Preguntada por el lugar imaginario en el que habría deseado vivir, Amparo Larrañaga se toma unas cuantas horas para pensarlo y “repasar épocas de la historia, películas, series y libros”. Reconoce que no le importaría asomarse “al universo de la Belle Epoque, con su maravillosa estética, su pujanza económica y satisfacción social; o al de cualquiera de las películas de Cary Grant de los años cincuenta, o al universo de Downton Abbey, o al de esa maravillosa familia de Lawrence Durrell en Mi familia y otros animales o, por qué no, a la Florencia de principios del XIX”.
Pero una vez deshojada la margarita de la memoria, Larrañaga lo tiene muy claro: “Mi universo sin duda es el presente, la era de la tecnología, los trenes de alta velocidad, los trasplantes de órganos, las células madre…”
La actriz argumenta que “pudiendo disfrutar desde aquí de la literatura clásica, el arte antiguo, las películas de todos los tiempos… ¿quién quiere otro universo?”
Miguel Ríos se pierde entre los acordes de Sildavia
Lo cual no significa que a Amparo Larrañaga le satisfaga el presente tal como es. “Y sin negar las muchas cosas que cambiaría o que no me gustan un pelo, como el problema del cambio climático o el contexto político y económico internacional marcado por crisis económicas, inestabilidad en Oriente, conflictos e intervenciones militares que conllevan guerras terribles y otros problemas con los que no me voy a extender, me quedo con el universo que empezó el día en que nací en marzo de 1963 y llega hasta ahora con mis 52 tacos y todo lo que mis ojos han visto”.
Y en la vida real…
Actualmente, Amparo Larrañaga sigue de gira con la obra El nombre, un rotundo éxito del director y guionista Jordi Galcerán. Entre el 26 de agosto y el 6 de septiembre se representa en el Palacio Euskalduna de Bilbao, y a partir del 10 de septiembre volverá al Teatro Cofidis Alcázar de Madrid. La obra, versión de Le prenom, de Matthieu Delaparte y Alexandre de la Patellière, que ha triunfado en escenarios de toda Europa, está protagonizada por Larrañaga, que comparte cartel con Antonio Molero, Jorge Bosch, César Camino y Kira Miró.
Preguntada por el lugar imaginario en el que habría deseado vivir, Amparo Larrañaga se toma unas cuantas horas para pensarlo y “repasar épocas de la historia, películas, series y libros”. Reconoce que no le importaría asomarse “al universo de la Belle Epoque, con su maravillosa estética, su pujanza económica y satisfacción social; o al de cualquiera de las películas de Cary Grant de los años cincuenta, o al universo de Downton Abbey, o al de esa maravillosa familia de Lawrence Durrell en Mi familia y otros animales o, por qué no, a la Florencia de principios del XIX”.