“Como la espina de la rosa, dolorosa, pero necesaria” es la lectura de El romancero gitano para María José Llergo (Córdoba, 1994). Este conjunto de poemas describe las penas del pueblo gitano, denuncia la marginalidad a la que está expuesto por parte de la sociedad y resalta la lucha contra la autoridad por la que está perseguido. Para la cantaora y compositora, lo destacado de la citada obra poética de Federico García Lorca –asesinado durante la Guerra Civil– es cómo “refleja fielmente la dualidad que engulle pertenecer a esta minoría: apreciar la cruda belleza de lo auténtico”.
La andaluza, que es una de las nuevas voces del flamenco, muestra la importancia del activismo en el arte con esta elección sobre la discriminación hacia las personas romaníes para Lecturas infalibles, sección veraniega en la que varios autores proponen una obra clásica para sobrellevar el calor de estos meses. “La desigualdad institucional que rige las leyes del mundo en el que vivo hace que sea más necesario que nunca visibilizar las realidades de las minorías con las que coexistimos”, sentencia. Y el poeta de la generación del 27 representa en El romancero gitano esa lucha contra la hegemonía cultural que se manifiesta en la opresión del individuo mediante una Guardia Civil que castiga a la etnia, la represión religiosa, la desigualdad social o la marginación hacia la homosexualidad.
A pesar de considerarse una lectora “tardía” de Lorca, propone su obra porque reflejó en el libro, “sin dejarse ni un solo matiz de la esencia”, la situación a la que se enfrenta la minoría estigmatizada. “Cuando realmente supe de su vida y su obra, lo que encontré fue el origen de una parte de mí que estaba ahí pero que desconocía. Como si hubiera una conexión innata esperando su momento para emerger de lo más profundo. Fue encontrarme ante una evidencia de la vida. Un despertar”.
La compositora habla de los convencionalismos, la lucha de clases y los estereotipos: estas temáticas, denuncia, no tienen presencia en los medios, “a no ser que sea para alimentar aún más los tópicos que nos someten a todos”: “Ya basta de Gipsykings. Ya va siendo hora de que se le devuelva al pueblo gitano el respeto que se merece”. Este programa de Cuatro, que se escuda en el retrato diario de familias de esta etnia, ha sido denunciado por las ONGs que forman parte del Consejo estatal del pueblo gitano, ya que a su juicio es contenido televisivo que reproduce la idea simplificada que tiene la sociedad sobre este grupo de personas para un consumo de entretenimiento.
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La autora de Niña de las Dunas, Ya se sabe la Luna y Nana del Mediterráneo –que son sus primeros sencillos– recomienda el libro Flamenco. Arqueología de lo jondo, de Antonio Manuel, intelectual y profesor andaluz, comprometido con el activismo y firme defensor del legado andalusí. En su ensayo recoge esa defensa del pueblo romaní. Ella, a su vez, ha mostrado abiertamente críticas al clasismo que produce la desigualdad económica mediante la segregación en las ciudades y a la mercantilización de la cultura que conlleva el capitalismo. "¿Si creo que está de moda 'lo gitano'? Tristemente, sí", decía Llergo en una entrevista para PlayGround.
Aunque la cantaora no ha querido pronunciarse al respecto en ningún momento, el debate sobre la representación gitana ha estado de actualidad en las últimas semanas por el trabajo de la cantante y compositora Rosalía (Barcelona, 1993). Según han denunciado activistas gitanas, Rosalía se “disfraza” de flamenca desde su privilegio económico y racial. Estas censuran, además, que la catalana no haya respondido suficientemente a las críticas recibidas.
Sin embargo, dejando a un lado estos análisis, la cantautora, que lanzará su próximo single en septiembre, reflexiona sobre lo que le inspira en el momento de la creación: “Creo que lo que más me ha influido en mi forma de plasmar mi visión del mundo escribiendo es el habla de mi madre. Ella expresa como nadie la belleza de lo cotidiano, entusiasmada por el descenso del sol o por el brillo de una planta. Esa mirada cariñosa por lo que te rodea es algo que te hace sentir afortunado de estar aquí y ahora, sea donde sea y como sea”.
“Como la espina de la rosa, dolorosa, pero necesaria” es la lectura de El romancero gitano para María José Llergo (Córdoba, 1994). Este conjunto de poemas describe las penas del pueblo gitano, denuncia la marginalidad a la que está expuesto por parte de la sociedad y resalta la lucha contra la autoridad por la que está perseguido. Para la cantaora y compositora, lo destacado de la citada obra poética de Federico García Lorca –asesinado durante la Guerra Civil– es cómo “refleja fielmente la dualidad que engulle pertenecer a esta minoría: apreciar la cruda belleza de lo auténtico”.