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Luis Arroyo invita a visitar el Ateneo de Madrid, “sede del pensamiento más libre”

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Dice Luis Arroyo que su recomendación cultural para el verano, la que lanza en esta sección junto a políticos, politólogos y periodistas, es “previsible y evidente”. La explicación es sencilla: el experto en comunicación política, exasesor de José Luis Zapatero y Pedro Sánchez, también colaborador de este periódico, fue elegido en junio presidente del Ateneo de Madrid, junto con sus compañeros de listas del llamado Grupo 1820, donde figuran el actor  Miguel Rellán o la gestora cultural Isabel Fuentes,  directora del CaixaForum Madrid. Su penúltima aventura: convertir lo que veía como “un coto muy reservado y muy poco atractivo” en “el lugar más interesante de Madrid”. Y por eso invita a visitar el edificio que ocupa el Ateneo desde 1884, en la calle del Prado número 21, como quien ofrece a las visitas un orgulloso tour por la nueva casa.

Salón de actos del Ateneo de Madrid.

Al hablar del edificio modernista, diseñado por los arquitectos ​​Luis Landecho y Enrique Fort —desde 1820 el Ateneo danzó por la ciudad hasta encontrar su sede definitiva—, su presidente habla primero del que describe como “el mejor salón de actos de la ciudad”, ese espacio de muros rojizos decorado con pinturas de Arturo Mélida. El espacio, de una nobleza que impone, se hizo tristemente célebre en 2019 cuando Falange lo alquiló para celebrar allí uno de sus actos, en el mismo espacio que había acogido a ilustres republicanos y que el golpe de Estado ocupó en 1939. Aquel momento, incomprensible para muchos, quedará como uno de los puntos bajos de una institución que Arroyo veía “en crisis”. Pero confía en que no sea eso lo que se quede en la memoria de los visitantes.

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Y sigue avanzando hasta la biblioteca, “la mejor biblioteca privada durante muchos años”. Con sus pupitres inclinados y sus tableros verdes, seguramente la sala más célebre sea La Pecera, una estancia de tres alturas y libros hasta el techo. Luis Arroyo anota 250 puestos de lectura y cientos de miles de volúmenes en sus fondos, especialmente rico en títulos de finales del XIX y primer tercio del siglo XX. El presidente de la institución y su equipo tienen dos ideas para la biblioteca. Primero, abrir las 24 horas, para incentivar que estudiantes y opositores usen las salas, “leyendo sus libros o contemplando la tradición intelectual que dio origen al librepensamiento español contemporáneo”. Segundo, poner en marcha un control exhaustivo del catálogo.

Pasa ahora a la Galería de retratos: en este corredor decorado con los murales de Arturo Mélida se conservan 188 lienzos dedicados a otros tantos ateneistas ilustres que contribuyeron a la institución a lo largo de su historia. Pero Luis Arroyo ve un grave problema: entre todos ellos, solo hay una mujer, Emilia Pardo Bazán. “En los próximos meses vamos a ir recuperando a las mujeres ilustres ateneistas que deberían estar ahí y que no están”, dice, “y les vamos a traer como símbolo del nuevo tiempo que esperamos para el Ateneo de Madrid”. Porque, sí, la escritora gallega fue la primera mujer en asociarse, en 1905, pero luego llegaron otras: Clara Campoamor, Margarita Nelken, Carmen de Burgos, Victoria Kent, Rosa Chacel, Carmen Martín Gaite

La recomendación de Arroyo tiene truco. “Como todo eso no puede hacerse si uno no es socio o si no está invitado con un socio”, arranca, “recomiendo que se hagan socios y socias del Ateneo de Madrid o que contacten con los que somos ya socios”. De hecho, una de las primeras acciones del Grupo 1820, antes incluso de las elecciones a la presidencia, fue lanzar una campaña de captación de socios que aumentó los asociados en 200 y que pescó a afiliados tan ilustres como Joan Manuel Serrat o Rosa Montero. “Les animamos a presentarse y a participar de un Ateneo de Madrid que esperamos renovado, excelente sede del pensamiento más libre y de las artes y las ciencias”, proclama su presidente. La cuota es de 21 euros al mes con una cuota de entrada de 110 euros, para quien guste.

Dice Luis Arroyo que su recomendación cultural para el verano, la que lanza en esta sección junto a políticos, politólogos y periodistas, es “previsible y evidente”. La explicación es sencilla: el experto en comunicación política, exasesor de José Luis Zapatero y Pedro Sánchez, también colaborador de este periódico, fue elegido en junio presidente del Ateneo de Madrid, junto con sus compañeros de listas del llamado Grupo 1820, donde figuran el actor  Miguel Rellán o la gestora cultural Isabel Fuentes,  directora del CaixaForum Madrid. Su penúltima aventura: convertir lo que veía como “un coto muy reservado y muy poco atractivo” en “el lugar más interesante de Madrid”. Y por eso invita a visitar el edificio que ocupa el Ateneo desde 1884, en la calle del Prado número 21, como quien ofrece a las visitas un orgulloso tour por la nueva casa.

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