La Sala de lo Social del Tribunal Supremo ha aplicado la perspectiva de género en un sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, estableciendo que las lesiones sufridas en un parto por la mujer deben considerarse accidente no laboral. Reconoce así el derecho de una trabajadora a cobrar una pensión más alta que la concedida por la Seguridad Social, que calificó inicialmente lo ocurrido como enfermedad común.
La mujer interpuso demanda en reclamación de que la incapacidad se declarase causada por accidente no laboral y no enfermedad común, con derecho por tanto a una pensión superior. Obtuvo sentencia favorable del Juzgado de lo Social si bien el Tribunal Superior de Justicia estimó el recurso interpuesto por el INSS por considerar enfermedad común y no accidente no laboral la contingencia, al no existir la acción súbita externa que es propia del accidente.
El alto tribunal, sin embargo, da la razón a la trabajadora, en primer lugar, porque las serias lesiones producidas en el caso no responden a un deterioro físico progresivo (que es el concepto de enfermedad común), sino que son, más bien, resultado de una acción súbita y violenta (que es el concepto de accidente no laboral), y ello sin necesidad de que concurra además negligencia o responsabilidad alguna.
El embarazo no es una enfermedad
Por otro lado, la Sala señala que el embarazo y el parto no son, en sí mismos, ninguna enfermedad ni se pueden asimilar a otras intervenciones hospitalarias.
Por el contrario, según la sentencia, ambos son elementos diferenciales que por, razones obvias, inciden de forma exclusiva sobre las mujeres, tratándose, en consecuencia, de un ámbito en que las normas han de interpretarse con perspectiva de género, pues solo las mujeres pueden encontrarse en una situación que no tiene parangón con ningún otro tipo de circunstancia en la que se acuda a la atención sanitaria.
Recuerda igualmente que de acuerdo con el artículo 4 de la Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres, sobre "integración del principio de igualdad en la interpretación y aplicación de las normas", "la igualdad de trato y de oportunidades entre mujeres y hombres es un principio informador del ordenamiento jurídico y, como tal, se integrará y observará en la interpretación y aplicación de las normas jurídicas".
Afirma también que el artículo 15 de la citada Ley Orgánica 3/2007, dispone que "el principio de igualdad de trato y oportunidades entre mujeres y hombres informará, con carácter transversal, la actuación de todos los Poderes Públicos".
Ver másEl decreto de alarma "ha fortalecido" el Estado autonómico, según expertos
Según esta sentencia el criterio debe ser similar en este caso, puesto que lo sucedido en el parto de la recurrente difícilmente encaja en el concepto de enfermedad, ajustándose con mayor naturalidad al concepto de accidente.
"Si se quiere decir así, es más forzado considerarlo enfermedad común que accidente no laboral –añade el Supremo–. Pero por si la expresión de acción "externa" pudiera generar alguna duda, como lo ocurrido a la recurrente en el parto solo le pudo suceder por su condición de mujer, la perspectiva de género proclamada por el artículo 4 de la referida Ley Orgánica 3/2007 refuerza la interpretación de que el hecho debe considerarse accidente no laboral y no enfermedad común, pues sólo las mujeres pueden encontrarse en una situación que no tiene parangón con ningún otro tipo de circunstancia en que se acuda a la atención sanitaria".
"De ahí que la utilización de parámetros neutros, como los que propone la Entidad Gestora, conduzca a un resultado contrario con el principio de igualdad efectiva que nuestro ordenamiento consagra", concluye el Supremo.
La Sala de lo Social del Tribunal Supremo ha aplicado la perspectiva de género en un sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, estableciendo que las lesiones sufridas en un parto por la mujer deben considerarse accidente no laboral. Reconoce así el derecho de una trabajadora a cobrar una pensión más alta que la concedida por la Seguridad Social, que calificó inicialmente lo ocurrido como enfermedad común.