¿Qué fue de las vacunas españolas contra el covid? De las cuatro anunciadas solo una está a punto de salir
En marzo de 2020, el mundo, después de ver los efectos de un coronavirus que se extiende sin control por el planeta, empieza a buscar desesperadamente una vacuna que frene la enfermedad. España se suma. Y con optimismo. Tan solo un mes después, en abril, el entonces ministro de Ciencia e Innovación, Pedro Duque, celebraba que existía "la posibilidad de que los laboratorios españoles" encontraran "la primera vacuna contra el covid-19". El proyecto del Centro Nacional de Biotecnología del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CNB-CSIC) liderado por Mariano Esteban y Juan García Arriaza era entonces el más avanzado. Pero hoy, tres años después del inicio del confinamiento, todavía no ha visto la luz. Ni ese proyecto ni los otros dos en los que trabaja el CSIC ni en el que avanza la empresa Hipra. Pero todos siguen en marcha y, en principio, acabarán viendo la luz. El último, de forma inminente.
Pero, ¿a qué se ha debido este retraso? Según explica el presidente de la Asociación Española de Vacunología, Jaime Pérez, no ha sido por un problema de financiación. El Gobierno, según una respuesta escrita al Grupo Parlamentario Vox del pasado mes de mayo, ha invertido 1,6 millones en los proyectos del CSIC, una cifra a la que habría que sumar más de tres que han ido a parar a la compañía Hipra en forma de subvención. "Está claro que una mayor inversión se traduce en mayor logro, pero la tardanza no ha sido solo por eso. Aparte del dinero, es muy importante tener el aliado adecuado en el momento adecuado", afirma.
Se refiere a la industria farmacéutica. "El mejor ejemplo es el de AstraZeneca. La vacuna la investigó la Universidad de Oxford, pero la desarrolló el laboratorio, por eso pudo salir adelante", explica.
Este es precisamente el escollo con el que se ha encontrado la investigadora Isabel Sola junto a sus compañeros de laboratorio en el CSIC, entre los que se encuentran Luis Enjuanes y Sonia Zúñiga. Su proyecto consiste en un suero que se aplicaría en spray a través de las mucosas nasales, lo que generaría, explica Sola, una "inmunización esterilizante" que impediría, directamente, el contagio. Para entenderlo: "Cuando un virus entra en nuestro cuerpo, nuestro sistema inmune, que funciona como un ejército, lo detecta y le ataca. Si ese ejército se encuentra en la puerta de entrada de ese virus, directamente no le dejará pasar".
No es una cosa nueva. Su equipo, que trabaja con otros coronavirus, ya lleva tiempo explorando el desarrollo de este tipo de vacunas. Es un objetivo, además, que también tienen el laboratorio AstraZeneca y otros inmunólogos a nivel mundial. "Ahora mismo las vacunas intranasales son un desafío porque no nos vale con demostrar que son buenas para inducir inmunidad, sino que tenemos que probar que son seguras para los humanos. Si no, las agencias del medicamento nunca las aprobarán. Y para eso necesitamos trasladar el proyecto a la industria farmacéutica", explica.
En esa fase están ahora. "Nos encontramos en un proceso de transición, modificando algunos aspectos de la vacuna que no aceptaría la industria, para conseguir escalar el proyecto a ese nivel y empezar los ensayos", aclara. Porque la inmunización funciona. "Lo hemos visto en ratones. La vacuna protege", celebra. Lo que no puede es dar plazos. "No es fácil hablar de cuándo llegará el suero, pero estos avances se miden en años, así que diría que podría tardar uno o dos más", vaticina.
La de Hipra, inminente
En cualquier caso, no habrá que esperar tanto para poder ver la primera vacuna española contra el covid. La que la empresa Hipra anunció en el mes de octubre de 2020 está al caer, según confirman sus fuentes a infoLibre. La Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) es la que tiene que dar la luz verde definitiva, y parece que será inminente. "Lo último que sabemos es lo que dijo en su última rueda de prensa, que la aprobación sería muy pronto, pero aún no tenemos fecha", explican, a la vez que aclaran que, en su caso, la tardanza se ha debido, principalmente, a estos trámites burocráticos. "Quienes nos marcan los tiempos son ellos, y desde Hipra siempre se han seguido", apuntan.
Inicialmente, según publicaron en su página web, su suero estaría listo en el cuarto trimestre de 2022. La Comisión Europea ya acordó el pasado mes de agosto la compra de hasta 250 millones de dosis de Hipra, un contrato que permitirá la adquisición de 4.200 millones de dosis a 14 países europeos. El proyecto ha sido financiaciado por el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), dependiente del Ministerio de Ciencia e Innovación, que aportó 17,3 millones de euros, de los cuales 14,7 son en forma de Ayuda Parcialmente Reembolsable (APR) y 3,8 millones en forma de subvención, como explicó el propio Ejecutivo en una respuesta parlamentaria en la que también defendió que el millón y medio concedido al CSIC "es suficiente para el desarrollo preclínico de la vacuna en cultivos celulares y modelos animales, pero no para el desarrollo clínico", al que todavía no han llegado ninguno de los proyectos del organismo público.
El de Vicente Larraga, que empezó en mayo de 2020, tenía pensado solicitar la autorización para ensayar el suero en humanos en otoño de 2022, aunque todavía no hay noticias de que esto se haya producido. Mariano Esteban y Juan García Arriaza, por su parte, pretendían hacer lo propio en otoño de 2022, después de retirar su solicitud meses antes por la "poca gente" que quedaba sin vacunar en España y por la irrupción de la variante ómicron. Sin embargo, y según explica Sola, la Agencia Española del Medicamento pidió más información sobre los resultados de los ensayos en animales y, por ahora, "el proyecto sigue en esa fase".
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Según los datos oficiales del Gobierno, el 85,9% de la población española ya tiene la pauta completa de vacunación y el 87,2% al menos una dosis. Pero aun así, las vacunas que todavía se están desarrollando deben seguir adelante con su proceso, según defienden todos los expertos consultados. "La ciencia debe seguir avanzando, y todavía tenemos desafíos grandes, como el de desarrollar un suero intranasal", apunta Sola.
Más allá de los avances meramente científicos, a nivel sanitario también son beneficiosas, puesto que el covid se está convirtiendo, poco a poco, en una enfermedad endémica. Para Rafael Bengoa, exdirector de Sistemas de Salud de la Organización Mundial de la Salud (OMS), de hecho, el covid ya es una endemia. "Este virus se quedará entre nosotros y será estacional, por eso será bueno tener una vacuna española este verano o este otoño. Sobre todo si se consigue que una de ellas sea esterilizante [que consiga evitar el contagio, como la que investiga Sola], lo que sería un éxito global", celebra.
Pérez apunta en la misma dirección. "Estas vacunas se plantean como dosis de recuerdo o estacionales. Es muy posible que en otoño de este año tengamos población vulnerable que tenga que volver a vacunarse. Ahí, estas nuevas vacunas serán clave", explica. Hace apenas un mes, la EMA apuntó a que las futuras campañas de vacunación contra el covid-19 podrían realizarse "una vez al año y al inicio del invierno".