Jordi de la Fuente, el dirigente de Vox y antiguo cabecilla de la derecha neonazi y antisemita

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La acusación de antisemitismo se escucha a todas horas estos días. El PP se la dedica a la ministra Ione Belarra (Podemos). La presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, a Mónica García (Más Madrid). Acción y Comunicación sobre Oriente Medio (ACOM), el más ruidoso lobby pro-israelí en España, la reparte con profusión: hay para las ministras Yolanda Díaz y Belarra, pero también para Enrique Santiago, Íñigo Errejón, Pablo Echenique o Pablo Iglesias, o para la socialista Amparo Rubiales, o para otros como el escritor Juan Manuel de Prada. Suena mucho el adjetivo "antisemita". Pero, realmente, es difícil encontrar entre los así etiquetados "hostilidad o prejuicios hacia los judíos", corazón de la definición de la RAE. Y más difícil aún es hallar algo en sus palabras que nos haga viajar al terreno al que remite la palabra "antisemita", terrorífico si miramos la historia del siglo XX, el siglo del Holocausto y del nazismo, el siglo de Hitler.

Lo que sí es fácil de encontrar, sobre todo en el lado izquierdo del tablero político, son críticas a la respuesta militar de Israel tras la agresión terrorista de Hamás. O incluso críticas que van más allá para alcanzar al papel histórico del Estado israelí en la región. Pero, ¿antisemitismo? Hay que forzar mucho para considerar de rechazo a todo un pueblo las palabras de los citados. Es más, es complicado encontrar trazas de antisemitismo en dirigentes orgánicos o cargos públicos en activo en la política española.

Difícil, pero no imposible.

Lo que quizás le extrañe al lector, atendiendo a las voces que se expresan en público estos días sobre el conflicto, es que el partido en el que aparezcan sea Vox. Pero así es.

Un ascenso con la mochila a cuestas

La formación presidida por Santiago Abascal exhibe un total alineamiento con el Gobierno de Benjamín Netanyahu y acusa Pedro Sánchez de tener "la admiración por el terrorismo de Hamás metida dentro del Consejo de Ministros". En rigor, no constan muestras en el Ejecutivo de "admiración" por el grupo liderado por Yahya Sinwar, pero eso no frena el discurso de Vox.

Ahora bien, si de verdad quiere encontrar huellas de antisemitismo, Abascal puede empezar buscando más cerca. El ejemplo más claro: un dirigente de Vox, concretamente en la provincia de Barcelona, que es además el único representante del partido en la Diputación, acumula un destacado historial de activismo extremista en el ámbito neonazi, incluyendo una etapa como cabecilla de un partido con notoria actividad antisemita. Más aún: el rechazo a Israel quien hoy es un cargo orgánico e institucional alcanzaba tal punto que ha hecho defensa de –y mostrado admiración por– una organización enfrentada a muerte con Israel, al igual que Hamás. Hablamos de Hezbolá, grupo libanés que ahora mantiene en vilo a toda la región –sobre todo a los kibutz próximos a la frontera– con la posibilidad de la apertura de un segundo frente bélico.

El dirigente se llama Jordi de la Fuente. Su nombre ganó cierta fama en febrero de 2021, cuando La Marea publicó una noticia con el siguiente titular: "El asesor neonazi de Ignacio Garriga (Vox) y admirador de Hezbollah". A primera vista se antoja una frase estupefaciente. ¿Cómo va a haber un "admirador de Hezbolá" en Vox, partido que se presenta alineado con la línea dura de la respuesta israelí en Gaza, partido obsesionado con penetrar en círculos conservadores estadounidenses –donde la adhesión israelí es peaje obligatorio–, partido que tuvo entre sus ideológicos a Rafael Bardají, un nombre sobresaliente en el think-tank pro-israelí Friends of Israel Iniciative, partido mimado por el lobby pro-israelí español ACOM y por su fundador, David Hatchwell?

Pero sí, es así. Es más, desde 2021 De la Fuente ha ido en ascenso. Hoy es, con su pasado de dirigente de la ultraderecha neonazi a cuestas, concejal en Sant Adrià de Besòs (Barcelona, más de 35.000 habitantes), el único diputado de Vox en la Diputación de Barcelona y dirigente provincial del partido. Garriga, ahora secretario general de Vox, lo tiene como un hombre de confianza, explica el investigador sobre extrema derecha Xavier Rius, autor de Vox, el retorno de los ultras que nunca se fueron (Akal, 2023).

"Antisemitismo furibundo"

La formación clave para explicar la trayectoria de De la Fuente es el Movimiento Social Republicano (MSR), un partido que en su corta vida, entre 1999 y 2018, tuvo tiempo de hacerse un nombre en el avispero extremista con sus posiciones "patrióticas" y "nacional-revolucionarias". Para los investigadores Miquel Ramos y Nora Rodríguez, se trata de un partido que puede incluirse en el mismo grupo de fuerzas "neonazis" que Respuesta Estudiantil o España 2000, como recogen en el informe De los neocón a los neonazis. La derecha radical en el Estado español (Fundación Rosa Luxemburgo, 2021).

Pep Anton Ginestà, especialista de referencia en este campo y coautor del informe, considera al MSR una organización "nacional-revolucionaria", concretamente "un subgrupo de la llamada área patriótica", que "tuvo entre sus filas lo bueno y lo mejor del neonazismo español". Entre ellos, Ginestà da el nombre de Melisa Domínguez, conocida dirigente neonazi de Hogar Social Madrid (HSM). El propio HSM tuvo vínculos directos con el MSR y sus juventudes, Liga Joven, formadas por "neonazis que actuaban generalmente en el ámbito universitario", detalla el informe De los neocón a los neonazis. Otro referente neonazi como Alberto Ayala de Cantalicio, antiguo líder de los Ultras Sur, de las Juventudes de Canillejas o de Combat España, también militó en el MSR, añade Ginestà.

Más –y más grave aún– sobre el MSR: en 2010, durante el proceso por asociación ilegal y tenencia ilícita de armas que puso en el punto de mira al grupo neonazi Blood & Honour, afloró que 17 militantes enrolados en sus filas habían ido en listas del MSR de las generales de 2004. La Fiscalía sostenía que el único fin de B&H era promover "la discriminación contra determinados grupos de personas y luchar para conseguir la Europa Blanca que promovió Adolf Hitler durante el III Reich". El Tribunal Superior de Justicia de Madrid firmó 15 condenas, ratificadas por el Supremo, que disolvió Blood & Honour.

No es raro que con un pedigrí así Israel haya estado en el punto de mira de los republicanos del MSR, partido que –como destaca el historiador Xavier Casals– incluía a Israel en las fuerzas de la "antiespaña". El fotoperiodista Jordi Borràs, autor de un capítulo sobre la extrema derecha en Cataluña dentro de la investigación de la Fundación Rosa Luxemburgo, sintetiza en dos palabras la esencia del MSR respecto a la cuestión judía: "Antisemitismo furibundo". Borràs recuerda, en conversación con infoLibre, que el primer líder del MSR fue Juan Antonio Llopart, condenado en primera instancia y finalmente absuelto por el Supremo en el famoso caso de la librería Kalki y la editorial Nueva República. El motivo de la absolución fue que la difusión de material nazi e ideas genocidas no puede considerarse por sí sola, si no hay un llamamiento expreso a la acción violenta, una incitación al delito. Un dato más: en 2009 las siglas MSR aparecieron junto a al menos una pintada en el Centro de Estudios Judaicos Jabad Lubavitch, en Barcelona. Entre otros mensajes, podía leerse la palabra "asesinos", informó entonces Europa Press.

Jordi de la Fuente y Hezbolá

De la Fuente, ahora dirigente y cargo institucional local y provincial de Vox, fue un sobresaliente nombre propio del MSR. En el Registro de Partidos Políticos del Ministerio del Interior todavía aparece como su "secretario nacional". En realidad, ya no lo es. Pero la permanencia de su nombre en ese espacio sirve como recordatorio de que, tras la salida de Llopart en 2014, De la Fuente tomó el liderazgo del MSR. En 2015 aún hacía campaña por esta formación, como ha podido acreditar este periódico. Y lo seguro también es que, antes de pasarse en 2016 a la Plataforma per Catalunya de Josep Anglada y de ahí a Vox en 2019, De la Fuente se implicó hasta las cejas en el MSR.

El episodio más llamativo de la militancia de De la Fuente en este partido es el desvelado en 2021 y que une su nombre a Hezbolá. Los hechos tuvieron lugar en 2013, cuando viajó a Beirut, capital de Líbano, "como parte de la estrategia del partido antisemita de unirse a quien mantuviera conflictos abiertos con Israel", desveló La Marea. Allí participó, junto al propio Llopart, en una conferencia en el hotel Golden Tulip que fue cubierta por la televisión Al Manar, propiedad de Hezbolá. Sobre la adhesión de De la Fuente a Hezbolá da idea una fotografía, reproducida en el artículo, en la que se le ve con un emblema de dicho grupo, considerado "terrorista" por EEUU, Israel y buena parte de la comunidad internacional.

infoLibre preguntó a De la Fuente si desmentía algún elemento de la información de La Marea. No hubo respuesta. En relación al MSR, trasladó a este periódico la siguiente valoración: "El Movimiento Social Republicano fue un partido que, como cualquier otro, se rige por unos estatutos y un programa, que de ninguna forma aluden al ideario 'neonazi' o definen a dicho partido como 'neonazi'". "Por lo tanto, jamás he militado en un partido 'neonazi'", añadió De la Fuente, que declinó la propuesta de una conversación y prefirió responder por escrito a las cuestiones planteadas.

Una petición de cese ignorada por Vox

La publicación de la información en 2021, que añadía un vídeo en el que se le veía haciendo el saludo fascista en un concierto en Madrid, movió ya en 2021 a De la Fuente a publicar un hilo de Twitter en el que no desmentía una coma.

Su mensaje central era que había dejado atrás aquellos tiempos. El lobby ACOM, dedicado en la política doméstica a exaltar a Ayuso y a atacar a sus adversarios, no se conformó y llegó a hacer una excepción en su regla general de defender también a Vox para exigirle el cese de De la Fuente. "ACOM considera que la militancia en la última década en formaciones antisemitas y xenófobas de Jordi de la Fuente, Vicesecretario de organización de Vox en Barcelona, le inhabilita para ejercer cargos relevantes en un partido constitucionalista como VOX", decía el comunicado del lobby pro-israelí, que añadía que el "odio feroz" de De la Fuente a Israel es "completamente incompatible" con una "mínima coherencia" en dicho partido.

Había un antecedente que hacía pensar que quizás el caso le costase la carrera en Vox al dirigente catalán: en 2019: el cabeza de lista de Vox por Albacete antes de las elecciones de abril de aquel año, Fernando Paz, tuvo que dimitir entre acusaciones de negacionismo del Holocausto. Los juicios de Núremberg tuvieron, a su juicio, un “cierto aire de farsa”. Las palabras saltaron a periódicos y adiós Paz. En cambio, Vox ha sostenido a De la Fuente, que a su trayectoria como dirigente con experiencia callejera suma su condición de politólogo. Lo sostuvo tras las revelaciones de 2021. También cuando a primeros de este año el periodista especializado en extrema derecha Xavier Rius publicó Vox, el retorno de los ultras que nunca se fueron, donde sostiene que De la Fuente fue detenido por una pintada junto a una sinagoga barcelonesa de 2009. ¿Y qué decía la pintada? "El verdadero Holocausto es el de Palestina", expone Rius, que atribuye a De la Fuente un "pasado negacionista". "Jamás fui condenado, sancionado o penalizado de ninguna forma por la Administración en todo su sentido", afirma ahora De la Fuente, preguntado por aquel caso. Y añade que "jamás" ha reconocido las "supuestas pintadas". Este periódico insistió en si había sido detenido en este caso, pero no hubo respuesta.

Contra los menores inmigrantes

En la mochila de De la Fuente pesa también una trayectoria de defensor y propagandista de Vladimir Putin y de divulgador y prologuista de Alexandr Dugin, considerado un filósofo con especial influencia sobre el presidente ruso.

Pero ningún episodio de su trayectoria ha impedido a De la Fuente no sólo mantenerse, sino progresar en Vox. En las últimas municipales fue número 2 de la lista de Vox en Sant Adrià de Besòs y salió elegido concejal. El partido lo ha convertido después en diputado provincial en la Diputación de Barcelona. Es un puesto sobresaliente: es el único representante de Vox en la institución. En el plano orgánico, no ha dejado de ser dirigente provincial. Este año, en mayo, se ha convertido en "Responsable Intermunicipal Provincial" de Vox Barcelona.

infoLibre preguntó a Vox por qué mantiene a De la Fuente, pero no hubo respuesta. Ni a esa ni al resto de cuestiones planteadas sobre el contenido de este artículo.

Hoy De la Fuente cuida su carrera en Vox. Ya no muestra apoyo a Putin, ni ataca la política de Israel, ni habla de "apartheid" en Palestina, como hacía en 2014. En su cuenta de Twitter, donde explota su perfil de "politólogo en guerra cultural", un puñado de mensajes antiguos testimonian inclinaciones cuya exhibición hoy es un lastre. Como uno en 2016, cuando salía a defender a Hezbolá frente a un ataque de Pilar Rahola. U otro mensaje aquel mismo año, cuando criticaba a otros por "pelotear al Israel sionista". De nuevo en 2016, dudaba que pudiera "existir algo peor" que el sionismo.

El nuevo De la Fuente ya no dice cosas así. Sabe dónde está. No hay distracciones sobre la identidad del enemigo: el inmigrante. Especialmente, el que llega de África. Las formas se han suavizado. Eso sí, el entusiasmo que pone al señalamiento es el de siempre.

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De la Fuente tiene un asunto pendiente con la justicia. La Fiscalía pidió para él en 2021 dos años y dos meses de cárcel por el supuesto ataque a un centro de menores inmigrantes en Masnou (Barcelona). El juicio aún no ha tenido lugar. "Fiscalía pide una condena por ejercer la libertad de expresión, al denunciar los casos de agresiones sexuales vividos por vecinas de Masnou por parte de extranjeros, y no por un asalto a un centro de menores", valora De la Fuente.

Entre Olona y ACOM

Lo cierto es que, a pesar de los esfuerzos de desvinculación de Vox, el partido no ha logrado nunca librarse del todo de las acusaciones de acoger elementos con vínculos neonazis. Macarena Olona, tras su traumática salida en 2022, denunció un supuesto hostigamiento por parte de sectores nazis vinculados al partido. "Estoy viviendo un Vox History X", ha declarado, en referencia a la película American History X, centrada en un neonazi que abre los ojos y trata de dejar atrás ese mundo. De la Fuente no es el único cargo público de Vox proveniente del MSR. El partido de Abascal también ha recibido algún antigo candidato de Democracia Nacional, histórica formación del campo neonazi.

¿Y qué dice ACOM, el grupo de presión que reparte acusaciones de antisemitismo entre militantes del PSOE, Podemos, IU, Más Madrid...? infoLibre preguntó a esta entidad fundada por David Hatchwell, empresario próximo a Isabel Díaz Ayuso, sobre su posición ante la trayectoria de de De la Fuente y sobre el contraste entre el trato que da a los partidos de izquierdas, donde no hay cuadros con pasado parecido, y a Vox. No hubo respuesta.

La acusación de antisemitismo se escucha a todas horas estos días. El PP se la dedica a la ministra Ione Belarra (Podemos). La presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, a Mónica García (Más Madrid). Acción y Comunicación sobre Oriente Medio (ACOM), el más ruidoso lobby pro-israelí en España, la reparte con profusión: hay para las ministras Yolanda Díaz y Belarra, pero también para Enrique Santiago, Íñigo Errejón, Pablo Echenique o Pablo Iglesias, o para la socialista Amparo Rubiales, o para otros como el escritor Juan Manuel de Prada. Suena mucho el adjetivo "antisemita". Pero, realmente, es difícil encontrar entre los así etiquetados "hostilidad o prejuicios hacia los judíos", corazón de la definición de la RAE. Y más difícil aún es hallar algo en sus palabras que nos haga viajar al terreno al que remite la palabra "antisemita", terrorífico si miramos la historia del siglo XX, el siglo del Holocausto y del nazismo, el siglo de Hitler.

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