PP y Vox aprovecharon la noticia de que la agresión homófoba sufrida por un joven en el barrio madrileño de Malasaña fue una invención, difundida a media tarde del miércoles por fuentes de la Policía, para hacer frente a los partidos y organizaciones sociales que responsabilizan a la derecha extrema del creciente número de ataques que viene sufriendo la comunidad LGTBI y que desde 2016 acumula un incremento del 23%.
Entre los primeros en pronunciarse estuvieron la portavoz de Vox en Madrid, Rocío Monasterio, y el secretario general del PP, Teodoro García Egea. La representante de los ultras en la Asamblea de Madrid aprovechó lo ocurrido para sostener que la legislación contra la LGTBIfobia “no respeta la presunción de inocencia”:
Y para exigir, poco después, que el presidente Pedro Sánchez condene “las denuncias falsas” y muestre “su preocupación por los medios de comunicación mentirosos que han criminalizado a Vox durante días”:
García Egea fue aún más lejos, se desentendió de las cifras que prueban el aumento de las agresiones y, basándose exclusivamente en el caso de Malasaña, insinuó que el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ya sabía la verdad cuando el miércoles por la mañana se refirió a las fuerzas políticas que siembran odio:
Tras Monasterio hablaron Macarena Olona, diputada en el Congreso, y el eurodiputado ultra Jorge Buxadé:
La exdirigente de UPyD Rosa Díez, puente entre el PP y Vox en las movilizaciones contra el independentismo catalán, también aprovechó para defender a los ultras:
La ofensiva de la derecha tiene lugar en medio de un intenso debate en torno a si las ideas que defiende Vox son homófobas. ideasComo por ejemplo su oposición a los derechos de las personas LGTBI, desde el matrimonio homosexual a la adopción, pasando por negarles visibilidad en las escuelas. En ese contexto, el PP se puso del lado del partido de Santiago Abascal y negó que las ideas de los ultras alienten el odio.
El PP, que depende de Vox en los gobiernos autonómicos de Madrid, Andalucía y Murcia y el ayuntamiento de la capital, negó insistentemente que haya motivos para vincular las posiciones de los ultras con el auge del incremento de los ataques que está sufriendo la comunidad LGTBI.
Todos los portavoces del partido de Pablo Casado, que este miércoles no tenía ningún acto en agenda y este jueves estará en Berlín en un evento del PP europeo, rechazaron al unísono que se pueda culpar a Vox de alimentar el discurso de odio que el resto de partidos ven en el origen de la creciente ola de agresiones. Es más, casi todos ellos consideraron que esta afirmación hace “una utilización política” interesada de la violencia y, en línea con los dirigentes ultras, subrayaron que el PP condena “todas las violencias”.
Las declaraciones de unos y de otros tuvieron lugar horas antes de que fuentes de la Policía revelasen que el supuesto agredido en Madrid, una más de las víctimas registradas en toda España en los últimos días, se lo había inventado todo.
El mensaje del PP se difundió al mismo tiempo que el portavoz parlamentario de Vox, Iván Espinosa de los Monteros, volvía a relacionar enfáticamente la violencia homófoba con la llegada de inmigrantes a España y amenazaba a políticos y periodistas con acciones en los tribunales si alguien se atreve a señalar que la formación ultra difunde discursos de odio.
Egea dice que la única homófoba es Dolores Delgado
El número dos del PP, Teodoro García Egea, llegó a decir, en una entrevista en Antena 3, que la única política que ha hecho “declaraciones homófobas” es la actual fiscal general, Dolores Delgado, en referencia a una conversación privada grabada hace doce años por el excomisario José Manuel Villarejo. Egea se negó a señalar a Vox porque, según él, la violencia "es condenable siempre, venga de donde venga”, y acusó a PSOE y Unidas Podemos de tratar de utilizar lo ocurrido para “desgastar al rival” en una “supuesta carrera por atribuir a uno u otro”.
Siguiendo el mismo argumentario se pronunció la portavoz en el Congreso. Cuca Gamarra incluso llegó a defender a Vox por haber condenado los ataques y criticó a quienes plantean, en su opinión “de manera intencionada”, una vinculación entre los ultras y las agresiones.
También lo cree el portavoz nacional del PP y alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, que además acusó a la izquierda de tratar de “ensuciar” el nombre de la capital. “La izquierda quiere ensuciar el nombre de Madrid con fines políticos; cuando se produce el asesinato de Samuel, la manifestación es contra Díaz Ayuso, es constante el señalamiento contra Madrid”, declaró en una entrevista emitida por Telemadrid en la que, igual que sus compañeros, evitó señalar responsabilidad alguna por parte de Vox.
Donde sí ve el PP “delito de odio” es, en cambio, en los partidos de izquierda. Así lo denunció el consejero de Educación, Ciencia y Universidades de la Comunidad de Madrid, Enrique Ossorio. Después de afirmar que lo que no le gusta es que “esto se utilice por algunos grupos políticos como instrumento, como arma de lucha política”, él mismo señaló a otros partidos al decir que durante años ha asistido en la Asamblea de Madrid “a discurso de odio, de enfrentamiento de los españoles”, promovido “por Podemos y Más Madrid”. Algo que, según el consejero de Educación madrileño, Vox no practica.
La cobertura que el PP ha ofrecido este miércoles a Vox ha coincidido con una rueda de prensa del portavoz parlamentario de los ultras, Iván Espinosa de los Monteros, en la que amenazó a políticos y periodistas e insistió repetidamente en vincular la violencia en general y la homofobia en particular a la presencia en España de migrantes irregulares. “Los gays saben que pueden pasear más tranquilamente por las calles de Varsovia o de Budapest que por las de Molenbeek [barrio de Bruselas con mayoría de inmigrantes musulmanes] o algunas del centro de Madrid”, afirmó repitiendo un argumento recurrente de su partido.
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Según él, el incremento de las agresiones homófobas no tiene que ver con un discurso del odio sino con la “pérdida de valores sociales”.
Vox, advirtió, no sólo va a seguir defendiendo que la “inseguridad” ciudadana que afirma está en ascenso es consecuencia de que “las élites izquierdistas han llenado las calles de inmigrantes” sino que va a llevar a los tribunales a políticos y periodistas que relacionen a su partido con el discurso del odio contra la comunidad LGTBI. Lo mismo que anunció hace dos meses cuando el asesinato de un joven homosexual en A Coruña dio pie a una movilización social y política que les acusaba precisamente de eso.
Según Espinosa de los Monteros, la prensa oculta los crímenes cuando son cometidos por inmigrantes o personas de ideología de izquierdas. Y si alguien es víctima del odio, remarcó, son su partido y sus militantes porque “no se doblegan ante el rodillo del consenso progre”.
PP y Vox aprovecharon la noticia de que la agresión homófoba sufrida por un joven en el barrio madrileño de Malasaña fue una invención, difundida a media tarde del miércoles por fuentes de la Policía, para hacer frente a los partidos y organizaciones sociales que responsabilizan a la derecha extrema del creciente número de ataques que viene sufriendo la comunidad LGTBI y que desde 2016 acumula un incremento del 23%.