Ébola

El virus del Ébola no cede en África

Un grupo de niños en Bamako comen del mismo recipiente.

El ébola ha matado a 4.922 personas en todo el mundo, la mayoría en África Occidental, según los últimos datos aportados por la OMS. Aunque Senegal y Nigeria han sido declarados países libres del virus, la pandemia no ha remitido en otras zonas, donde avanza imparable. De hecho, la OMS ha advertido de forma reciente de que el número de casos se está duplicando cada cuatro semanas y de que llevará meses poner freno al brote. En la actualidad, los esfuerzos se están centrando en 15 países limítrofes o que mantienen estrechos lazos con los países más afectados: Liberia, Sierra Leona y Guinea.

Sin embargo, poner freno a la expansión del virus, explica a infoLibre Saleck Ould Dah, coordinador de campañas de Save the Children en Mali, es complicado. El déficit de profesionales, la falta de una cobertura universal y la debilidad de los sistemas de salud dificultan la contención de la pandemia. La insuficiencia sanitaria ha determinado el crecimiento del brote. "Los Estados no tienen medios para atajar la expansión. Faltan medicamentos y también trabajadores sanitarios", añade. Las cifras no dejan lugar a dudas. En Liberia, por ejemplo, hay un médico por cada 100.000 habitantes, lo que supone 30 veces menos de lo que hay en España. En Sierra Leona la ratio es de un doctor por cada 40.000. En Mali hay 15 pediatras para todo el país.

Los datos de la OMS también reflejan el número de médicos y enfermeros fallecidos a causa del ébola, que asciende a 216. "Muchos no estaban preparados y atendieron a los pacientes sin la protección adecuada, aunque ese problema también se ha dado en otros países más desarrollados. Ahora a muchos les da miedo atender a las personas que están infectadas porque han visto a compañeros morir", dice Ould Dah. Bajo su punto de vista, es imprescindible que haya una mayor formación para los profesionales sanitarios, pero también para el total de la población. "La gente ha entrado en pánico", señala.

"La clave es que hacen falta fondos para que el Estado pueda contratar a más profesionales sanitarios. Este año el Gobierno ha contratado a 200 médicos, pero nos hacen falta 10.000 más. En Mali tenemos buenas escuelas, pero falta motivación para que, una vez licenciados, los profesionales se queden en el sector público. Los salarios son muy bajos y la mayoría prefiere irse al sector privado. Otro asunto preocupante son las zonas rurales, donde es más complicado retener a los trabajadores de la salud", explica Ould Dah. 

"En África faltan 1,8 millones de profesionales sanitarios de distintas ramas y es muy difícil retenerlos en determinadas áreas. La retención rural del personal sanitario es complicada porque en este ámbito suele haber menos oportunidades de trabajo para los cónyuges, menos oportunidades educativas para los hijos, menos opciones de ocio o de desarrollar la carrera laboral... También hay una fuga de cerebros brutal desde países pobres a otros más ricos", señala Liliana Marcos, asesora de la OMS en materia de financiación de sistemas públicos de salud. 

Entre tanto, el compromiso de los países ricos para contribuir al fin de la pandemia del ébola no se traduce en la aportación de todos los fondos que son necesarios. A mediados del mes pasado Naciones Unidas hizo un llamamiento a los organismos internacionales para recaudar 780 millones de euros para controlar la epidemia. Por el momento, los donantes sólo han aportado la mitad, 385 millones de euros, según cifras aportadas este miércoles por Médicos sin Fronteras, que pidió 11 millones de euros a la ciudadanía para poder seguir atendiendo a los nuevos enfermos. 

Pagar por ir al médico

Aunque existe una red pública, la atención sanitaria es de pago en la mayoría de los países. Eso provoca que muchos pacientes a pesar de tener síntomas no acudan al médico. "En mi país, el 55% de la población o no tiene ningún tipo de aseguramiento o carece de los medios económicos suficientes para poder pagarse una consulta. En general en todo el continente hay muchas personas que no tienen acceso a los servicios de salud porque no los pueden pagar. Eso les empobrece y hace que no vayan al médico, que acudan a sanadores o a terapias tradicionales, lo que acarrea consecuencias muy negativas", señala Ould Dah. 

Expertos en emergencia sanitaria comparan la gravedad de este brote con la evolución del VIH. De hecho, el coste económico de la pandemia para África occidental será de más 25.000 millones de euros a finales de 2015 si el virus se extiende más allá de Sierra Leona, Liberia y Guinea, según datos del Banco Mundial. 

"La principal lección que la comunidad internacional puede sacar del ébola es la necesidad de reforzar sistemas de salud", señala la asesora de la OMS Liliana Marcos. A su juicio, una vez que la epidemia sea contenida y el impacto inmediato solventado, hay que concentrarse no tanto en enfermedades sino en construcción de sistemas de salud que puedan solventar cualquier necesidad que tenga un individuo. "Puede ser una emergencia sanitaria como el ébola o que te rompas una pierna. Si no hay un sistema de salud, una lesión leve puede acarrear una discapacidad de por vida", señala. 

Marcos considera también que es muy importante que los países tengan sistemas fiscales y de generación de ingresos que se distribuyan de una forma equitativa. "Hay países africanos de renta media que todavía pueden hacer mucho para cumplir el compromiso de dedicar el 15% de su presupuesto a la atención sanitaria. Hay otros, donde la renta es más baja, donde por mucho que rasques es difícil cubrir las necesidades de la población y ahí es donde la cooperación al desarrollo tiene que jugar un papel importante. Hay que trabajar teniendo en cuenta que se trata de capacitar a los Estados para que puedan responder a las necesidades de los ciudadanos", asevera. 

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Bajo el auspicio de Anesvad y la OMS una treintena de expertos en salud de África se han dado cita en Madrid los días 27, 28 y 29 de octubre con el objetivo de impulsar una red internacional para reforzar y financiar los sistemas públicos de salud en el continente. La existencia de sistemas sanitarios todavía por definir supone una debilidad que explica la propagación de epidemias como el ébola o la malaria. "Cada año 10 millones de personas en todo el mundo caen la pobreza por tener que pagar por atención sanitaria. Esto genera situaciones dramáticas en países donde la gente ya era pobre", dice Marcos.

Camino libre a otras enfermedades

Ould Dah asegura que en su país existe ahora el temor de que el ébola deje el camino libre a otras enfermedades. Una muestra de ello es el caso del cooperante cubano Jorge Juan Guerra, que murió de malaria tras haber dado negativo por ébola. Cuando los médicos iniciaron el tratamiento contra la malaria ya era tarde. Sus órganos estaban demasiado debilitados. Aunque se trata de una enfermedad curable, la malaria mató en 2012 a 7.000 personas en los tres países que actualmente están siendo más afectados por el ébola: Liberia, Guinea y Sierra Leona, según datos publicado por la BBC. La mayoría de las víctimas fueron niños pequeños.

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