Cultura del malestar: ¿Vivimos en una sociedad con motivos para la queja o estamos exagerando?

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¿Vivimos en un ambiente de malestar? Desigualdades sociales, precariedad laboral, cambio climático, violencia machista... Son muchas las causas que provocan descontento en la sociedad actual. Y, al mismo tiempo, con estos motivos para la queja convive la celebración de quien mira al pasado y reconoce los avances que poco a poco se van consiguiendo en igualdad, el ámbito laboral o social. Entonces, ¿tenemos realmente motivos para la queja o estamos exagerando?

La respuesta a estas preguntas no está cerrada ni definida. Ejemplo de ello son las visiones contrapuestas del filósofo y escritor Javier Gomá y de la ensayista Remedios Zafra. Mientras que el primero argumenta que vivimos en uno de los mejores momentos como sociedad, ella enumera en sus obras un sinfín de razones que podrían justificar el malestar actual.

Reflexionar sobre esta dualidad es uno de los objetivos del Festival de las Ideas, que tendrá lugar entre el próximo 18 y 21 de septiembre en Madrid. Este festival, organizado por el Círculo de Bellas Artes y La Fábrica, estará formado por una gran variedad de eventos que buscan llevar la filosofía y el pensamiento a la calle, “invitando a la reflexión, la escucha y la discusión común”. Aunque acudirán grandes filósofos y filósofas de reconocimiento nacional e internacional, no se trata de “un desfile de celebridades”, según explica su director de contenidos, Javier Moscoso. Es una “celebración de las ideas y la capacidad de pensamiento de problemas que son de todos”. Así, el Festival de las Ideas gira en torno a un problema básico: ¿tenemos o no tantos motivos para el malestar o la queja? ¿Estamos ejerciendo un papel de víctimas justificado o por el contrario estamos exagerando?

¿El mejor de los mundos posibles?

La afirmación de que el mundo real es el mejor de todos los mundos posibles pertenece al filósofo y matemático alemán del siglo XVII Gottfried Leibniz. Cuatro siglos más tarde, Javier Gomá defiende que, si bien puede que no vivamos en el mejor de los mundos posibles, sí en el mejor momento que ha habido en la historia (al menos para las sociedades occidentales). El filósofo defiende en varias de sus obras que la democracia liberal es “superior” tanto moral como materialmente a cualquier momento anterior.

“Si la democracia liberal es el mejor momento de la historia, ¿por qué la gente está tan enfadada?” El subtítulo de Verdades penúltimas, de Javier Gomá y Pedro Vallín, refleja a la perfección el pensamiento del filósofo. Gomá sostiene que la democracia liberal es el mejor sistema en el que hemos vivido. No asegura que sea perfecto, sino que es el mejor escenario si lo comparamos con otros momentos históricos. A pesar de esta afirmación, reconoce que “estamos enfadados”.

Para explicar las causas de nuestro actual descontento, Gomá habla del papel que juegan la dignidad y el progreso moral mediante un ejemplo: “Durante siglos los cuerpos de las mujeres han sido violados, pero esa violación era invisible porque estaba insertada en un sistema de dominación masculina que hacía que ese acto fuera moralmente irrelevante. En cambio, cuando se le atribuye a las mujeres la dignidad que merecen, esos mismos actos, que han descendido infinitamente en número, ascienden en gravedad de tal manera que muchas menos violaciones producen mucho más descontento”. 

Subsisten las desigualdades, por momentos hasta aumentan, pero colectivamente somos indudablemente mucho menos pobres que antes

Para reafirmar su visión, se pregunta en sus ensayos quién querría regresar a un estadio anterior de la historia si no supiera qué posición va a ocupar en ella. Además de la “dignificación moral” que mencionaba anteriormente, Gomá señala una “prosperidad económica sin precedentes”, que se materializa en más riqueza material para compartir: “Subsisten las desigualdades, por momentos hasta aumentan, pero colectivamente somos indudablemente mucho menos pobres que antes”. A esta ventaja económica el filósofo añade los avances de la ciencia o la innovación tecnológica.

Javier Moscoso asegura que las afirmaciones de Gomá son “muy valientes”, estemos de acuerdo con él o no. Pero, para reflexionar sobre este tema no solo encontramos la forma de mirar el mundo de este filósofo, sino que también es interesante conocer la visión no tan optimista de Remedios Zafra. Esta ensayista enumera en sus obras “motivos subrayados para la queja, incluyendo la precariedad laboral, el cibertrabajo o la autoexplotación”.

¿Tenemos motivos para la queja?

La reducción de la jornada laboral, una mayor seguridad en los entornos de trabajo o el aumento progresivo del salario de los trabajadores han sido cambios a celebrar que eran impensables hace algunos años o décadas. Sin embargo, ¿son capaces de suprimir los motivos para quejarnos? Para Remedios Zafra la respuesta es clara: No.

La ensayista enumera a lo largo de sus obras varias razones por las que el malestar actual es justificado. Zafra se centra en los motivos de queja que puede tener la población trabajadora, poniendo el foco en la inestabilidad y explotación que experimentan los trabajadores del ámbito cultural o académico. La autora explora la intersección entre la creatividad, la tecnología y la precariedad laboral en la sociedad contemporánea, donde las malas condiciones se han convertido en algo inherente a estos empleos.

El entusiasmo que sienten los trabajadores que tratan de vivir de sus pasiones es a menudo “usado como argumento para legitimar su explotación

El entusiasmo que sienten estos trabajadores, que tratan de vivir de sus pasiones, es a menudo “usado como argumento para legitimar su explotación, su pago con experiencia o su apagamiento crítico, conformándose con dedicarse gratis a algo que orbita alrededor de la vocación, invirtiendo en un futuro que se aleja con el tiempo, o cobrando de otra manera (inmaterial), pongamos con experiencia, visibilidad, afecto, reconocimiento, seguidores y likes que alimenten mínimamente su vanidad malherida y su expectativa vital”. Son estos solo algunos de los motivos que justifican con creces la frustración y malestar de toda una generación.

Asimismo, Zafra reflexiona sobre lo perjudicial que puede llegar a ser el ámbito laboral y burocrático, explicando hasta qué punto los enredos de la nueva burocracia representan una dominación o incluso alienación del ciudadano moderno —al mismo tiempo que la servidumbre se disfraza de entusiasmo—. Esta visión podría parecer muy alejada de las argumentaciones de Gomá pero, sin embargo, este filósofo asegura a infoLibre que ambas perspectivas son compatibles. La democracia liberal contemporánea es para él un “sistema claramente imperfecto, que tiene errores, limitaciones y defectos” que puede perjudicar gravemente a los trabajadores, pero un sistema que sigue siendo el menos imperfecto de la historia.

Aunque pudiera parecer que la pregunta '¿vivimos en una sociedad con motivos para la queja o estamos exagerando?' exige escoger uno de estos dos bandos, no hay nada más lejos de la realidad. Así lo explica a infoLibre Moscoso, quien tuvo la idea de contraponer estas dos visiones: “En el festival no se pretende dar respuesta a ninguna de estas preguntas. La idea es más bien reivindicar el pensamiento colectivo, la inteligencia polifónica”. El objetivo es plantear un encuentro donde se expresen ideas y se den respuestas a estos interrogantes de maneras muy distintas, “celebrando la discrepancia amable”.

De esta manera, Moscoso imagina cómo algunas personas “podrían convencerse de que hay motivos para la queja y que de hecho deberíamos quejarnos más”, o quizás haya otras que piensen lo contrario al comparar nuestra situación “con las de los gazatíes, los sirios o los subsaharianos”.

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El 19 de septiembre tendrá lugar el encuentro entre Remedios Zafra y Javier Gomá que pretende reflexionar sobre si “realmente vivimos en una sociedad quejumbrosa y meliflua, o si, por el contrario, nuestro malestar, resultado de una suerte de neurosis colectiva, no tiene justificación si comparamos nuestras condiciones de vida con la de otras sociedades del presente o del pasado”.

Este encuentro, como todo el Festival de las Ideas en su conjunto, pretende sacar el pensamiento a la calle, promover la filosofía e invitar a reflexionar en voz alta a ciudadanos no necesariamente especializados en esta disciplina, pero que tienen sed de interpretación, de comprensión. Este festival corrobora “el carácter mundano de la filosofía” según Gomá, pero no de la filosofía popular, sino de la “gran filosofía o la filosofía de los grandes, que inspira a la interpretación general del mundo por parte de la gente”.

Para Gomá, la filosofía está lejos de ser una disciplina para unos pocos, sino que es algo común a todos los mortales: “La filosofía no es solo un producto de laboratorio, es un universal antropológico. En mis libros defiendo que todos los hombres y las mujeres del mundo son filósofos, y luego hay personas que escriben libros de filosofía, que no es lo mismo. De esta manera, si todos los hombres y mujeres interpretan el mundo, todos tienen un germen de filosofía”. 

¿Vivimos en un ambiente de malestar? Desigualdades sociales, precariedad laboral, cambio climático, violencia machista... Son muchas las causas que provocan descontento en la sociedad actual. Y, al mismo tiempo, con estos motivos para la queja convive la celebración de quien mira al pasado y reconoce los avances que poco a poco se van consiguiendo en igualdad, el ámbito laboral o social. Entonces, ¿tenemos realmente motivos para la queja o estamos exagerando?

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