Vox se maneja bien el en ámbito de las teorías de la conspiración. Los protagonistas de estas teorías suelen ser la élite globalista, el magnate George Soros, Bill Gates, China y el lobby farmacéutico, confabulados de algún modo en un plan maestro para dividir al pueblo y abolir la libertad a través del miedo, las vacunas, el chip ID2020 y el 5G. Todas ellas tienen un nexo en común: el temor y la desconfianza hacia “el otro”. Ese es el pegamento más habitual de las teorías de la conspiración y también de las proclamas de Vox.
A estas teorías se le ha unido otra, acuñada en 2010 por el escritor francés Renaud Camus, que recibe el nombre de El Gran Reemplazo, según la cual los blancos católicos están en trance de ser sustituidos, siguiendo un plan deliberado alentado por las “élites globalistas”, por árabes, subsaharianos y población de otras etnias. Suena disparatado y lo es. Pero disparatado no significa inocuo. Ni desconectado de la realidad política española ni de la lógica de sus partidos.
El hecho de que la portavoz adjunta de Vox, Macarena Olona, haya defendido este martes en el Congreso que "hay culturas que son una amenaza" y generan "inseguridad" en la población no es casual, sino que forma parte de su calculada campaña electoral para concurrir a la Junta de Andalucía. "Todos ustedes han decidido que en nuestra casa, cuando viene una visita que ha entrado reventando la puerta, se debe quedar", ha lanzado. Lo ha hecho durante la defensa de una proposición no de ley para instar al Gobierno a que declare ‘‘situación de interés para la Seguridad Nacional" la "crisis migratoria y la amenaza terrorista" provocada por los "flujos de inmigración ilegal".
Esto completa el argumento lazando por su compañero de filas, Jorge Buxadé, que defiende que "existe una voluntad real en Bruselas" de "poner en marcha un reemplazo poblacional en Europa" y del propio líder del partido, Santiago Abascal. "La agenda 2050 de Sánchez es un plan declarado de inmigración masiva y de sustitución poblacional que va a importar masivamente varones en edad militar desde África mientras condena a la emigración a los jóvenes españoles a los que han robado el futuro", aseguró Abascal en un mitin en Granada en mayo de 2021.
Sin embargo, los ultraderechistas no han contado con el apoyo de ningún grupo de la Cámara Baja y hasta tres de los portavoces que han intervenido en el debate han hecho referencia a la citada teoría de la conspiración. "El PNV no cree en esta conspiración globalista que Vox dice que está guiada en Europa por las élites del Parlamento Europeo, por la Comisión y por algunos gobiernos, entre ellos el de España. Es más, creemos que Vox tampoco lo cree", ha manifestado Mikel Legarda.
"Las teorías, más bien mentiras inspiradas en el odio, representadas en la islamofobia con la teoría del Gran Reemplazo, se convierten en una práctica mortífera. Y la manera en la que los partidos institucionales y los gobiernos hacen el juego a ese racismo, también es un factor", ha lamentado la parlamentaria de ERC, María Carvalho, que ha mencionado varios asesinatos instigados por supremacistas blancos en base a esta argumentación, el último ocurrido en la localidad de Búfalo (Estados Unidos) este fin de semana. Su autor, Payton Gendron, era un creyente de esta teoría.
A él también se ha referido el parlamentario de Unidas Podemos, Ismael Cortés. "El miedo induce al odio y el odio induce a la violencia, tal y como hemos visto en los asesinatos de Búfalo. Un joven movido por ideas nazis, supremacistas ha provocado 10 muertos en un ataque armado investigado como un crimen de odio racial. Este joven manipulado por ideas racistas se hacía eco de la teoría del Gran Reemplazo", ha recordado Cortés.
La "civilización occidental", el concepto estelar de la ultraderecha
La hostilidad hacia los migrantes (si son musulmanes o de origen subsahariano) envuelta en el celofán de la lucha contra la delincuencia y la preservación cultural es una de las banderas de la extrema derecha. El politólogo y sociólogo Tarek Jaziri, autor de El toro por los cuernos: Vox, la extrema derecha europea y el voto obrero, cree que "en un contexto de incertidumbre, política y económica, es más sencillo dar una respuesta sencilla que una compleja", explica en declaraciones a infoLibre. "Ya en Francia, Austria y Alemania algunos políticos lo mencionan explícitamente o sutilmente", señala, en referencia a la teoría de El Gran Reemplazo.
Jaziri apunta que "el argumento económico está bastante refutado" ya que "hay bastante evidencia de que la inmigración es buena para la economía", pero matiza su implantación en el ámbito cultural: "Cada sociedad asimila la inmigración de forma diferente", añade. "En Europa esta teoría conspiranoica la aplican sobre todo a inmigrantes africanos y no a los latinos, también porque suelen venir a España y no a otros países", explica el politólogo. "La razón es porque culturalmente el choque es mayor, los latinos suelen ser católicos e hispanoparlantes. Ellos no 'atacan la civilización occidental', nuestras tradiciones y modo de vida cristiano, según el prisma de Vox", analiza.
La "civilización occidental”, que ha adquirido uso corriente de forma casi intercambiable con “cultura occidental” o “valores occidentales”, es un concepto estelar del pujante nacionalismo esencialista que hace fortuna en Estados Unidos, Europa y España. "En EEUU resuena mucho más, porque en las próximas décadas los blancos dejarán de ser una mayoría y se convertirán en una minoría, básicamente porque tienen menos hijos", reflexiona Jaziri.
El sociólogo cree que para Vox "es una ventaja, le sirve para criticar la inmigración africana, criticar a la globalización, a la Unión Europa y al Gobierno, por ser supuestamente parte de esa elite que quiere reemplazar a su sociedad". El objetivo del partido ultra, es "obtener más votos y crecer más de unas elecciones a otra en zonas con mucha inmigración africana o adyacente a esas zonas".
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La pujante ultraderecha nacionalista en Estados Unidos y Europa ha convertido la defensa de la “valores occidentales” en elemento central de su argumentario. No en vano, Steve Bannon, el asesor de cabecera de Donald Trump, reiteraba que la defensa de la “western civilization” de base judeocristiana está en el ADN del movimiento al que ha surtido de ideas y estrategias.
En clave europea Matteo Salvini, líder de La Lega, también ha agitado el avispero de la confrontación interreligiosa al sugerir que la “civiltà occidentale” implicaba un grado de libertad artística que podía herir la “sensibilidad” de “otras culturas”, como “la islámica”. Por lo que respecta a la ultraderecha alemana, tanto Alternativa para Alemania como Pegida entran en el marco de este discurso. Pegida significa “Patriotas Europeos contra la Islamización de Occidente”.
Desde Le Pen padre a Le Pen hija, ha tenido en la idea de una defensa de los valores occidentales frente a la islamización su columna vertebral. Uno de los grandes defensores de la citada teoría de la conspiración durante la campaña, fue Eric Zemmour, candidato ultraderechista a las elecciones francesas, que la defendía abiertamente en mítines y debates.
Vox se maneja bien el en ámbito de las teorías de la conspiración. Los protagonistas de estas teorías suelen ser la élite globalista, el magnate George Soros, Bill Gates, China y el lobby farmacéutico, confabulados de algún modo en un plan maestro para dividir al pueblo y abolir la libertad a través del miedo, las vacunas, el chip ID2020 y el 5G. Todas ellas tienen un nexo en común: el temor y la desconfianza hacia “el otro”. Ese es el pegamento más habitual de las teorías de la conspiración y también de las proclamas de Vox.