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Baila con nosotros

Salsa y sabor para montar una verbena en el salón

Varias parejas bailan salsa durante una fiesta.

En las décadas de 1960 y 1970 se popularizaron en la ciudad colombiana de Cali unas verbenas conocidas como aguaeluloaguaelulo. La cita empezaba temprano en la tarde, terminaba antes de medianoche y consistía fundamentalmente en un evento familiar para bailar salsa y disfrutar de la música hasta que el cuerpo aguantase. En este verano atípico en el que no sonarán pasodobles ni cumbias en las plazas de los pueblos, traemos una playlist con algunos de los clásicos del género para alegrar el oído o montar un aguelulo particular, seguro y bien sabroso con los convivientes.

Los imprescindibles

Para abrir boca y por guardar cierta lógica narrativa, podemos empezar por La salsa la traigo yo interpretada por la Sonora Carruseles. Sin embargo, hay voces por las que hay que hacer parada obligatoria, como Willie Colón y Héctor Lavoe, dos de los artistas más representativos de Fania Records, y su Aguanile. El sello discográfico creado por Jerry Masucci y Johnny Pacheco a mediados de los sesenta en Nueva York propició el nacimiento y la explosión del género de la salsa, además de convertirse en un reflejo la intensa vida creativa de la escena latina de la Gran Manzana. Lo que supuso la Fania en términos sociales y musicales lo recogió el documentalista Leon Gast en la cinta Our Latin Thing (1972) y, actualmente, el programa La hora faniática, de Radio Gladys Palmera, repasa de manera exhaustiva los pormenores del histórico sello. La única mujer en aquel fenómeno fue Celia Cruz, arrebatadora con este Quimbara en la gira africana de la banda que reunía a la primera liga de la discográfica, Fania All Stars. 

Sonido Bestial, una canción que merece un aparteSonido Bestial

Son casi siete los minutos de este monumento dedicado al género y dirigido por los llamados reyes de la salsa,Richie Ray y Bobby Cruz. En la composición llegaron a utilizar compases del Estudio revolucionario de Chopin y de obras de Stravinski. En la letra incluso bromean con el guiño: "¿Es eso Richie? ¡Tocando Stravinski! Oye, quien le toca no es Stravinski, es Estrabancao" (sic). En este artículo de la televisión pública colombiana incluyen otros homenajes de músicos salseros a compositores clásicos, incluyendo una versión bailable de la Quinta Sinfonía de Beethoven a cargo del peruano Enrique Lynch.

Rubén Blades, literatura salsera

De la estela de la Fania procede también el panameño Rubén Blades, una de las personalidades artísticas (y también políticas) más interesantes de la cultura latina. En octubre de 2018 desgranaba para tintaLibre las conexiones narrativas de sus canciones. Sus discos Maestra vida (1980) y Antecedentes (1988) comparten universo. Y entre otros lazos que tendió Blades, destaca también el del trompetista con el que se fuga Ligia Elena en la canción homónima. El fugado en cuestión protagoniza asimismo Adán García, tema incluido en el álbum Amor y control. En esta ocasión destacamos Plástico, primero de los temas incluidos en Siembra, lanzado en 1978 junto a Willie Colón y uno de los mayores éxitos de la Fania Records. "Se ven las caras, ay, pero nunca el corazón".

Canciones para una montaña rusa emocional

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Para despedir la velada

La propuesta continúa con joyas como En Barranquilla me quedo,En Barranquilla me quedo de Joe Arroyo; Vámonos pal monte,Vámonos pal monte de Eddi Palmieri; Anacaona, de Cheo Feliciano; o De Barrio Obrero a la 15, de Willie Rosario. Pero la playlist verbenera termina con sabor a despedida. Tres últimos temas cierran la velada: Sin sentimientos, del Grupo Niche, originarios de Cali y salseros de pro; Qué pena, de los Hermanos Lebrón, banda compuesta por una familia de músicos original de Puerto Rico, pero criada en Brooklyn; y el Guagancó del adiós, de Roberto Roena. Atentos, porque al final de la grabación oficial, Roena incluye el contacto para agendar actuaciones: "Si quieres oír mi música en tu fiesta llámame al 7222126 en Puertorro y al 5417950 al otro lado, en Nueva York". "El (787) 7222126 correspondía a un teléfono privado de Roena en Santurce [barrio de San Juan, capital puertorriqueña], mientras que el (212) 5417950 era el teléfono de la recién creada agencia Ralph Mercado Management, RMM, ubicada en una suite de la Avenida Broadway y atendida por Ray Avilés, Richie Bonilla y William Rodríguez", escribe el periodista y escritor José Arteaga en la web de Radio Gladys Palmera.

La canción está compuesta por Tite Curet, también letrista de Anacaona, donde retrata la situación de esclavitud de una indígena: "Anacaona oí tu voz, cómo lloró cuando gimió / Anacaona oí la voz de tu angustiado corazón / Tu libertad nunca llegó". En sus composiciones, Tite Curet alude a las injusticias provocadas por los procesos de colonización de América y denuncia la situación de la población negra esclavizada. Él y Blades, con sus crónicas urbanas, otorgaron a la salsa una dimesión social imprescindible.

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