una sociedad igualitaria", añade. En enero de 2017 la revista Sciencepublicó un estudio en el que evidencia que las niñas se perciben menos brillantes que sus compañeros varones desde la edad de seis años. Para López Navajas, el peso de los estereotipos en esferas como las escuelas, los medios o la familia, es tal que "a los seis años las niñas ya tienen claro, desde la naturalidad, que son menos brillantes y por tanto se ven ajenas a determinados mundos". Para luchar contra eso, recalca, "la coeducación es absolutamente necesaria". "La segregación no da soluciones", subraya.

En este sentido, sentencian ambas expertas, la administración pública no debería financiar un modelo que separe al alumnado en función de su sexo, sino que debe, por el contrario, "trabajar para la igualdad de oportunidades", un asunto que sin embargo se mantiene "pendiente y nunca se ha afrontado ni abordado con un mínimo de rigor y compromiso", lamenta Nuño. La escuela, estima, para transmitir valores de igualdad ha de ser "mixta, pública, laica y trabajar por la coeducación"

Coeducación como respuesta

¿Pero qué significa coeducar? La profesora María del Carmen Espín señala, en el artículo Coeducar para convivir. La coeducación como factor imprescindible para mejorar la convivencia escolar, que "la escuela, como espacio donde se establecen relaciones de todo tipo, ha de buscar un modelo coeducativo que halle la progresiva toma de conciencia sobre una de las más graves discriminaciones sociales, la que se genera en base a la diferenciación por razón de sexo, para desarrollar la mejora de la convivencia y la prevención de la violencia". En esta labor, continúa, los esfuerzos deben ir encaminados a "neutralizar el peso de los estereotipos, revalorizando a su vez los valores mal llamados femeninos, en un intento por potenciar todos los valores que sean positivos para el desarrollo de las personas, independientemente de su sexo". 

Ana López Navajas entiende que la coeducación supone ofrecer "igualdad de oportunidades a las chicas y a los chicos" y para ello "hay que ser capaces de evitar la socialización diferenciada por sexos". El objetivo, añade, es que "todas las personas, mujeres y hombres, tengan las mismas expectativas en relación a sus capacidades y deseos". La definición de coeducación, dice, "es sencilla: tiene que ver con que los estereotipos de género no pesen y con una intervención encaminada a una gestión emocional que desaprenda el género".

La coeducación, lejos de ser una demanda reciente, se presenta como una cuestión de profundas raíces. "En el 78 con la Constitución las feministas españolas ya estaban pidiendo coeducación", recuerda Laura Nuño, "algo tan sencillo y complicado como mostrar que la sociedad no está sólo compuesta por hombres y que el referente humano no es solo masculino". La idea, sostiene la experta, es que "lo que ves en la calle existe, y como existe en la calle tiene que existir en la historia". 

Educar en igualdad requiere de cambios en las estructuras marcadas tradicionalmente por perspectivas sexistas y estereotipos de género. "Supone cambiar, claro", admite Nuño, "pero el profesorado está constantemente aprendiendo cosas nuevas a las que se ha adaptado sin problema", como las nuevas tecnologías, las redes sociales o el abandono del papel. "Al resto nos podemos adaptar pero cuando abordamos el tema de la igualdad, parece que cuesta", lamenta la profesora, quien percibe una "pauta de crítica constante al tema de la formación en igualdad" porque "no hay interés alguno".

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En este escenario, la experta entiende fundamental "adaptar planes de estudio y mejorar la formación" del profesorado. Para ello, entiende, las instituciones tienen la llave. La Ley contra la Violencia de Género, por ejemplo, ya obliga en su artículo cuarto a incorporar en el sistema educativo español "la formación en el respeto de los derechos y libertades fundamentales y de la igualdad entre hombres y mujeres, así como en el ejercicio de la tolerancia y de la libertad dentro de los principios democráticos de convivencia". Los poderes públicos, no obstante, "funcionan con una especie de doble verdad: desarrollan una puesta en escena pública defendiendo la igualdad, e incluso apelan a la educación como clave, pero en paralelo eluden incorporar contenidos de este tipo en el sistema educativo", denuncia Nuño. El problema, agrega, es que "esto les sale gratis".

Frente a la quietud de ciertas administraciones, existen iniciativas públicas y privadas que trabajan por impulsar la igualdad de género entre niños y niñas. La organización Pandora Mirabilia, por ejemplo, ha impulsado el proyecto de audiocuentos infantiles Un cuento propio, que nace con la intención de visibilizar la historia de las mujeres y "ofrecer nuevos referentes a niñas y niños" mediante tres entregas que narran historias inspiradas en siete mujeres reales de diferentes épocas, lugares y ámbitos. Repersar la forma de educar a los más jóvenes pasa también por poner en tela de juicio la forma tradicional de entender el ocio. El Gobierno de Euskadi puso en marcha, en mayo de 2014, un programa de coeducación que proponía la reorganización de los espacios de juego en los recreos, de manera que "el uso de los patios responda a las necesidades, intereses y expectativas" tanto de niños como de niñas, sin que "la jerarquía de los juegos, las actitudes de los alumnos o la falta de organización espacial" sitúe a los niños en el centro y arrincone a las niñas. La misma iniciativa se extiende en algunos centros de territorios como Castellón, Sevilla o Madrid.

Se trata, en esencia, de integrar en lugar de distanciar, para que tanto niños como niñas tengan la oportunidad de estar en el mundo en un plano de igualdad.

La segregación por sexos como modelo educativo se encuentra, ante un escenario que reclama igualdad de forma contundente, en el punto de mira. Este domingo el Defensor del Pueblo en funciones, Francisco Fernández, afirmó en una entrevista concedida a Europa Press que la educación segregada por cuestión de sexo "no es razonable". En los últimos días el Pleno del Tribunal Constitucional había previsto abordar la cuestión, que seguirá siendo estudiada por los magistrados después de semana santa. Lo hace a raíz de un recurso de inconstitucionalidad presentado por el PSOE contra la Lomce en el año 2014, y que cuestiona, entre otros asuntos, la financiación de los colegios que segregan por sexos. Para las expertas en igualdad de género, la segregación entre niños y niñas supone un obstáculo en el camino hacia la coeducación.

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