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Vigo y Bilbao lanzan una acción pionera contra el acoso callejero: las paradas de autobús nocturnas

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Este viernes, 16 de febrero, la ciudad de Vigo pondrá en marcha una medida pionera en la lucha contra el acoso callejero que sufren las mujeres. Se trata de reformular la movilidad nocturna, de modo que los autobuses ofrezcan la posibilidad de, dentro de la ruta oficial, efectuar paradas alternativas que permitan a las mujeres aproximarse lo máximo posible a su punto de destino. Serán paradas bajo demanda, que decidirán las usuarias del transporte.

En Bilbao la misma medida, aprobada en pleno, prevé implantarse en los próximos meses, mientras que en Vitoria se encuentra en fase de estudio. El alcalde de Donostia, por su parte, ha manifestado su interés por sumarse a la iniciativa y en Terrassa (Barcelona) la propuesta ha recabado el apoyo del pleno municipal, que actualmente está analizando su viabilidad. 

"Las mujeres que viajen a partir de las 22:30 horas y lo deseen pueden solicitar al conductor, dentro de la ruta, la parada que ellas decidan", explicó en declaraciones a los medios el alcalde de Vigo, Abel Caballero (PSdeG-PSOE). Ellas, añadió, deberán comunicar esta decisión al conductor justo al entrar en el vehículo y quedarse cerca de la puerta de delante para "apearse ella y evitar que salga más gente" en la parada solicitada. Caballero indica que la decisión va dirigida especialmente a las mujeres que viajen en los autobuses nocturnos, pero también podrán hacer uso de la medida "otras personas que por sus características lo soliciten". La finalidad, asegura, es que las mujeres "tengan la mayor seguridad en sus desplazamientos nocturnos".

En el caso de Bilbao, el servicio de autobuses nocturnos realizará paradas intermedias para "mejorar la seguridad desde una perspectiva de género", tras la petición registrada a finales de enero por el grupo municipal de EH Bildu y respaldada por el resto de los grupos municipales. El nuevo reglamento de Bilbobus –el servicio municipal de transporte urbano de la ciudad– incorpora, de esta manera, la puesta en marcha de estas paradas que serán estudiadas por el equipo municipal a lo largo del primer semestre del año, para posteriormente ser implantadas. La capital vizcaína rechaza efectuar paradas a demanda, para no eternizar el servicio, y se centra ahora en analizar cuestiones como la seguridad del que sube y baja en el autobús.

También el pleno del Ayuntamiento de Vitoria aprobó por unanimidad estudiar la implantación de paradas de autobús nocturnas intermedias, mientras que el alcalde de Donostia, Eneko Goia (PNV), ha mostrado su apoyo a la medida y ha señalado que su consistorio estudia "seriamente" extenderla a su ciudad. Este miércoles, el concejal de Espacio Público de Sabadell (Barcelona), Xavier Guerrero, ha anunciado su intención de trabajar sobre un estudio, a petición del PSC, para plantear el mismo proyecto.

Los ayuntamientos que han apostado por la idea –cuyo origen se sitúa en la ciudad francesa de Nantes, en 2015– insisten en que no responde a un aumento de la peligrosidad en sus respectivas ciudades, sino a la voluntad de aumentar la sensación de seguridad de las mujeres. "Vigo es una ciudad segura, pero todas las medidas que podamos tomar para hacerla más segura, las vamos a tomar", recalca el alcalde vigués. Algo similar ocurre en el caso de Terrassa. La concejala de Políticas de Género, Gracia García (PSC), explica en conversación con infoLibre que en el municipio no se ha registrado un mayor número de denuncias y no hay conocimiento de una tendencia creciente de casos de acoso, pero lo cierto es que "si una mujer sigue teniendo miedo por andar de noche por la calle, hay que avanzar para evitarlo". 

La idea, relata la concejala, surge de una Propuesta de Resolución de la CUP, "que en su ideología una de las cuestiones que lleva por bandera es el feminismo". La propuesta llama a iniciar los trámites de estudio de la viabilidad de sacar adelante el proyecto y fija que sólo las mujeres podrán hacer uso del servicio. Cuando el equipo de Gobierno recibe la iniciativa, la consideran "una idea muy interesante e innovadora". Todos los grupos municipales, a excepción del único concejal del PP, apoyaron la propuesta. Actualmente, el ayuntamiento trabaja por "hacer un estudio e implantar" la idea.

"Queremos que toda persona afectada se involucre", apunta García, de modo que la participación de actores como los "trabajadores de la empresa" de autobuses será fundamental. Una de las cuestiones sobre las que trabaja el equipo consiste en asegurar que la medida tendrá un coste cero y no afectará a los horarios de los autobuses. "Si, por ejemplo, parar en un punto concreto supone que otra mujer tenga que estar más tiempo esperando en su parada", habría que accionar los mecanismos necesarios para "mejorar los tiempos". Tal vez, plantea la concejala, "se podría adaptar la aplicación para que esté activa cada quince segundos y la mujer que vaya a su parada pueda ir a la hora exacta". Gracia García también insiste en la necesidad de "saber explicar" el por qué de dicha herramienta, de modo que la población sepa entender su funcionamiento y las razones que la impulsan.

Un paso contra el acoso

Los motivos sobre los que se apoya el novedoso proyecto no son pocos y sus efectos resuenan con fuerza. La encuesta elaborada por la Agencia Europea de Derechos Humanos en el año 2014 revela que una de cada cinco mujeres, el 21%, ha sentido preocupación en los últimos doce meses previos a la entrevista por la posibilidad de ser agredida física o sexualmente. Además, más de la mitad de todas las mujeres de la UE, el 53%, procura evitar ciertos lugares o situaciones, al menos en ocasiones, por temor a ser víctima de agresiones físicas o sexuales. En este contexto, recuerdan las expertas consultadas, toda acción destinada a incrementar la seguridad de las mujeres traerá consigo importantes beneficios.

Marisa Soleto, presidenta de la Fundación Mujeres, considera que "no es una medida baladí" y recalca que la población femenina si no realiza esta demanda "es porque se ha acostumbrado a vivir con miedo". Soleto valora positivamente la "sensibilidad" de algunos ayuntamientos para "ajustar sus servicios públicos" a mejorar la situación de las mujeres. Se trata, a su juicio, de una "buena iniciativa para aliviar la sensación de inseguridad".

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Ahora bien, matiza, "hay que ser conscientes", en primer lugar, de que en general "la medida reporta beneficio también a otros colectivos", como las personas con movilidad reducida, y de que "la solución al acoso callejero es que los hombres dejen de acosar". En este sentido, resulta fundamental que los ayuntamientos continúen con la tendencia de "los últimos años" a la hora de poner en marcha "campañas de sensibilización en el marco de fiestas" o a la hora de "personarse en los juicios por acoso". Soleto invita a recordar, además, que "el acoso deviene en otras cuestiones más graves", por lo que se hace necesario "apelar siempre a la educación" con el fin de incurrir en una "intervención mucho más profunda" que conduzca a un "cambio de comportamiento".

Con ella coincide Eva Álvarez, arquitecta y profesora en la Universitat Politècnica de València, cuya experiencia pasa por el diseño de planes de urbanismo desde una perspectiva de género. "Todo lo que ayude a que las mujeres tengan autonomía es bueno", afirma en conversación con este diario. Álvarez reflexiona sobre los efectos de la iniciativa, y subraya que "para una persona que ya tiene autonomía, estos gestos parecen poca cosa", pero la percepción y la utilidad práctica es totalmente distinta respecto a aquellas personas que sí pueden verse afectadas. 

La arquitecta entiende que este tipo de políticas públicas, que desde los últimos años proliferan a nivel municipal, actúan "como modo de apagar un fuego" y aunque "no van a extinguir" el problema de fondo, "va a hacer que la gente tome conciencia" sobre su dimensión. El análisis, recuerda, es incompleto si no se cuestionan además "las circunstancias que hacen que esta medida sea buena".

Este viernes, 16 de febrero, la ciudad de Vigo pondrá en marcha una medida pionera en la lucha contra el acoso callejero que sufren las mujeres. Se trata de reformular la movilidad nocturna, de modo que los autobuses ofrezcan la posibilidad de, dentro de la ruta oficial, efectuar paradas alternativas que permitan a las mujeres aproximarse lo máximo posible a su punto de destino. Serán paradas bajo demanda, que decidirán las usuarias del transporte.

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