Son días de máxima tensión en los pasillos de Bruselas, en las cancillerías europeas y en las sedes de los grandes partidos en todo el continente. La futura Comisión Europea está en el aire. El bloqueo de los vicepresidentes, con el punto de mira en la española Teresa Ribera, ha removido todo el tablero y se ha desdibujado la hoja de ruta que habían pactado conservadores, socialdemócratas y liberales.
El PPE, con una maniobra encabezada por Manfred Weber, ha trastocado los planes iniciales y como mínimo ya ha conseguido aplazar la designación de la española. El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, quiere quemar a la actual titular de Transición Ecológica, a la que está usando para tapar la gestión del presidente valenciano, Carlos Mazón. Un tablero de juego en el que tiene una importancia vital el enfrentamiento del propio Weber con su compañera Ursula von der Leyen, a la que no le ha perdonado que llegase a ese puesto en la anterior legislatura cuando él había sido el número uno en la papeleta.
Núñez Feijóo ha llegado a pedir que España retire la candidatura de Ribera, que está llamada a ser, a tenor del diseño pactado por las grandes familias políticas europeas, la número dos de facto de Von der Leyen al frente de una mega cartera de Transición Climática y Competencia.
Apoyo total de los socialistas europeos
Los socialistas europeos, según fuentes del grupo, han estado en permanente contacto con Von der Leyen durante estas horas y le han trasladado el mensaje claro y rotundo de que Ribera es su candidata y que no se plantean un cambio de cromos como presiona el Partido Popular. El apoyo del grupo socialdemócrata es total con la española a pesar del intento de desestabilización que está llevando a cabo el PPE.
La líder del grupo socialista europeo, Iratxe García, ha transmitido este mensaje directamente a Von der Leyen durante las conversaciones que han mantenido a lo largo de estos días con motivo de la audiencia de Ribera y las próximas votaciones. La presidenta de la Comisión, a través de su portavoz, Eric Mamer, mostró su confianza en la todavía vicepresidenta tercera española.
En el grupo socialista en el Parlamento, en La Moncloa y en Ferraz mantienen que Ribera será elegida y se convertirá en la número dos de la Comisión Europea a pesar de los movimientos “antipatriotas” del Partido Popular. Pero sí hay un profundo dolor e indignación con lo que está pasando con el PPE: “Es un antes y un después”. Fuentes socialistas europeas lamentan que en la audiencia de la española se viera “una estrategia coordinada del PP y la extrema derecha, culminando con las declaraciones de Weber”.
Los socialistas no van a permitir "una humillación"
“El grupo socialista siempre ha actuado con responsabilidad para dar estabilidad política a Europa. La semana pasada dimos nuestra aprobación a catorce comisarios populares. Esa responsabilidad debe ser mutua. Si hoy está en peligro la futura Comisión y el proyecto europeo, tiene dos responsables con nombres y apellidos: PP Europeo y Manfred Weber”, subrayan las fuentes, que, además, advierten de que los socialdemócratas no van a permitir una “humillación”.
Asimismo, subrayan en el grupo en el Parlamento Europeo, que la familia socialista está “más unida” que nunca: “No hay espacio a las negociaciones que vayan más allá del acuerdo entre las tres familias políticas”. Los socialistas no se niegan a que la Italia de Giorgia Meloni tenga un comisario, pero, en ningún caso, están de acuerdo con que tenga el mismo nivel de responsabilidad que los que apoyaron a la Comisión de Von der Leyen.
Ver másTeresa Ribera, la dana y el desastre como oportunidad
Ven los socialistas con especial preocupación que “hoy Europa está más en riesgo que hace una semana por la irresponsabilidad” del PPE, que mira ahora a la ultraderecha también. Este acercamiento se evidenció este mismo jueves en el propio Parlamento Europeo donde los conservadores se alinearon con la extrema derecha para debilitar la ley de deforestación (demorándola un año y relajando sus exigencias).
Más condiciones
El Partido Popular Europeo sigue poniendo trabas a la vez a Ribera y condicionan su votación a que se comprometa a dimitir si es imputada por un tribunal y a que comparezca en el Congreso por la gestión de la dana (algo que está previsto para el miércoles que viene). Además, los conservadores ahora quieren que los socialdemócratas den su apoyo a los aspirantes a la Comisión propuestos por Italia y Hungría, Raffaelle Fitto y Olivér Varhelyi, respectivamente. Los progresistas se niegan y dicen que los conservadores tienen los votos suficientes para sacarlos por su cuenta. Detrás creen que esta la operación de blanqueo para futuras alianzas con los ultras.
El nombramiento de Ribera en la Comisión marca buena parte de la política española, con el PP tratando de desviar la atención de Mazón, que comparece este viernes en el Parlamento valenciano. La ‘número dos’ de los populares, Cuca Gamarra, sostuvo que la vicepresidenta tercera no puede entrar en el colegio de comisarios: "Tiene que dar muchas explicaciones que todavía no ha dado sobre la riada de Valencia donde tiene responsabilidades directas que le afectan y en las cuales no solo ha hecho dejación de funciones, sino que ha estado pensando en otras cosas, que ha sido única y exclusivamente en su carrera profesional".
Son días de máxima tensión en los pasillos de Bruselas, en las cancillerías europeas y en las sedes de los grandes partidos en todo el continente. La futura Comisión Europea está en el aire. El bloqueo de los vicepresidentes, con el punto de mira en la española Teresa Ribera, ha removido todo el tablero y se ha desdibujado la hoja de ruta que habían pactado conservadores, socialdemócratas y liberales.