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Rodrigo Sorogoyen se escaparía al escenario de las novelas de Bolaño: Ciudad de México

El director y guionista de cine Rodrigo Sorogoyen elige Ciudad de México, el antiguo distrito federal, como el destino soñado y al escritor Daniel Jiménez Palencia como la mejor compañía, buen amigo suyo, aunque reticente a las grandes aventuras. "Le compraría un billete a Daniel porque no le gusta viajar y a mí me cabrea muchísimo que no le guste, siempre estoy queriendo hacer viajes con él", afirma.

El cineasta tras las cámaras en Que dios nos perdone, cinta a estrenar en octubre que compite en el Festival de Cine de San Sebastián, siente una especial predilección por el país latinoamericano. "Es un país que me llama mucho la atención y en el que no he estado". La pasión es compartida por Jiménez Palencia. Sorogoyen nos cuenta que su amigo es fanático de Roberto Bolaño, el gran escritor chileno, que utiliza la capital mexicana como escenario de muchas de sus novelas.

Jiménez Palencia es el autor de Cocaína, novela merecedora del II Premio Dos Passos a la Primera Novela. Tras ejercer de periodista y llamar a la puerta de varias editoriales, el madrileño se lanzó con la historia de un escritor que trabaja desquiciado bajo los efectos de la droga, en un formato conocido como autoficción. Aunque no le guste viajar, seguro que disfrutaría recorriendo las mismas calles que Juan García Madero en Los detectives salvajes.

Y en la vida real…

Rodrigo Sorogoyen (Madrid, 1981) hace real el tópico del escritor aislado de todo y de todos para que las ideas fluyan sin restricciones. El director ha estado 15 días en un pueblecito de Pontevedra escribiendo un guión –a medias con Isabel Peña– que presentará dentro de poco. "Ha sido un retiro muy agradable. Si no me inspiraba, me iba a la playa. Si me inspiraba, me quedaba en casa escribiendo", rememora.

El guión que está preparando promete levantar ampollas: la película será sobre corrupción política. Un thriller al uso que ahondará en las razones psicológicas que llevan a un político a meter la mano en la caja. "Muchos no son corruptos, pero otros muchos sí lo son. Es un ejercicio de intentar entender, no justificar, por qué alguien llega a eso y no se arrepiente", explica Sorogoyen, que reconoce el miedo que le asaltó antes de empezar a escribir a que algún director se le ocurriera trabajar en el mismo tema, tristemente siempre de actualidad:

– ¿Está basada en hechos reales?

– Es un personaje ficticio, pero… ¡todo el mundo lo va a reconocer! (ríe).

El trabajo a largo plazo ha sido más de vacaciones, y el trabajo a corto empieza en septiembre. Su próxima película, Que dios nos perdone, compite en el Festival de Cine de San Sebastián (del 16 al 24 de septiembre) en la sección oficial, y se estrena el 28 de octubre. En dos semanas empezará el ajetreo, pero por ahora Sorogoyen afronta la emoción de la competición. El filme es protagonizado por Antonio de la Torre y Roberto Álamo, dos policías en busca de un asesino en serie.

El guionista y director de cine Rodrigo Sorogoyen empezó en el mundo del cine compaginando su pasión por lo audiovisual con la licenciatura de Historia. Tras su primera película, 8 citas, trabajó en televisión, a los mandos de las series Impares y La pecera de Eva con Isla Producciones. Estrenó en 2013 la historia de una relación tóxica, StockholmStockholm, que arrasó en el Festival de Málaga y cosechó muy buenas críticas. Tras ese primer salto al estrellato, ultima los preparativos de su próximo trabajo, Que dios nos perdone.

El director y guionista de cine Rodrigo Sorogoyen elige Ciudad de México, el antiguo distrito federal, como el destino soñado y al escritor Daniel Jiménez Palencia como la mejor compañía, buen amigo suyo, aunque reticente a las grandes aventuras. "Le compraría un billete a Daniel porque no le gusta viajar y a mí me cabrea muchísimo que no le guste, siempre estoy queriendo hacer viajes con él", afirma.

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