La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, planea presentar candidatura a la Secretaría General del PSOE cuando se celebre el congreso y, en caso de victoria, mantener su cargo institucional y hacer oposición al presidente del Gobierno desde el Senado, aseguran a infoLibre fuentes de su entorno más cercano. Este movimiento se producirá si Pedro Sánchez no logra ser ahora presidente, como parece probable, y obtiene unos pobres resultados tras las elecciones generales. La fórmula permitiría además, a tenor de la posición fijada por Ciudadanos, mantener el pacto de gobernabilidad con el partido naranja en Andalucía.
La variable más incierta en los planes de Susana Díaz son los resultados de Sánchez en las previsibles generales y la capacidad de maniobra de la que disponga con ellos. En función del análisis de estos resultados, Díaz dará el paso. Hasta entonces, la también secretaria general del PSOE andaluz, la federación más numerosa del partido y la que obtiene mejores resultados en España, hará campaña con toda intensidad en caso de nuevas generales e intentará mantener alejado el debate sobre su rivalidad interna con Sánchez, señalan las mismas fuentes.
Diversos dirigentes del PSOE consultados por infoLibre dan por supuesto que si Pedro Sánchez baja de los 90 diputados actuales o queda por detrás de Podemos, tendrá que dimitir. En cambio, si supera los resultados del 20-D aunque sea por la mínima, en el partido creen que el actual secretario general dará la batalla por mantener el liderazgo. Por supuesto, si lograse llegar a la Moncloa, el debate quedaría zanjado a su favor. Esos mismos dirigentes afirman que, desde las elecciones de diciembre, "se ha desgastado más la imagen de Susana que la de Pedro entre los militantes socialistas".
Susana Díaz se considera "con la fuerza y capacidad de devolver al PSOE el liderazgo político en España", sostienen en su entorno, para lo que quiere ser candidata a la Presidencia del Gobierno. No obstante, la política andaluza, de 41 años, no quiere abandonar precipitadamente la Junta de Andalucía, sino hacerla compatible con la secretaría general durante el máximo tiempo posible.
Los antecesores de Díaz, Manuel Chaves y José Antonio Griñán, dimitieron de sus cargos en 2009 y 2013, respectivamente, dejando las legislaturas a medias. Los dos últimos presidentes andaluces, Griñán y la propia Díaz, asumieron el cargo antes de pasar por las urnas, lo cual ha sido frecuente objeto de críticas de la oposición.
El Senado y la televisión
Al no ser diputada en Madrid, Díaz no podría hacer oposición a quien ocupe la presidencia desde la tribuna del Congreso de los Diputados, escenario emblemático de la política española. La situación guardaría similitudes con la que sufrió Antonio Hernández Mancha como líder de Alianza Popular (1987-1989), cuando no podía enfrentarse a Felipe González en el Congreso por no tener acta de diputado.
No obstante, recuerdan desde el entorno de la presidenta, Díaz podría ser nombrada senadora por el Parlamento de Andalucía. Allí tendría la oportunidad de debatir con el presidente. La presencia en el Senado de la que sería líder del PSOE –si finalmente se convierte en secretaria general– desplazaría al menos en parte la atención política a la Cámara alta. Díaz ya fue senadora por designación autonómica entre finales de 2011 y mediados de 2012.
Además, en el entorno de la presidenta recuerdan que la política y la forma en que esta es percibida ha cambiado drásticamente desde los tiempos de Hernández Mancha. Los medios de comunicación, sobre todo la televisión, son los espacios fundamentales para el debate político, lo cual restaría importancia al hecho de que Díaz no tuviera acta de diputada en el Congreso. Los fulgurantes ascensos de los líderes de Podemos (Pablo Iglesias) y Ciudadanos (Albert Rivera), sin tener representación en la sede de la soberanía popular, avalan esta certeza del entorno de la presidenta.
Díaz no tiene mayoría absoluta en Andalucía. Aunque ganó claramente, obteniendo 47 de 109 diputados, pasó un calvario para lograr su investidura. Finalmente lo logró gracias a los nueve diputados de Ciudadanos, con quien mantiene un pacto de legislatura. El partido liderado en Andalucía por Juan Marín no gobierna con el PSOE, sino que aporta apoyo parlamentario a cambio de unas 70 medidas acordadas. El pacto, a pesar de las tiranteces, ha ofrecido estabilidad. El PSOE sólo ha sufrido dos derrotas parlamentarias en la legislatura.
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Juan Marín (C's) lo ve "compatible"
Ciudadanos ha enseñado ya las cartas con las que jugaría la mano, en caso de que se produjese. Juan Marín, líder del partido naranja en Andalucía, ha afirmado que ve "compatible" que Díaz fuera secretaria general del PSOE y presidenta de la Junta. Con ello ya ha dicho públicamente más de lo que se ha atrevido a decir nadie en el PSOE sobre el futuro de la presidenta en Madrid. Las palabras de Marín apuntan claramente a que el pacto con Ciudadanos se mantendría si Díaz ejecutase sus planes de compatibilizar sus responsabilidades orgánicas e institucionales.
Muy distinto sería que Díaz abandonase la presidencia a mitad de legislatura, como hicieron Chaves y Griñán. En tal caso, según Marín, "todos los acuerdos quedarían en suspenso y habría que volver a negociarlo todo", según declaró en una entrevista a Diario de Sevilla. Ciudadanos mantiene esta posición oficial. Esto abona los planes de Díaz de, en caso de presentar candidatura a secretaria general, mantener la presidencia de la Junta. Además Díaz no tiene, al menos ahora, un número dos nítido con un liderazgo claramente consolidado que sea visto como un delfín en caso de que se abriera un proceso de sucesión.
La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, planea presentar candidatura a la Secretaría General del PSOE cuando se celebre el congreso y, en caso de victoria, mantener su cargo institucional y hacer oposición al presidente del Gobierno desde el Senado, aseguran a infoLibre fuentes de su entorno más cercano. Este movimiento se producirá si Pedro Sánchez no logra ser ahora presidente, como parece probable, y obtiene unos pobres resultados tras las elecciones generales. La fórmula permitiría además, a tenor de la posición fijada por Ciudadanos, mantener el pacto de gobernabilidad con el partido naranja en Andalucía.