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¿Qué ha sido de los golpistas del 23F? Del activismo político ultra al discreto intento de reinserción

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¿Qué fue de los golpistas? Cinco de los siete condenados a 10 años o más por el 23F han fallecido. Murió Armada, indultado en 1988, aferrado hasta el final a su verdad, orgulloso del 23F porque, según decía, había fortalecido al rey. Falleció Milans del Bosch, que siempre dijo que actuó pensando que obedecía a Juan Carlos I, y que nunca renegó del golpe. Sus restos descansan en el Alcázar de Toledo, plaza que defendió en la Guerra Civil. Con Armada y Milans, se fueron las figuras con mayor visión de conjunto del 23F, al menos entre los condenados. Quedan Tejero y Pardo Zancada, entre los más activos políticamente. Tejero acumula un carrusel de episodios que ilustran un franquismo recalcitrante. En cuanto a Pardo Zancada, otro ultraderechista distinguido por su defensa de la figura de Franco, firmó un manifiesto atacando con dureza al Gobierno por poner en peligro la democracia.

infoLibre, con motivo del 40º aniversario del golpe, repasa la trayectoria de los 30 condenados en el juicio por los delitos de rebelión militar o adhesión o auxilio a misma. Son perfiles marcados en buena medida por el intento de rehacer unas trayectorias marcadas por el golpe, ya en el ámbito privado o de regreso a la Guardia Civil, donde cuatro condenados han recibido condecoraciones. No han sido infrecuentes las exhibiciones de ideología ultraderechista, aunque ha primado la discreción.

En el seno del Ejército, los condenados no sufrieron excesivo reproche moral. “¿Reprobación? En absoluto. Admiración y reconocimiento. Se los consideraba unos héroes. Había excepciones, por supuesto, pero eso es lo que más abundaba”. Así explica el oficial retirado del Ejército del Aire Miguel López la percepción generalizada entre los uniformados sobre los golpistas, tanto antes como después de ser condenados, primero por el Consejo Supremo de Justicia Militar (1982) y después por el Tribunal Supremo (1983). “Había mucha comprensión. Y es que el ambiente era el que era. Te cuento una anécdota. Yo viví el 23F en activo, en el Estado Mayor del Mando de Combate, en la calle Quintana. Estábamos acuartelados y compartía despacho con tenientes coroneles y comandantes. Cuando salió el rey y declaró su compromiso con la Constitución, vi caras de decepción. Una decepción que no te puedes imaginar. Oí un comentario: 'Yo, antes de salir de allí, le metía dos tiros a Carrillo'. Nadie replicaba”. López explica que eran frecuentes los pareceres del tipo “yo hubiera hecho lo mismo” o “los pobres han pagado, pero estoy con ellos”.

Alfonso Armada

Alfonso Armada y Comyn (1920-2013), instructor militar de Juan Carlos I cuando este era príncipe y secretario de la Casa del Rey hasta 1977, fue condenado a 30 años de cárcel y expulsado del Ejército. El general fue indultado en diciembre de 1988, a las puertas de la Navidad, por el Gobierno de Felipe González. El indulto publicado en el BOE está firmado por el ministro de Defensa, Narcís Serra, y el jefe del Estado. La decisión se basó en motivos de “equidad” por la salud de Armada, ya que tenía problemas cardíacos. La concesión de la gracia no alcanzó a las penas de pérdida de empleo e inhabilitación.

Desde entonces vivió entre Madrid y Galicia, en su pazo de Vedra (A Coruña), donde cultivaba camelias, flor de la que era exportador, explica el historiador Roberto Muñoz Bolaños en 23F: Los golpes de Estado (Última Línea, 2015), que realiza un repaso por los 30 condenados que es base de la elaboración de este artículo. Monárquico y católico de misa diaria, intentó aprovechar el 23F para salir elegido presidente de un gobierno de concentración. Él siempre lo negó, manteniéndose toda su vida aferrado a su verdad.

También negó la participación del rey Juan Carlos I en el golpe, aunque lo implicó en las operaciones para acabar –políticamente– con Suárez. Antes de fallecer, escribió sus recuerdos de Galicia en un libro en el que hablaba de Jovellanos, como le contó a El País en 2011. Se mostraba “orgulloso” del 23F, pero no porque participara, sino porque –afirmaba– había contribuido a fortalecer la Corona, una original relectura de los hechos. Los reyes Juan Carlos y Sofía transmitieron el pésame a su familia cuando falleció.

Jaime Milans del Bosch y Ussía

Milans (1915-1997), referente involucionista en el Ejército, el capitán general que sacó los tanques a la calle en Valencia, siempre ha defendido que creía que obedecía al rey. Le cayeron 30 años y la expulsión del Ejército con pérdida de grado. Un golpe para un hombre de antiguo linaje militar, hijo mayor del teniente general Jaime Milans del Bosch y del Pino y de Consuelo Ussía y Cubas, a su vez hija de los marqueses de Aldama.

Salió en libertad provisional en 1990, con 75 años. Hombre que se decía apegado los valores de “Dios, patria y familia”, consideró la Transición y la Constitución un fracaso y dedicó a Interviú una entrevista con impactante titular de portada: “Volvería a actuar sin dudarlo”. Aunque se refería al caso en que se dieran unas circunstancias similares, lo obvio es que no se arrepentía de nada. Jamás renegó del 23F.

Durante la Guerra Civil había sido defensor del Alcázar de Toledo, símbolo entre símbolos de la cruzada franquista. Allí fue enterrado cuando murió en 1997. Izquierda Unida pidió en 2019 al Gobierno la exhumación de sus restos.

Antonio Tejero Molina

Antonio Tejero Molina (1932-), condenado a 30 años y al pago de 1.076.450 pesetas, salió en libertad condicional en 1996, aunque desde 1993 ya disfrutaba del tercer grado. Expulsado de la Guardia Civil con pérdida de grado, ha vivido desde entonces entre Torre del Mar (Málaga), Madrid y Galicia, según la investigación de Muñoz Bolaños.

Tejero entrando en el Congreso con la pistola fue la imagen del golpe. El hombre encaja en la horma del golpista puro, que tanto cuando participó en la operación Galaxia como cuando lo hizo en el 23F aspiraba a una España bajo una junta militar. Su actuación, mirada en detalle, desvela la pésima organización del 23F. Cuando se le ofreció un avión para salir de España y facilitar una solución que consistiría en un gobierno de concentración presidido por Armada con la participación de comunistas, el teniente coronel se indignó y, por supuesto, se negó.

En 1982, antes del fallo del Supremo, montó un partido, Solidaridad Española, que obtuvo el 0,14% del voto, un total de 28.451 papeletas, con el lema “Entra con Tejero en el Parlamento”. En 1993 el Supremo se posicionó a favor de su indulto, pero no le fue concedido. Finalmente salió de prisión en libertad condicional en 1996.

Como hombre libre ha seguido encima de la política. En 2006 publicó una carta contra el Estatut en Melilla Hoy, en la que lanzaba: “¿Es que no van a parar de echarnos avispas para que se nos hinchen las narices y tiremos por la calle de en medio?”. En 2012 denunció a “Arturo Mas” por sedición. Dos años después, celebró el aniversario del 23F en un almuerzo no autorizado en un cuartel de la Guardia Civil en Valdemoro (Madrid), junto a uno de sus hijos, agente del cuerpo. Tejero se manifestó en 2019 contra la exhumación de Franco.

Ricardo Pardo Zancada Ricardo Pardo Zancada

Comandante de Infantería destinado en la División Acorazada Brunete el 23F, Pardo Zancada (1935-) fue condenado por su participación en el golpe a 12 años y expulsado del Ejército. En la cárcel completó su tesis doctoral sobre la libertad de expresión en las Fuerzas Armadas, obteniendo sobresaliente cum laude, como detalla Muñoz Bolaños. Obtuvo la libertad condicional en 1987. Ha dedicado dos libros al golpe: 23F. La pieza que falta (Plaza & Janés, 1998) y una revisión del mismo, 23F: las dos caras del golpe, publicado en el 25º aniversario. Dirigió la revista Iglesia-Mundo y colaboró en el semanario MC, de Mario Conde.

En 2006 explicó: “En su día expresé mi voto negativo a una Constitución de la que estaba ausente Dios; que consagraba los términos nación y nacionalidades […]. Y aquí se produce la paradoja. Ahora no me queda más remedio que estar con una Constitución que sigue sin gustarme”. Ha sido recientemente noticia por firmar un manifiesto acusando al Gobierno de poner “en grave riesgo la unidad de España y el orden constitucional”. En 2018 firmó otro manifiesto que exaltaba a Franco, según El País.

Luis Torres Rojas

Casi un desconocido para la opinión pública, a pesar de su destacado papel en el golpe. El historiador Muñoz Bolaños atribuye a Torres Rojas (1918-antes de 2014) la “capacidad de mando, autoridad innata y carisma” que le faltaban a Armada. Gobernador militar de La Coruña, uno de los últimos africanistas, de ideología azul, fue condenado a 12 años y expulsado del Ejército. Salió de la cárcel en libertad condicional en 1988. “Hombre de gran vigor físico, sigue residiendo en Madrid hasta su fallecimiento el 13 de abril de 2014”, escribe sobre él Muñoz Bolaños.

José Ignacio San Martín López

El antiguo jefe del Seced, el servicio de información creado por Carrero Blanco para combatir la subversión, era jefe de Estado Mayor de la primera División Acorazada Brunete durante el golpe. San Martín (1924-2004) fue condenado a 10 años y expulsado del Ejército. Salió en libertad condicional en 1986. “Salgo con tristeza de ver que todavía tengo compañeros en prisión", declaró. Economista sindical por oposición, trabajó como traductor. Es autor de Servicio especial. A las órdenes de Carrero Blanco (Planeta, 1984).

Diego Ibáñez Inglés

Hombre de confianza de Milán del Bosch, durante el golpe era Segundo Jefe del Estado Mayor de la Capitanía General de la Tercera Región Militar. Su condena fue a 10 años, a lo que se sumó la expulsión del Ejército, donde era coronel de Ingenieros. Falleció con 62 años (1925-1987), en casa, ya que estaba autorizado por Defensa a cumplir condena en su domicilio por problemas de salud. No había obtenido aún la libertad condicional.

Los anteriores siete son los condenados a 10 años o más. A continuación, unos breves apuntes sobre el resto, tomando como base el libro 23F: Los golpes de Estado.

Condenado a 8 años:

Miguel Manchado García (1925-2010). Coronel de la Guardia Civil. En libertad provisional en 1985. “Se dedicó entonces a la pintura (era un excelente dibujante) y al cultivo de limones en Murcia”, escribe Muñoz Bolaños. Allí falleció en 2010.

Condenados a 6 años:

Pedro Mas Oliver (1926-1991). Ayudante de campo de Milans. Salió en 1985.

Vicente Gómez Iglesias (1946-). Capitán de la Guardia Civil. Indultado en 1984. “Desde entonces se dedica a la seguridad privada, como su antiguo jefe, el comandante Cortina”, según Muñoz Bolaños.

Condenados a 5 años:

José Luis Abad Gutiérrez (1943-). Capitán de la Guardia Civil. Obtuvo libertad condicional en 1986 y pasó a trabajar de abogado en el sector inmobiliario, se lee en 23-F: Los golpes de Estado.

Jesús Muñecas Aguilar (1939-). Capitán de la Guardia Civil. Amigo de Tejero. Salió en 1984. Muñoz Bolaños: “En la vida civil ejerció de profesor de equitación […] y en la actualidad es propietario de un centro de equitación en Valdemoro”. La jueza argentina María Servini trató de extraditarlo para su investigación sobre torturas en la España franquista, supuestamente cometidas a finales de los años 60. La Audiencia Nacional rechazó la extradición en 2014.

Condenados a 3 años:

José Pascual Gálvez (1934-2007). Capitán de Infantería. Pertenecía a la escala de Complemento y no se le renovó el contrato. Falleció en 2007, según Muñoz Bolaños.

Carlos Lázaro Corthay (1941-2005). Capitán de la Guardia Civil, cuerpo en el que se retiró de coronel en 1999, pasando a ser vocal de la Junta Nacional de Veteranos de las Fuerzas Armadas y la Guardia Civil, según la información recabada por Muñoz Bolaños.

Carlos Álvarez-Arenas y Pardina (1952-). Capitán de Infantería. Ha trabajado en los sectores de la informática y la arquitectura civil.

Francisco Acera Martín (1938-). Capitán de la Guardia Civil, cuerpo al que se reincorporó, pasando a la reserva en 1996 como teniente coronel.

Juan Pérez de la Lastra Tormo (1940-). Capitán de la Guardia Civil, donde estuvo hasta que pasó a la reserva en 1998, con el grado de coronel.

Enrique Bobis González (1939-). Capitán de la Guardia Civil. En 1996 ascendió a coronel y se retiró, expone Muñoz Bolaños.

Condenados a 2 años:

Juan García Carrés (1928-1986). Abogado. Único civil condenado. Amigo de Tejero. Falleció en 1986, tras un largo historial de problemas de corazón.

Javier Dusmet García-Figueras (1946-). Capitán de Infantería. Se reincorporó al Ejército y fue destinado a Gijón (Asturias). Luego pasó a la reserva transitoria. Figuró entre los firmantes de un manifiesto que exalta a Franco, según El País.

José Cid Fortea (1945-). Capitán de Intendencia. Se retiró como comandante y se dedicó a la empresa en el sector de la ingeniería civil, según Muñoz Bolaños.

Vicente Ramos Rueda (1930-). Teniente de la Guardia Civil. Se retiró como comandante en 1995.

Condenados a 1 año.

Camilo Menéndez Vives (1921-1995). Capitán de Navío. Entre la primera sentencia, del Consejo Supremo de Justicia Militar, en 1982, y la del Supremo, de 1983, fue arrestado por la Armada por asistir a un mitin de Fuerza Nueva. Era consuegro de Blas Piñar, al estar su hijo Camilo casado con Esperanza Piñar, como destaca la Fundación Francisco Franco en un texto elogioso sobre su figura, titulado Por encima de la disciplina está el honor. Su esquela en ABC decía: “Requeté y marinero voluntario en la Cruzada”.

Santiago Vecino Núñez (1935-1983). Teniente de la Guardia Civil (en adelante, TGC). Murió de una enfermedad pulmonar.

Manuel Boza Carrasco (1935-). TGC. Tras cumplir pena, continuó en el servicio, en el que fue ascendido a capitán, grado con el que pasó a la reserva en 1991.

José Núñez Ruano (1931-). TGC. Se retiró como teniente coronel en 1996.

Los siguientes cuatro, todos condenados también a un año, han recibido condecoraciones por su trayectoria tras el golpe, como publicó este periódico en 2019 [ver aquí]. Entre los cuatro suman nueve distintivos al Mérito Policial y al Mérito de la Guardia Civil. Son:

Pedro Izquierdo Sánchez (1952-). TGC. En 1983 ascendió a capitán. “Se ha distinguido por su participación en misiones internacionales de salvamento y ayuda y fue jefe de la Escuela de Adiestramiento de Perros de la Guardia Civil”, escribe Muñoz Bolaños.

Jesús Alonso Hernaiz (1952-). TGC. Llegó a teniente coronel.

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Vicente Carricondo Sánchez (1955-). TGC. Ascendió a teniente coronel.

César Álvarez Fernández (1954-). TGC. Destinado al País Vasco.

Al margen de los condenados, el procesado y juzgado cuya trayectoria ha suscitado mayor interés es José Luis Cortina Prieto (1931), que resultó absuelto. Durante el golpe, Cortina era comandante del Cesid. No hay libro o artículo a fondo sobre el 23F que no trate de desentrañar su papel. El discretísimo Cortina se rehízo como empresario y consultor en temas militares. En el polémico libro La gran desmemoriaLa gran desmemoria (2017), Pilar Urbano devolvió a Cortina un protagonismo que siempre ha rehuido al atribuirle un papel central en la llamada operación De Gaulle, una conspiración distinta del 23F.

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