Así son las oficinas de prospectiva que ayudan a gobiernos y organismos internacionales a "planificar" el futuro

El primer Consejo de Ministros del nuevo Gobierno ha aprobado la creación de una Oficina Nacional de Prospectiva y Estrategia de País a Largo Plazo. Detrás de tan alambicado nombre se encuentra lo que en inglés se llama una foresight unit u oficina de prospectiva, que se encargará de identificar los retos que debe afrontar España en los próximos 30 años y de elaborar estrategias para abordarlos desde ya mismo. Según ha avanzado el Ejecutivo, el nuevo departamento estará integrado por un “comité de expertos de la sociedad civil” y lo dirigirá el jefe de gabinete de Pedro Sánchez, Iván RedondoIván Redondo. Una novedad en la gestión pública española que, sin embargo, lleva años funcionando en otros países, en organizaciones internacionales y en algunas empresas.

Estas unidades, compuestas de funcionarios y de expertos en todo tipo de materias, se encargan de recopilar datos, descubrir las principales tendencias sociales, geopolíticas o macroeconómicas y construir hipótesis que les sirvan para dibujar múltiples posibles escenarios. No se trata de adivinar el futuro, pero sí de anticipar fenómenos disruptivos para reducir la incertidumbre y ayudar a los gobiernos a diseñar sus políticas en el presente. Su enfoque es, en realidad, muy científico; por ejemplo, procesan grandes cantidades de información mediante técnicas de inteligencia estratégica. O evalúan las políticas públicas actualespara hacerlas más eficientes en el futuro.

El Reino Unido creó su Goverment Office for Science (GOS) en 2007, que asesora al primer ministro y a su gabinete con el objetivo de que sus decisiones “estén informadas por las mejores pruebas científicas disponibles y por una visión estratégica a largo plazo”. El departamento cuenta con una plantilla de 80 personas, pero también utiliza expertos externos. Según su página web, sus prioridades son apoyar el crecimiento económico nacional y el aumento de la productividad “conectando ciencia, innovación y la actividad empresarial”, además de emplear la tecnología para “desarrollar servicios públicos modernos y más baratos”. También existe un equipo, encargado del programa Horizon Scanning (Explorar el horizonte), que coordina los trabajos sobre prospectiva de todos los ministerios para integrarlos en la planificación a largo plazo del gobierno.

En Canadá Policy Horizons se constituyó con ese nombre en 2010, aunque el primer centro de estudios dedicado a la prospectiva se creó ya en 1996. Depende del Ministerio de Empleo. Su comité de dirección lo integran 12 personas, desde miembros de los ministerios de Agricultura, Sanidad, Medio Ambiente, Finanzas o Innovación, hasta representantes de instituciones privadas y universidades. Hasta el momento ha elaborado cuatro informes con la rúbrica MetaScan sobre cambios en la economía internacional, sobre economía digital, tecnologías emergentes y el futuro de Asia y su impacto sobre Canadá. Actualmente sus trabajos se centran en tres líneas: futuro económico, futuro social y la gobernanza del futuro.

En el Gobierno y en el Parlamento

France Strategy nació en 2013. Se trata de una institución autónoma, pero bajo la competencia del primer ministro. Cuenta con 40 expertos permanentes, 15 asesores científicos y 20 empleados para funciones de apoyo, distribuidos todos ellos en cuatro departamentos: economía, trabajo, sociedad, y desarrollo sostenible y digital. No sólo hace recomendaciones al Gobierno, sino que también organiza debates entre los sectores interesados y evalúa las políticas públicas. A su vez, France Strategy dirige una red de ocho organismos públicos sectoriales, que se encargan de hacer análisis económicos, de política internacional, orientación laboral, sobre pensiones, sanidad pública, el clima, la atención a las familias y la financiación de la protección social.

En Francia también trabajan en el diseño de propuestas estratégicas el Consejo Nacional de Productividad y la Plataforma de Responsabilidad Social Corporativa, compuesta por organizaciones sindicales, empresariales y de la sociedad civil, que formula “recomendaciones sociales, ambientales y de gobierno”.

En Finlandia se creó el Ennakointiluotsi (Grupo de Prospectiva del Gobierno) en 2015, también para asesorar al Ejecutivo en la toma de decisiones estratégicas. Una vez cada legislatura el Gobierno finlandés somete a la consideración del Parlamento un informe con temas estratégicos clave relacionados con políticas para los siguientes 10 o 20 años. La idea es fomentar el debate social sobre esos asuntos y sus posibles soluciones.

En el Parlamento finlandés, además, existe un Comité para el Futuro desde 1993. Es permanente y lo integran 17 diputados. Una de sus tareas es precisamente preparar la respuesta del Parlamento al informe sobre perspectivas futuras que le traslada el Gobierno cada cuatro años. También analiza el cumplimiento de la Agenda 2030 de Naciones Unidas, una guía con 17 objetivos de desarrollo sostenible, desde el fin de la pobreza hasta el cambio climático, la paz, la justicia o la producción y el consumo responsables.

La Comisión Europea y la OCDE

Además, la Comisión Europea utiliza técnicas prospectivas para guiar su acción de gobierno, evaluando políticas, anticipando impactos de las medidas, identificando nuevas demandas sociales, tecnologías emergentes, riesgos y fenómenos imprevistos… Ha elaborado informes basados en el método Delphi –predicciones basadas en las opiniones de expertos, básicamente información cualitativa, pero todo lo precisa posible, sobre el futuro–, así como el informe Bohemia, que identificó 19 posibles escenarios para el periodo 2021-2027 para la UE en materia de investigación y desarrollo.

Incluso el ETUI, el instituto de estudios de la Confederación Europea de Sindicatos (ETUC) posee su propia unidad de prospectiva desde 2016 para anticipar los cambios en el mundo del trabajo en Europa y tomar decisiones.

Por su parte, la unidad de prospectiva de la OCDE fue creada en 2013 para ayudar a los gobiernos de sus 35 miembros a encauzar sus políticas en el largo plazo. Por ejemplo, han utilizado sus servicios Suráfrica tras abandonar el apartheid o los gobiernos de Eslovaquia y Eslovenia, para cumplir los objetivos de la Agenda 2030.

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También las empresas

Aunque a explorar el horizonte –buscar e investigar señales de cambio en el presente que apuntan a tendencias con impacto en el futuro– no sólo se dedican los gobiernos y los organismos internacionales. La revista británica The Economist ofrece a las empresas un Foresight and Scenarios Service. Sus expertos vigilan las tendencias económicas y sociales para después desarrollar diferentes escenarios, y detectan cómo afectarán a una determinada empresa. La compañía química alemana BASF posee igualmente su propia unidad de prospectiva. En este caso, la idea es identificar nuevas áreas de negocio y oportunidades de mercado, así como desarrollar innovaciones basadas en la química. Para conseguirlo, intercambia información con otras empresas, universidades y centros de investigación.

El motor del interés por acercar el futuro no es otro que la creciente dificultad de la toma de decisiones, políticas y empresariales, en “un mundo cada vez más incierto”, por utilizar la frase con la que The Economist vende su servicios de prospectiva.

El primer Consejo de Ministros del nuevo Gobierno ha aprobado la creación de una Oficina Nacional de Prospectiva y Estrategia de País a Largo Plazo. Detrás de tan alambicado nombre se encuentra lo que en inglés se llama una foresight unit u oficina de prospectiva, que se encargará de identificar los retos que debe afrontar España en los próximos 30 años y de elaborar estrategias para abordarlos desde ya mismo. Según ha avanzado el Ejecutivo, el nuevo departamento estará integrado por un “comité de expertos de la sociedad civil” y lo dirigirá el jefe de gabinete de Pedro Sánchez, Iván RedondoIván Redondo. Una novedad en la gestión pública española que, sin embargo, lleva años funcionando en otros países, en organizaciones internacionales y en algunas empresas.

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