Susana Díaz pide que no se hable sólo de primarias y defiende la alianza con el PSC

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Mucho se esperaba del discurso de Susana Díaz en la sesión de apertura oficial de la Conferencia Política del PSOE. Y ella intentó cumplir con esa expectativa. Dejó mensajes para todos y arrancó reiteradas ovaciones entre los participantes. Pidió a sus compañeros que no se dejen llevar por los "intereses del partido" ni los "intereses individuales", sino que se centren en los "intereses de los ciudadanos". Reivindicó las "esencias" del PSOE. Dejó claro que quiere un "partido reconocible y con ideas claras" a ojos de los españoles. Expresó su "apoyo" al PSC, incluso "desde la discrepancia", pero defendió la "unidad de España". Subrayó que el partido no puede "crear desconcierto" ni inseguridad en el discurso territorial. Reconoció el fuerte "ruido mediático", pero también "interno" que ha arreciado en los últimos meses –"No estamos bien"–. Y reiteró, sobre todo a aquellos que quieren que la renovación se produzca sin demoras, que los socialistas deben ganar por ellos mismos. "Y no son sólo las primarias, sino muchas más cosas". 

La presidenta de la Junta de Andalucía tejió un discurso sin apoyarse en ningún papel, emotivo y preñado de ideas en blanco y negro, sin matices. E hizo valer su posición institucional –la jefatura del Gobierno más importante en poder del PSOE– y orgánica, pues la soldadesca andaluza aplaudía con brío constantemente y hasta logró poner al plenario en pie en varias ocasiones. El de hoy era su primer foro como baronesa en un cónclave del partido, como verdadero poder fáctico, a falta ya sólo de que se convierta en la líder del PSOE-A, los próximos 23 y 24 de noviembre. Desde el primer momento delineó los confines de la convención de este fin de semana: "Esta Conferencia Política debe despertar la ilusión, abrir la puerta a la esperanza a millones de ciudadanos", y debe volcarse en discutir y aprobar "lo que interesa a los ciudadanos, y no pensando en otras cosas". "Os pido que pongamos los intereses de los ciudadanos por delante de los intereses del partido, de España y de los españoles por delante de los intereses individuales. Si lo conseguimos, saldrá bien esta Conferencia. Y tiene que salir bien porque este país no puede esperar más, porque este país está sintiendo lo que es gobernar desde la insensibilidad de la derecha". Un requerimiento explícito a sus compañeros de que no se enzarcen en el debate de la fecha de las primarias, que algunos significados barones están intentando pactar en el marco del cónclave. Es el deseo también de la dirección federal. 

A partir de ahí, Díaz fue desplegando los valores del partido por contraposición al PP, intentando instilar la idea de que "otra política es posible", como lo está demostrando, dijo, Andalucía, "blindando las políticas sociales", luchando contra la "injusticia de los desahucios", abanderando la "transparencia contra la corrupción", apostando por la regeneración democrática, defendiendo la sanidad y la educación públicas, mostrando "sensibilidad" con los inmigrantes. Sin ser "ni impasibles ni insensibles" como el Gobierno de Mariano Rajoy. Todo ello "mirando al futuro con valentía", haciendo del PSOE un "partido reconocible, con ideas claras". "Que los ciudadanos sepan quiénes somos", proclamó. 

Era el pie para hablar de Cataluña. "Quiero mandar todo mi afecto, mi cariño, mi apoyo, incluso desde la discrepancia, a mis compañeros del PSC. Os necesitamos en este proyecto". Díaz zanjaba así la posición de Andalucía, contraria a la ruptura con el partido de Pere Navarro. Pero también le dijo al PSC (y al PSOE) que no deben confundirse. Los socialistas, afirmó, han de defender la reforma constitucional "buscando el consenso". "Todos tenemos que estar juntos, pero bajo dos premisas: la igualdad y la no discriminación entre los territorios de España, que son valores constitucionales y profundamente socialistas [...]. Ya es momento de que los ciudadanos no se desconcierten y que sepan que hay un partido, como siempre, que defiende a España y defiende su unidad. Este país no se puede permitir que el PSOE cree desconcierto e inseguridad ante los ciudadanos. Cuanto antes, juntos somos más". 

"Malgastando energía entre nosotros mismos"

El último pasaje de su intervención ante el plenario lo dedicó a la situación del partido. Con una constatación cruda: "Con sinceridad, no estamos bien". Una frase que recordaba, en negativo, a aquella del "no estamos tan mal" de José Luis Rodríguez Zapatero en el congreso en que se hizo con el liderazgo del PSOE, en 2000. "Hemos llegado precedidos de un ruido mediático pero también de un ruido interno. Y ese ruido responde que hay cosas que son evidentes". Y las desgranó. Decisiones en el Ejecutivo que alejaron a los socialistas de los ciudadanos, "brechas" que no se han terminado de cerrar. "Estamos malgastando energía entre nosotros cuando miles de ciudadanos están saliendo a defender a la calle lo que con orgullo hicimos los socialistas", diagnosticó, entre aplausos.

Pero no aprovechó para hacer leña del árbol caído. Díaz recalcó que "el secretario general y la ejecutiva federal" cuentan con su "apoyo" personal y el "apoyo" del PSOE para "impulsar los cambios que este partido necesita para volver a ser reconocible ante la gente, con valentía, con generosidad, sin miedo, y desde la unidad". Se puso de ejemplo ella misma, que ha conseguido pacificar a su formación en Andalucía con el proceso de primarias (en las que no hubo urnas), ya que sumó a todos los secretarios provinciales y se ganó a los críticos. 

La presidenta de la Junta recomendó entonces no dejarse llevar por el trantrán, por la percepción de que llevarán al Gobierno al PSOE los fallos de la derecha. "Tenemos que ganar por nosotros mismos, con nuestro proyecto, como hemos hecho otras veces. No podemos caer en la tentación de que esto no son sólo primarias, son muchas otras cosas. Y hemos de hacerlo todos juntos. Y vamos a poder hacerlo, como otras muchas veces hemos hecho un proyecto transformador para este país, que gane", clamó. 

Fernández: "Queremos liderar este país"

El auditorio del Palacio Municipal de Congresos de Madrid, sede de la Conferencia, aplaudió a rabiar con la intervención de Díaz, prueba evidente de que es vista como un referente emergente dentro del partido. A ella le sucedió el asturiano Javier Fernández, el otro presidente autonómico socialista. El jefe del Ejecutivo del Principado protagonizó una intervención in crescendo. Primero, con la explicación de la crisis y los mercados, su tono se sintió plano, profesoral. "El mercado no es un promotor de la desigualdad. El problema no son los mercados, el problema son los no mercados [...], los que se pretenden autorregular, que se gobierne por encima del interés general. Y el mercado financiero es uno de ellos, y eso fue lo que nos llevó a la crisis. 

Pero donde más embraveció a los participantes fue cuando se internó en la "idea de país" y la "idea de nación". Los socialistas deben pensar no en qué país se puede pagar, como quiere la derecho, sino en qué país quieren construir y cómo "trabajar" para conseguirlo. "Y los socialistas tenemos una idea de nación. Para nosotros no es una esencia que viene del pleistoceno, no es un mineral, ni un mandato de los visigodos, sino un devenir histórico que ha cristalizado en un espacio público de ciudadanos libres e iguales, partidarios de una sociedad laica, de valores públicos y de respeto a las conciencias privadas". "A los socialistas nos importan menos la España de los símbolos, de los signos y de las banderas que la de los hombres y mujeres que trabajan, estudian, ríen o lloran en ella. Nos gusta la caja única de la Seguridad Social o el Fondo de Compensación Interterritorial, que son símbolos menos poéticos, lo reconozco, no son de una España tan heroica y épica, pero sí de una España mucho más integradora, fraterna y solidaria. Ésa es nuestra España", enfatizó. Y puso al auditorio en pie, que coreó "¡bravos!" sin cesar.

Fernández se definió como un "puzle, un mosaico de cosas diversas y sumadas". Porque en la nación de los socialistas, dijo, no cabe "un extranjero interior". "Porque nos gusta, y mucho, vivir con esos extraños que comparten con nosotros nuestra nación. Esa es la idea de España de los socialistas".

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El presidente asturiano también incidió en el proyecto, la idea central que hilvanó su discurso con el de Díaz y el de ambos con el de Elena Valenciano, que habló justo a continuación. "Hemos venido a decir que queremos liderar este país, que queremos crear empleo, rescatar el Estado social y devolver la esperanza, que es la que nos vincula con el futuro. Lo hicimos hace años y vamos a volver a hacerlo otra vez. ¿Sabéis por qué? Porque somos el Partido Socialista Obrero Español", remachó Fernández.

Mucho se esperaba del discurso de Susana Díaz en la sesión de apertura oficial de la Conferencia Política del PSOE. Y ella intentó cumplir con esa expectativa. Dejó mensajes para todos y arrancó reiteradas ovaciones entre los participantes. Pidió a sus compañeros que no se dejen llevar por los "intereses del partido" ni los "intereses individuales", sino que se centren en los "intereses de los ciudadanos". Reivindicó las "esencias" del PSOE. Dejó claro que quiere un "partido reconocible y con ideas claras" a ojos de los españoles. Expresó su "apoyo" al PSC, incluso "desde la discrepancia", pero defendió la "unidad de España". Subrayó que el partido no puede "crear desconcierto" ni inseguridad en el discurso territorial. Reconoció el fuerte "ruido mediático", pero también "interno" que ha arreciado en los últimos meses –"No estamos bien"–. Y reiteró, sobre todo a aquellos que quieren que la renovación se produzca sin demoras, que los socialistas deben ganar por ellos mismos. "Y no son sólo las primarias, sino muchas más cosas". 

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