¿A quien le regalarías un billete de avión? Es la pregunta que planteamos en nuestra sección ¿Ventana o pasillo? El director de cine Carlos Vermut deja de lado el altruismo (o la mala baba) y elige comprarse un billete de avión para viajar, en solitario, al mundo feliz que describe Aldous Huxley en su novela más famosa: Un mundo feliz (1932). El autor de Magical Girl (2014) imagina pasar unas vacaciones en el mundo ficticio creado en el libro, considerado como una distopía, es decir, una representación imaginaria de una sociedad futura con características negativas en todos sus ámbitos. “Me gustaría cuestionar la distopía y la prisión, saber por qué se trata de un mundo indeseable si allí no hay guerras, pobreza ni hambre”.
“Sea quien sea. Fue feliz mientras vivió. Todo el mundo es feliz ahora”. Esta frase contenida en el libro es la máxima de la sociedad anticipada por Huxley y lo que Vermut desea comprobar. “Cuando leí este libro, más que verlo como una distopía, me hizo preguntarme por qué se consideraba así, ¿dónde está el problema? Si no hay barreras en esa sociedad, no es una prisión”, explica el director. “Si la gente que vive allí no quiere salir, ¿por qué se considera una cárcel?”, se pregunta.
Carlos Vermut imagina, desde fuera, este mundo como un lugar cuasi perfecto. “Allí se han erradicado los grandes problemas, es un mundo hiperindustrializado, donde la gente, en lugar de trabajar, se dedica al ocio y al entretenimiento, sin preocupaciones y con las necesidades mínimas cubiertas”, reflexiona.
En este punto, establece la principal diferencia que tiene, a su juicio, Un mundo feliz de Huxley y 1984 (1948), escrita por George Orwell. Lo que separa estas dos novelas consideradas distópicas, a juicio de Vermut, es que “en 1984 la sociedad es controlada por la fuerza, pero en Un mundo feliz es 1984Un mundo felizcontrolada a través del placer, sin que las personas tengan una noción de ser prisioneras”. Por ello, el director español confiesa que no le importaría comprobar cómo es realmente la vida dentro de la novela “y ser feliz con un poquito de soma”, la droga administrada en la novela para aliviar la melancolía.
Y en la vida real…
'Magical girl', de Carlos Vermut, Concha de Oro en San Sebastián
Carlos Vermut (Madrid, 1980) es un director de cine, guionista, historietista y productor. En estos momentos, según explica, acaba de terminar de escribir la que será su tercera película, que ahora se encuentra en la fase de preproducción: Quién te cantará, “una historia sobre una cantante que tiene un accidente y…”. No desvela nada más.
Este filme se sumará a Diamond flash (2011) y a Magical girl (2014), película galardonada con premios como la Concha de Oro en el Festival de San Sebastián, la Concha de Plata al mejor director, el Goya a mejor actriz o el Premio Feroz de la crítica a mejor guión para Carlos Vermut. En el largometraje, Luis (Luis Bermejo), profesor de literatura en paro, intentará hacer realidad el sueño de su hija 12 años enferma de cáncer, Alicia (Lucía Pollán): tener el vestido de la serie de dibujos animados Magical Girl Yukiko. El elevado precio del vestido involucra a Luis, junto a Damián (José Sacristán) y a Bárbara (Bárbara Lennie), en una oscura y peligrosa historia de chantajes.
Como historietista, ha publicado cuatro títulos:El banyán rojo, 2006; Psicosoda, 2007; Plutón BRB Nero: La venganza de Mari Pili, 2009, y Cosmic dragon, 2012. Por otro lado, también cuenta con tres cortos a sus espaldas: Maquetas (2009), Michirones (2009) y Don Pepe Popi (2012).
¿A quien le regalarías un billete de avión? Es la pregunta que planteamos en nuestra sección ¿Ventana o pasillo? El director de cine Carlos Vermut deja de lado el altruismo (o la mala baba) y elige comprarse un billete de avión para viajar, en solitario, al mundo feliz que describe Aldous Huxley en su novela más famosa: Un mundo feliz (1932). El autor de Magical Girl (2014) imagina pasar unas vacaciones en el mundo ficticio creado en el libro, considerado como una distopía, es decir, una representación imaginaria de una sociedad futura con características negativas en todos sus ámbitos. “Me gustaría cuestionar la distopía y la prisión, saber por qué se trata de un mundo indeseable si allí no hay guerras, pobreza ni hambre”.