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El test de Eduardo Rubiño para comprobar si disfruta de las vacaciones: consultar el consumo de su móvil

Eduardo Rubiño en uno de sus momentos de descanso en Sandvoll, Noruega

Eduardo Rubiño (Madrid, 1991), concejal de Más Madrid en el ayuntamiento de la capital y activista LGTBI, tiene muy claro cuál es su templo para quedarse sin cobertura y descansar en verano: una cala del Cabo de Gata, en Almería, que no quiere revelar. El político viaja a este punto todos los años desde que era pequeño: “Forma parte de mi biografía de forma imborrable y me conecta con la infancia”. Tanto es así que el político asegura a infoLibre que el simple hecho de estar allí, aunque sea apenas un par de días, ya le basta para “regenerar”.

Otro de los destinos favoritos de Rubiño para perderse son las grandes urbes caóticas, aquellas en las que no sabes qué podrás llegar a descubrir si te dejas llevar. “Dejarse atrapar y descubrir una gran ciudad diferente a la tuya es de las cosas más apasionantes que existen”, asegura.

Ya sea en el Cabo de Gata o descubriendo nuevas ciudades y culturas, viaja acompañado de sus seres queridos. “No estoy acostumbrado a viajar solo”, confiesa el político, aunque tiene un viaje en solitario pendiente que le “apetece mucho” probar.

En sus vacaciones, intenta reducir el uso del teléfono. El político confiesa que, a nivel general, utiliza el móvil “muchísimo más de lo deseable”, aunque buena parte de ese uso viene dado por su trabajo. "He aceptado que también es deformación profesional”, admite.

Para disminuir el uso del móvil en verano, Rubiño intenta ir a lugares con poca cobertura: “Es mano de santo”. Y cuando consulta en su dispositivo las horas de uso y comprueba que han bajado, deduce que le están “sentando bien” las vacaciones.

Pese a los intentos para utilizar menos los dispositivos electrónicos, es prácticamente inevitable usar las redes sociales. Pero Rubiño “tiende a lo contrario”. Debido a su actividad política, que implica ser una persona pública, en vacaciones busca “desaparecer”.

No obstante, que el político tienda a lo contrario no significa que no acceda a ninguna red social durante sus vacaciones. “Intento guardar un equilibrio entre mi vida pública y privada”, explica. Es por ello que suele compartir algunos momentos en sus redes sociales que no estén relacionados con la política. De esta forma tiene un feedback más enriquecedor con su audiencia: “No solo hay hate en redes y se agradece el cariño que nos llega siempre”.

La política es absorbente y está pegada al teléfono todo el rato

Es por esa vida pública por la que tiene grandes dificultades para desconectar del todo. “La política es absorbente y está pegada al teléfono todo el rato”, admite. Además, confiesa que en política “todo está diseñado para captar tu atención y mantenerte pegado a la pantalla”, por lo que conseguir una desconexión total es una utopía.

La cultura siempre es un elemento esencial para aislarnos del mundo, echar a volar nuestra imaginación y descansar mentalmente, contrarrestando así el enganche que suponen las nuevas tecnologías. Rubiño afirma que el verano es la época en la que más tiempo le dedica a la lectura: “Hago una lista de libros y los voy leyendo en paralelo”.

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En estas vacaciones, el político está leyendo libros como La Vergüenza y El Acontecimiento, ambos de la autora francesa Annie Ernaux, y La edad del desconsuelo, de Jane Smiley. Otra lectura que Rubiño acaba de comenzar es A sangre fría, y confiesa que si puede, intentará terminar La revolución pasiva de Franco, ya que dejó este libro pendiente tiempo atrás.

Barbie se ha revelado como un manifiesto feminista de masas, autoparódico y divertido

En cuanto a cine, Rubiño ya ha visto las dos películas del verano y del año: Barbie y Oppenheimer. Ambas han cautivado al político. “Barbie se ha revelado como un manifiesto feminista de masas, autoparódico y divertido”, afirma sobre la película de la muñeca, que también es un "lavado corporativo muy inteligente que trata de resignificar toda la constelación de Barbie”. Y sobre Oppenheimer, opina que es, junto con Interstellar, su película favorita de Christopher Nolan.

Como conclusión, el político afirma rotundamente que no podríamos vivir sin estos momentos de desconexión. “El ocio es una de las conquistas más importantes que tenemos como sociedad”, explica Rubiño, quien además asegura que tener ocio es “imprescindible” para ser más productivos en nuestros puestos de trabajo.

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