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Miguel Noguera resucita a Kennedy para seguir riéndose de todo

Definir al humorista Miguel Noguera es difícil, porque su trabajo no soporta las etiquetas. Sus espectáculos hacen reír, pero no sabes muy bien por qué te ríes: no hay referencias sobre las cuales basar la interpretación del gag. Ha abierto una nueva etapa en solitario, así que la comparación siempre suena forzada. Ante un personaje así, la respuesta de "¿A quién comprarías un billete de avión?", la pregunta que hacemos a los creadores en ¿Ventana o pasillo?, es naturalmente extraña.

Noguera se ríe de la propia entrevista, del concepto de la sección. "Ahora resulta que interpreto de modo metafórico vuestra pregunta y saco la conclusión errónea de que se me está interrogando sobre qué personaje histórico del pasado me gustaría resucitar para tener una conversación con él, y yo qué sé, por ejemplo os respondo: 'Le compraría un billete en primera clase al presidente Kennedy para que nos explicara quién le asesinó realmente'".

Bromea con el equívoco para luego añadir: "Encima pienso que tiene que ser el pobre Kennedy el que arroje luz sobre el asunto, precisamente él, que no pudo ver nada". Retorcer la realidad, construir escenas muy breves con dosis de violencia o de escatología, imaginar situaciones absurdas y surrealistas. Todo o nada de eso es lo que hace Miguel Noguera con sus Ultrashows, el espectáculo –algunos lo clasifican en el posthumor– que le caracteriza y que complementa con sus libros. Micromonólogos que nada tienen que ver con el formato El club de la comedia, pequeños relatos sin relación entre sí, decenas de flashes en los que Noguera a ratos incomoda y a ratos hace humor en terrenos en los que parecía que no se podía. Incluso se cuestiona su propia interpretación y la disecciona a la vista de todos, hasta de la reina Letizia.

Paquirrín y Julián Muñoz besándose en la calle a la vista de todos los paparazzi. Dos belenes retándose en un duelo de lanzas. Un exmilitar que regenta un bar y agrede a los clientes que no han terminado sus croquetas, a las que llama "reclutas". Es difícil replicar el delirio de Noguera en una conversación informal. "Vosotros no deshacéis el malentendido y publicáis mi respuesta tal cual, y los lectores piensan que soy un poco idiota, claro. ¿Sería ético por vuestra parte? No lo sé. Abro el debate", concluye su respuesta.

Y en la vida real…

Miguel Noguera (Las Palmas de Gran Canaria, 1979) pasa el verano "con autoindulgencia y alegrietas varias". Agosto es el único mes en el que no actúa en el teatro con los Ultrashows, así que aprovecha para dibujar y escribir con calma para su siguiente libro, que verá la luz en 2017. "Voy a la playa, hago pequeños viajes para visitar a mi familia…". Nada excéntrico, lejos del Noguera que grita y reflexiona sobre miles de conceptos encima del escenario.

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Los contenidos de los Ultrashows y de los libros de este humorista nunca cambian. Escenas breves y situaciones que a veces, de tan absurdas, son reales. Así que su nuevo libro será más de lo mismo: una recopilación de dibujos a mano alzada que ayudan al lector a entender las ideas sueltas, los espacios de todo menos comunes. Sin embargo, Noguera está a la búsqueda de nuevos formatos en este descanso estival. "Ahora mismo estoy pensando en radiar los contenidos vía podcast y en dibujarlos en una pizarra para tuitearlos", asegura.

Miguel Noguera

 se mudó en la infancia a Mallorca y estudió Bellas Artes en Barcelona. Sus ocurrencias no eran muy bien entendidas por nadie hasta que un amigo le propuso actuar en un bar y entendió que, afinando el producto, podría gustar. El Ultrashow es su formato más conocido. Ha colaborado de manera fructífera con el dúo cómico Venga Monjas –otro estandarte del humor no convencional– y en la película Extraterrestre de Nacho Vigalondo, del cual cuenta con su admiración. Su estilo recuerda, en cierta manera, a la generación chanante, surgida también en torno a una facultad de artes. Ha publicado los libros Hervir un oso (Belleza infinita, 2010), Ultraviolencia (2011), Ser madre hoy (2012), Mejor que vivir (2014), La vieja tigresa o el erotismo en la senectud (2015) y La muerte del piyayo (2016), los cinco últimos con Blackie Books.

Definir al humorista Miguel Noguera es difícil, porque su trabajo no soporta las etiquetas. Sus espectáculos hacen reír, pero no sabes muy bien por qué te ríes: no hay referencias sobre las cuales basar la interpretación del gag. Ha abierto una nueva etapa en solitario, así que la comparación siempre suena forzada. Ante un personaje así, la respuesta de "¿A quién comprarías un billete de avión?", la pregunta que hacemos a los creadores en ¿Ventana o pasillo?, es naturalmente extraña.

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