Sumar afronta su futuro sin Yolanda Díaz: renovación exprés, bicefalia a lo PNV e implantación en el territorio

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La noche del 9J fue muy dura en Sumar. Miembros del partido de Yolanda Díaz salieron de la sede electoral en la madrileña calle de Larra llorando. Pura lágrima. Una mezcla de tristeza, impotencia y desaliento. Y la sensación de que había que hacer algo. Mucho enfado a la vez recorría a algunos de los partidos integrados en la coalición, especialmente entre los miembros de IU y Más Madrid que veían cómo sus aspirantes se quedaban fuera del Parlamento Europeo.

Ese sentimiento pesaba en el ambiente desde el minuto uno de la reunión de la Ejecutiva unas horas más tarde durante el lunes. Díaz era consciente de que su proyecto había salido derrotado, quedándose apenas un escaño por encima de Podemos y empatado con Se acabó la fiesta, la agrupación electoral lanzada por el activista ultra Alvise Pérez. Pasaban las tres de la tarde cuando en una comparecencia por streaming anunciaba que dejaba sus cargos orgánicos: “Es mi responsabilidad”. 

El partido encara ahora una nueva etapa y con enormes retos. Como reconocen algunos miembros, se trata de relevar a Yolanda Díaz en un partido hecho a imagen y semejanza de la propia Díaz. Pero ella no ha logrado funcionar en ese papel de coordinadora a la altura de su papel en el Gobierno de coalición. “Díaz es muy buena como vicepresidenta y no como líder. Ella conecta cuando se trata de aprobar y hablar de los ERTE, la reforma laboral…”, indican fuentes del espacio.

Buscan no repetir los errores de los últimos meses

Sumar, que nació como proceso de escucha hace poco más de dos años en un acto en julio de 2022 en el Matadero en Madrid, ahora tiene que llevar a cabo un proceso de renovación exprés de liderazgo. El nombre saldrá del grupo coordinador, que está integrado por unos ochenta miembros, que serán los que voten al nuevo número uno (lo que requiere mayoría simple). No hay fecha para la vital reunión, pero podría producirse en las próximas semanas, según señalan fuentes del partido.

Este nuevo tiempo que se abra tiene que ser más “colectivo”, algo que reconoció la propia vicepresidenta en su mensaje. Una de las críticas que se hacen de manera interna es que las decisiones las ha tomado siempre un pequeño núcleo afín a Diaz y que no se ha tenido en cuenta a las principales sensibilidades y a los partidos con más peso. La campaña ha sido mala para sectores de la formación y se señala directamente a Díaz: “Ella eligió a la candidata, al equipo que la rodeó”. 

Una cosa que comparten muchos miembros de Sumar es que uno de los principales problemas es la implantación en los territorios. El partido de Yolanda Díaz tira principalmente de los resultados en Madrid, Andalucía, Cataluña y la Comunidad Valenciana, donde se levanta a través de Más Madrid, IU Andalucía, los comunes y Compromís. En varias de estas formaciones se resalta que ven “muy complicado” en estos momentos el futuro de Sumar como partido, no como coalición electoral.

Sumar tiene como uno de sus principales problemas no haberse asentado en los territorios allí donde no tiene un partido aliado. No ha conseguido implantarse en los municipios, algo esencial para ser un partido vigoroso. Los resultados evidencian que en algunas autonomías fue residual con porcentajes por debajo del 3%: Galicia (2,07%), Extremadura (2,49%) y Castilla y León (2,90%). Tampoco llegó al 4% en Cantabria (3,14%), Euskadi (3,27%), Navarra (3,85%), La Rioja (3,25%), Murcia (3,26%) y Castilla-La Mancha (3,02%). Además, una de las críticas internas que también trasladan sectores es que a Díaz le ha faltado control en organizaciones como el movimiento que llevó a los comunes a dejar caer la Generalitat.

"Sumar ha querido ser un partido más, pero no es capaz de liderar"

Esta fuente de preocupación territorial la plasmó por escrito este lunes el nuevo líder de IU, Antonio Maíllo, que ha sido defensor de la confluencia. Pero en una misiva a los militantes de su partido señaló: “A partir de hoy mismo abrimos un proceso para cambiar dentro de nuestra organización todo lo que debe ser cambiado para ser capaces de trabajar de la manera en la que las clases populares nos demandan y necesitan. Y para ello, no olvides que el arraigo territorial será crucial para esta nueva etapa. Todo proyecto sin organización es efímero. Por eso tenemos mucho que decir”.

Un parlamentario nacional de Sumar hace esta reflexión: "Ha muerto la hipótesis Magariños. Sumar ha querido ser un partido más. No es capaz ya de liderar un espacio político plural, así que vamos a un escenario en el que los partidos tienen que ejercer. No sólo el partido Sumar".

Esa nueva etapa también estará marcada por una bicefalia, ya que estará el nuevo líder mientras que Díaz seguirá al frente de la Vicepresidencia Segunda y el Ministerio de Trabajo, además de conservar la Presidencia del grupo parlamentario (lo que le permitirá supervisar el sentido del voto en el Congreso). El modelo que se implantará será similar al del PNV, como recuerdan fuentes de Sumar, que recalcan que en Euskadi funciona sin problemas.

Otro factor que se dará es que Díaz será la máxima exponente de Sumar dentro del Gobierno de coalición aunque no sea su líder. ¿Esto puede provocar recelos entre los ministros del espacio? Fuentes consultadas señalan que no hay problema en la coordinación en el Ejecutivo y que las diferencias estaban en el armazón orgánico de Sumar. La convivencia es buena entre la vicepresidenta, Ernest Urtasun (Cultura), Sira Rego (Infancia y Juventud), Pablo Bustinduy (Derechos Sociales) y Mónica García (Sanidad).

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En el PSOE siguen muy de cerca lo que está pasando en el espacio de Sumar. A pesar de las acusaciones de que quieren engullir a los votantes de ese partido, en Ferraz siempre repiten que necesitan que estén fuertes para poder aguantar y para dar estabilidad. El propio Pedro Sánchez siempre ha confesado que quiere a esa izquierda unida. Son conscientes en el ala socialista de que ir a unas elecciones generales podría ser perder el Ejecutivo por la falta de competencia a su izquierda. Los socialistas están mandando el mensaje principalmente en estas horas postelectorales de que no habrá ningún adelanto y que van a aguantar tres años más.

Sumar tiene también una tarea muy complicada pendiente de unidad dentro de su propio espacio después de que Podemos haya recobrado fuerza en la noche del 9J con dos escaños en el Parlamento Europeo para Irene Montero e Isa Serra. La líder morada, Ione Belarra, hizo esta declaración de intenciones: "No nos conformamos con este resultado pero también es importante señalar que representa el primer paso para volver a poner en pie a una izquierda transformadora en España que pueda hacer frente a estas derechas completamente asalvajadas, que están desplegando una estrategia golpista". El exvicepresidente Pablo Iglesias fue más allá: "La dimisión de Díaz es el fin de Sumar, porque Sumar solo tenía sentido bajo el liderazgo de Díaz".

Ella deja paso a un nuevo liderazgo (se mantendrá todavía al frente de Sumar durante estas semanas) y se centra en su trabajo en el Gobierno. Se ha marcado como líneas de actuación en la coalición la vivienda, la reforma fiscal, la reducción de la jornada laboral y presionar para políticas internacionales de paz. Se acabó su tiempo al frente de Sumar, aunque en su entorno no descartan que pudiera volver a ser candidata en unas generales.

La noche del 9J fue muy dura en Sumar. Miembros del partido de Yolanda Díaz salieron de la sede electoral en la madrileña calle de Larra llorando. Pura lágrima. Una mezcla de tristeza, impotencia y desaliento. Y la sensación de que había que hacer algo. Mucho enfado a la vez recorría a algunos de los partidos integrados en la coalición, especialmente entre los miembros de IU y Más Madrid que veían cómo sus aspirantes se quedaban fuera del Parlamento Europeo.

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