Los trabajadores de la radio y televisión gallega se rebelan contra Feijóo

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Cuando aún no se ha despejado la incertidumbre en torno al salto a la política estatal del presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, su administración acaba de poner en pie de guerra a los empleados de la radio y la televisión pública. Tal y como anunció la Corporación Radio e Televisión de Galicia (CRTVG) a principios del pasado mes de mayo, el emblemático espacio Diario Cultural dejará de emitirse a partir de septiembre en su actual formato, mientras que las desconexiones locales serán suprimidas de los servicios informativos para ser reestructuradas, a menos de un año de las elecciones municipales.

La decisión de los responsables de la Radio Galega, nombrados por el Gobierno de Feijóo, pone en el punto de mira a una de las columnas vertebrales de la difusión cultural en Galicia pero el ente público afirma que su oferta será integrada en otros programas y se incrementarán las horas de emisión cultural diaria. Diario Cultural puede presumir de veteranía: lleva a sus espaldas una experiencia de 28 años en antena. A su desenlace le han precedido otros finales forzosos de carácter cultural –Planeta Furancho, Alalá o Libro Aberto, entre otros– y llega de la mano de la reestructuración de las desconexiones locales de los servicios informativos, que también se diluirán en bloques integrados dentro de otros espacios como los magazines. Alterar la voz de la información local se produce en una atmósfera cuanto menos polémica: a menos de un año de las elecciones municipales, en mayo de 2019. Un contexto en el que la información local en las áreas urbanas y sus protagonistas —en su mayor parte alcaldes contrarios al PP— cobra especial protagonismo.

Los trabajadores de la emisora no han tardado en expresar su descontento ante las decisiones tomadas por la corporación. Las críticas a través de las redes sociales cristalizaron en movilizaciones en las calles y muestras de apoyo procedentes de diferentes ámbitos. A día de hoy, los trabajadores se concentran todos los martes y los jueves en la puerta principal de la corporación entre las 10:00 y las 10:15 horas, bajo el despacho del director general.

Concha de la Fuente, miembro del Comité Intercentros de la CRTVG, explica en conversación con infoLibre que los cambios anunciados "no fueron bien recibidos" entre la plantilla. Algunas de las modificaciones, agrega, son "muy sangrantes", como el caso de las desconexiones locales de las delegaciones de A Coruña, Ferrol, Lugo, Ourense, Pontevedra, Vigo y Santiago de Compostela. Hasta ahora, se dedican "diez minutos por la mañana y casi un cuarto de hora a dar información local desde el informativo". Con los nuevos cambios, lamenta De la Fuente, "las ciudades quedan sin esa información".

En este sentido, la trabajadora reconoce que "llaman muchísimo la atención" los cambios respecto a las desconexiones teniendo en cuenta que "un reto de esta emisora es llegar a las ciudades, porque no conseguimos llegar". Por lo tanto, continúa, "que nos quiten el local no se corresponde con esa preocupación" que tradicionalmente ha expresado el ente público. Todo ello, sumado al inicio de la cuenta atrás de cara a las elecciones municipales, "da que pensar". Hasta ahora, apunta De la Fuente, "se iba a los plenos, se cubría la información que generan los ayuntamientos y de repente no va a haber eso. Los compañeros están preocupados porque tendrán que cubrir toda la provincia, no se van a poder dedicar al ayuntamiento de turno". Con esta decisión, añade, "se le saca la voz al propio ayuntamiento, sea del signo que sea". Respecto a Diario Cultural, señala, "es una gran pérdida para la radio pública", un programa "específico donde hay crítica, donde hay opinión y eso es lo que molesta, entonces lo diluyen en la programación y queda en nada", zanja.

La estrategia de la corporación

El pasado 31 de mayo, el director general del ente, Alfonso Sánchez Izquierdo, fue interpelado en sede parlamentaria respecto a las novedades anunciadas, en el marco de la Comisión Permanente de Control de la CRTVG. Defendió las modificaciones de programación y aseguró que se deben a una "estrategia" que permitirá "aumentar" la audiencia de estos espacios y darles "independencia". "Los cambios vienen de un estudio previo y pormenorizado de las audiencias y los comportamientos de consumo de radio de los oyentes", afirmó el directivo.

Concha de la Fuente replica que los estudios a los que hizo referencia Sánchez deben ser hechos públicos. "Queremos saber quiénes son los expertos, saber quiénes creen que por esta línea vamos mejor", subraya la portavoz de los trabajadores.

Fuentes oficiales de la CRTVG, en respuesta a infoLibre, atribuyen la polémica a "un claro caso de fake news que se ha viralizado fake news". En este sentido, afirman que "los trabajadores y la sociedad gallega ya sabe que no se pierde ni se diluye el Diario Cultural", sino que, por el contrario, "se potencia". Se trata, matizan, "de un cambio de estructura y no de desaparición".

En su comparecencia dentro de la Comisión de Control de la CRTVG, el director general aseguró que el contenido del programa cultural no desaparecerá estrictamente y que la "reorganización" de los informativos dará pie a un "lugar mucho más destacado" para los asuntos locales. Sánchez Izquierdo, asimismo, tachó de "absurdo pensar que un cambio de formato implica una mayor o menor manipulación". Las fuentes consultadas coinciden en que "obviamente" tales decisiones no suponen un acto de manipulación, pues la propuesta de Radio Galega "es multiplicar la oferta cultural, no disminuirla", mientras que, en lo que respecta a las desconexiones locales, los cambios pasan por "cubrir más tramos horarios que ahora mismo están sin cubrir".

Según explica la CRTVG, Diario Cultural "va a pasar de 50 minutos a cien al día, y sin que esto vaya en menoscabo del resto de programación cultural de la Radio Galega". Además,"se van a crear tres nuevos programas en el fin de semana de Diario Cultural en directo, que no existían hasta ahora". Esos cien minutos "estarán repartidos en cuatro bloques autónomos: dos de 30 minutos y otros dos de quince". En cuanto a las desconexiones locales, los responsables de la corporación apuestan por "un nuevo modelo" para "mejorar la cobertura territorial" y según el cual "las coberturas políticas e institucionales de las ciudades y pueblos de Galicia tendrán un tratamiento específico en la configuración de los nuevos informativos, que amplían todos ellos su tiempo para integrar secciones de información de proximidad".

Por otro lado, la CRTVG insiste en que "los trabajadores son libres para expresar sus opiniones", aunque matiza que "la repercusión de las dos protestas de esta semana, una el martes y otra este jueves, ha sido de una treintena de personas aproximadamente en cada concentración, incluyendo a los miembros del Comité de Empresa que convocan y lideran este movimiento"

 

Apoyo social e institucional

Los argumentos de la compañía, no obstante, no convencen a la plantilla, cuya principal motivación a la hora de aunar fuerzas y mantener las protestas tiene que ver con la convicción de que el asunto "incumbe a la sociedad gallega". Concha de la Fuente insiste en que se trata de medios públicos y por tanto "la gente, la ciudadanía, tiene que tomar conciencia de que estos son sus medios, están pagados con dinero público y por eso hay que defenderlos a muerte".

En la misma línea se expresa uno de los manifiestos que se han publicado en apoyo a los trabajadores. Bajo el título Nós non imos ficar caladas, diversos intelectuales –entre los que se encuentran Manuel Rivas, Suso de Toro o Ledicia Costas– recuerdan que el artículo primero de la Ley de Creación de la Compañía de la RTVG "atribuye a la Compañía de Radio Televisión de Galicia la misión de servicio público consistente en la promoción, la difusión e impulso de la lengua gallega, así como la atención a la más amplia audiencia, ofreciendo calidad y la máxima continuidad y cobertura geográfica, social y cultural, propiciando el acceso a los distintos género de programaciones".

A pesar de este mandato, continúan los firmantes, la "Radio Galega es cada vez menos gallega, también en materia geográfica". La restructuración de las desconexiones locales "con contenidos propios de cada ciudad y de sus áreas de influencia" choca con el hecho de que la corporación sea "el medio que, por definición, debería informar más de cerca". Con esta decisión, censuran, "desatiende el entorno más próximo". Además, "Radio Galega nació para ser el referente primero de la literatura, de la música, del teatro, del cine, de las artes plásticas, y de todas las formas de cultura que produce esta sociedad", algo que "lleva haciendo, de una forma espléndida, desde hace 28 años, el Diario Cultural".

En este escenario, resulta fundamental "recordarle a los actuales responsables que no dirigen una compañía privada" y "deben cumplir la ley". Al conjunto de la ciudadanía, rematan, recordar "que tenemos el derecho y deber de demandárselo". Otras organizaciones como el Colexio Profesional de Xornalistas, la Mesa pola Normalizacón Lingüística, la Asociación de Actores e Actrices de Galicia o la Asociación Galega da Crítica han publicado sus propios comunicados manifestando su repulsa hacia las decisiones tomadas por el ente público y reivindicando un cambio de rumbo.

El apoyo ha aterrizado también en las instituciones. Las siete ciudades gallegas y las diputaciones provinciales no han tardado en expresar su posición. La Diputación de Ourense aprobó por unanimidad una declaración institucional, promovida por el PSdeG —la federación gallega del PSOE— y firmada entre otros por el propio PP de Galicia, contra los cambios en los informativos locales —en Vigo también se aprobó por unanimidad, lo que incluye al PP local—. También por unanimidad aprobó la corporación municipal de Vigo una moción impulsada por los socialistas y respaldada por todos los grupos, siguiendo el ejemplo de otras ciudades como el Ayuntamiento de Santiago de Compostela –con una moción esta vez a iniciativa del BNG– o la Diputación de A Coruña –gracias al consenso entre el BNG y otros grupos–. La Diputación de Lugo presentó asimismo una moción por impulso del PSdeG, que finalmente no fue debatida por no lograr mayoría para aprobar su carácter urgente. Los ayuntamientos de Ferrol, Lugo, A Coruña y Pontevedra son los últimos, hasta el momento, que han presentado mociones en este sentido, mientras que los consistorios de Ourense y la Diputación de Pontevedra, según les consta a los trabajadores, están preparando sendas acciones.

Además, representantes políticos de Santiago, A Coruña, Lugo, Pontevedra y Ferrol han firmado escritos apoyando el actual formato de las desconexiones locales. Los cambios, estiman, "suponen un paso atrás en el cumplimiento de las obligaciones recogidas en el mandato marco de la CRTVG" e instan a la Dirección Xeral a reconsiderar su decisión.

Los otros precedentes

"Estamos muy hartos también de soportar este constante control y manipulación, que no se digan bien las cosas, somos profesionales de larga trayectoria y hasta aquí hemos llegado". Concha de la Fuente expresa de esta forma el hartazgo de los trabajadores que han denunciado en reiteradas ocasiones las carencias informativas en el ente público.

Las denuncias de manipulación en la radio y la televisión autonómica se han convertido en una constante. El pasado mes de mayo, de hecho, sus trabajadores dieron el paso de sumarse a la campaña En Negro contra la manipulación informativaEn Negro, impulsada originalmente por TVE. Además, el Comité Intercentros ha solicitado en diversas ocasiones la dimisión del propio Sánchez Izquierdo. Una de las últimas veces fue el pasado mes de octubre de 2017, tras la oleada de incendios que azotó Galicia. Los empleados denunciaron entonces la escasa y tardía cobertura de la tragedia por parte de los medios públicos. El directivo, por su parte, reivindicó "un buen trabajo con errores".

 

Más de 200 trabajadores de medios públicos gallegos piden en Santiago "el fin de la manipulación"

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Protesta de los trabajadores de la radio y la televisión de Galicia.

Sólo unos meses antes, en abril de 2017, los casos de manipulación llegaron al Parlamento de Galicia mediante la denuncia de un trabajador del ente público respecto al recorte de una noticia, por el que eran silenciadas críticas contra la Xunta de Galicia. "No es un hecho aislado, ni es la primera vez que en la televisión pública la dirección aplica criterios políticos y no informativos para jerarquizar las noticias", decía entonces la diputada nacionalista Olalla Rodil. 

La inexistencia de un modelo independiente de gestión de los medios públicos cobra especial importancia en una comunidad en la que las empresas informativas privadas son muy dependientes del dinero de la Xunta. El apoyo del Gobierno de Feijóo a los medios privados ha ido en aumento en los últimos años: el líder conservador gallego repartió en 2017 medio millón más que en 2016 (1,13 millones de euros) apelando a la necesidad de tener "medios plurales e independientes".

Cuando aún no se ha despejado la incertidumbre en torno al salto a la política estatal del presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, su administración acaba de poner en pie de guerra a los empleados de la radio y la televisión pública. Tal y como anunció la Corporación Radio e Televisión de Galicia (CRTVG) a principios del pasado mes de mayo, el emblemático espacio Diario Cultural dejará de emitirse a partir de septiembre en su actual formato, mientras que las desconexiones locales serán suprimidas de los servicios informativos para ser reestructuradas, a menos de un año de las elecciones municipales.

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