ORGULLO LGTBI
De los 'vagos y maleantes' a la salida del arcoíris: el día que el Ministerio de Justicia celebró su primer Orgullo
Y la bandera arcoíris triunfó totalmente sobre el blanco y negro. La historia terminó de iluminarse décadas después. Un paso histórico, un símbolo que honra la dignidad de miles de personas del colectivo LGTBI que acabaron en la cárcel en España. Por primera vez, el Ministerio de Justicia organizó este martes un acto por el Orgullo y desplegó en todos sus edificios la enseña de colores.
Esas mismas paredes que vieron cómo se elaboraba la ley de peligrosidad social se muestran ahora totalmente orgullosas y reivindican a un colectivo que estuvo en el punto de mira social durante décadas con castigos por parte del régimen franquista. El Palacio de Parcent, con un acto pilotado por el ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, saldó su deuda con las personas LGTBI.
En esos muros del Ministerio de Justicia se redactó en 1970 la Ley de Peligrosidad Social y Rehabilitación Social, que reforma la antigua norma de vagos y maleantes. En ella se incluían penas de hasta cinco años de internamiento en cárceles o manicomios para personas LGTBI y se introducía un enfoque para “curar” la homosexualidad.
Detenciones, torturas, terapias, descargas eléctricas
En virtud de aquella ley, como recuerda en sus informes Amnistía Internacional, se crearon centros de detención: en Badajoz se encerraba a los pasivos y en Huelva a los activos. Además, se internaba a homosexuales en otras cárceles con zonas reservadas a ellos. Allí se aplicaban terapias de aversión, en las que se aplicaban descargas eléctricas. También se practicaba la lobotomía. Además, las personas LGTBI también eran enviadas a la colonia agrícola de Tefía, en Fuerteventura. Durante el franquismo, según datos de las asociaciones, más de 5.000 personas fueron detenidas por actitudes homosexuales. Nunca se reparó su situación.
La Ley de Peligrosidad Social fue derogada en varios puntos en 1978, entre ellos el que aplicaba el Código Penal a la homosexualidad. Fue uno de los primeros pasos para despenalizar socialmente al colectivo, que un año antes había celebrado su primera manifestación en favor de sus derechos en Las Ramblas en Barcelona. Esa derogación fue un primer paso, pero todavía estuvo vigente unos años la ley de escándalo público (que se extinguió totalmente en 1986). Las personas LGTBI tuvieron que esperar hasta 2005 para que el Congreso aprobara la ley de matrimonio igualitario, impulsada por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero gracias principalmente a la labor de Pedro Zerolo. En ese momento, España empezó a liderar cambios legislativos a nivel mundial. Durante la pasada legislatura se aprobaron también la nueva ley LGTBI y la ley trans.
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Durante al acto en el Ministerio de Justicia, Félix Bolaños señaló: "Hoy se ve cómo avanza un país, los derechos hay que ganarlos cada día, todavía hay inercias reaccionarias". Quiso recordar a aquellos que lucharon en la etapa "más negra y dura del país". "Pero hoy podemos decir que España es vanguardia, y vamos a seguir siéndolo", subrayó. Con una promesa: el Gobierno central "recurrirá todas las leyes que aprueben comunidades autónomas que supongan retrocesos para el colectivo". "Es un día de Orgullo y Justicia", añadió el titular de Interior, quien dijo que se dejará la piel para que bajen las cifras de delitos de odio. En el acto estuvo también el responsable de Interior, Fernando Grande-Marlaska. "El Gobierno está orgulloso", remachó.
También quiso lanzar un mensaje Manuel Olmedo, secretario de Estado de Justicia, quien resaltó el simbolismo del acto, pero, sobre todo, subrayó la necesidad de alcanzar una "igualdad real" en el día a día para "ser quien quieras ser". Puso también el foco en que las personas LGTBI pueden denunciar los delitos de odio y confiar en las instituciones: "Las cifras de las denuncias son solo la punta del iceberg".
El simbolismo de la bandera arcoíris en las sedes del Ministerio de Justicia cobra especialmente importancia en Madrid, donde la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de la capital han decidido otro año más no colgar la enseña de colores. Esta práctica se ha extendido en otros muchos municipios de España desde las elecciones locales y autonómicas del 28M, donde consistorios del PP y de Vox se niegan a ponerla.