Cincuenta años de 'Imagine' de John Lennon, la canción que convirtió al Beatle en un profeta

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I don't believe in yoga,

I don't believe in kings,

I don't believe in Elvis,

I don't believe in Zimmerman,

I don't believe in Beatles.

I just believe in me.

Yoko and me.

John Lennon, God, 1970

Nueve de septiembre de 1971. Tras la separación definitiva de los Beatles, Lennon ha iniciado una carrera, mal llamada “en solitario”. El artista no está solo, Yoko Ono le acompaña en todos sus pasos. El lanzamiento del álbum Imagine, que este septiembre cumple 50 años, guardaba entre sus pistas la canción homónima que se convertiría en un himno para la humanidad.

Los Beatles aparecieron en la década de los sesenta para alzarse como la banda más influyente del rock moderno. Durante los diez años de actividad del cuarteto de Liverpool, Lennon fue el componente más rebelde. Artista multidisciplinar, fundó el conjunto, firmó junto Paul McCartney la mayoría de las canciones y cultivó la poesía y el dibujo. Para su última faceta necesitó unos años más y, sobre todo, la irrupción del amor de su vida, junto a la que ejerció como activista.

De “los Beatles somos más famosos que Jesucristo” a “working class hero”

El icono pop de las gafas redondas que había escandalizado al público norteamericano con comentarios como “Los Beatles somos más famosos que Jesucristo” —se ganó las amenazas del Ku Klux Klan y la mirada atenta del Gobierno de Nixon— dio un giro radical a partir de su relación con la artista conceptual japonesa Yoko Ono.

Se conocieron en 1966 durante una exposición de ella en Indica Gallery, en Londres. A pesar de estar casado, Lennon confesó más tarde el amor que sintió desde la primera vez que se reunieron. En el encuentro, compusieron música toda la noche, hasta que el amanecer les sorprendió juntos, para no volver a separarse nunca más. La creación de Imagine fue el fruto de la relación que tuvieron.

La trayectoria creativa que emprendieron juntos vino anunciada con Two virgins, el primer disco que compusieron, en 1968. Un experimento influido por el movimiento Fluxus, del que Ono era pionera, y donde se combinaban los gritos de la musa con conversaciones, sonidos inconexos de instrumentos y distorsiones. Lo más llamativo de aquella publicación fueron las imágenes de la portada y la contraportada, con la pareja desnuda de frente y de espaldas. Aquella locura vanguardista fue recibida como una broma. Pero para los amantes sería el inicio de una carrera artística con la que Lennon se desprendió del fenómeno de masas de los Beatles en un viaje introspectivo, mostrando sus ideales a través de la experimentación.

Desde la entrada de Yoko Ono en su vida, las tensiones entre Lennon y el resto de componentes de la banda se agudizaron por el desgaste tras casi una década de sobreexposición mediática y ebullición creativa. Lennon abandona en busca de su independencia, y motiva la disolución definitiva de The Beatles en 1970. Ese mismo año, publica su primer álbum convencional con su nueva formación: John Lennon/Plastic Ono Band.

En este nuevo trabajo surge un Lennon diferente. Un viaje hacia el interior, en el que el artista va explorando niveles cada vez más profundos. Empieza con “Mother”, el lamento por la muerte de su madre, fallecida cuando él era un adolescente. Pasa por “I found out”, donde reniega de la Beatlemanía. Continúa con “Working class hero”, retratando la conciencia de clase en otro himno casi a la altura del posterior Imagine. Y termina con “God”, confesando que ya no cree en nada, salvo en su amor por Yoko. “God is a concept by which we measure our pain. (…) I don't believe in Beatles. I just believe in me. Yoko and me. And that's reality”. (“Dios es un concepto con el que medimos nuestro dolor. (…) No creo en los Beatles, solo creo en mí. En Yoko y en mí. Y esa es la realidad”).

Bed-in for peace, la protesta por la paz en pijama

La publicación de John Lennon/Plastic Ono Band fue un éxito. El nuevo Lennon había aparecido para quedarse. Un año más tarde sale a la venta Imagine, disco que graba en su propia casa bajo la producción de otro genio excéntrico y conflictivo, como era Phil Spector.

Junto a Yoko, en su piano blanco, compuso la melodía de una canción que trascendió todas las barreras. Así lo deseaba él con su letra: “Imagine there's no countries, it isn't hard to do. Nothing to kill or die for and no religion, too. Imagine all the people livin' life in peace”. (“Imagina que no hay países, no es difícil hacerlo. Nada por lo que matar o por lo que morir, y tampoco ninguna religión. Imagina a toda la gente viviendo la vida en paz”).

Imagine se asumió como la proclama de una generación contra la violencia generada por Estados Unidos en la Guerra de Vietnam. Lennon y Ono se convierten en activistas icónicos que ponen su fama al servicio de las protestas que los jóvenes convocan por la paz y, sobre todo, mostrando su amor entre ellos y por el pacifismo como un acto político.

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Tras su boda en 1969, aprovechando el revuelo mediático que causa la unión, convierten su luna de miel en una performance en la cama de la suite presidencial del Hotel Hilton de Ámsterdam, ante la prensa. Durante siete días John y Yoko conceden numerosas entrevistas, tumbados, en pijama, rodeados de carteles con consignas como “Hair Peace”, “Bed Peace”. Mientras transcurre la reivindicación, la habitación se convierte también en set de rodaje y sala de conciertos, interpretan Give peace a chance ante las cámaras y el material se incorpora al documental Bed Peace, que recoge toda la protesta.

“You may say I'm a dreamer, but I'm not the only one. I hope someday you'll join us. And the world will live as one”. (“Puedes decir que soy un soñador, pero no soy el único. Espero que algún día te unas a nosotros y el mundo vivirá como uno”).

John Lennon murió el 8 de noviembre de 1980 tras recibir cinco disparos del fanático obsesionado por la fama Marc Chapman, que le esperaba a la entrada de su vivienda en el mítico Edificio Dakota de Nueva York. Probablemente, de haber sobrevivido, Lennon habría protagonizado protestas a favor de la liberación de su asesino. Nunca lo sabremos con seguridad. Lo que sí podemos afirmar es que fue uno de esos hombres que, con su vida y sus canciones, vino para dejarnos un mensaje. Medio siglo después, cada vez que tarareamos Imagine, sin darnos cuenta, lo custodiamos.

I don't believe in yoga,

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