El día 26 de mayo y el 28 terminan, respectiva y definitivamente, La maravillosa Sra. Maisel (Prime video) y Succession (HBO Max), dos series de calidad estratosférica, y de las más importantes de los últimos años.
Representan dos mundos diferentes, pero los responsables de ambas producciones han decidido terminarlas cuando la historia contada en ellas se lo demandaba. Lo han hecho a pesar de manejar éxitos muy lucrativos que podían haber tenido la tentación de alargar.
Ha llegado la hora de que Succession haga honor a su nombre
Succession despliega los conflictos que ocurren en una multinacional gigantesca cuando el titán que la creó anuncia su retirada. Sus hijos han heredado más dinero que talento del padre y se disputan el trono vacante. Jesse Armstrong, creador de la serie, ha declarado que no podía estirar indefinidamente la premisa que plantea incluso en su nombre.
La maravillosa Sra. Maisel no se compromete tanto en su título, pero su creadora, Amy Sherman-Palladino, junto a su esposo David, nos han estado contando el nacimiento de una estrella.
No se puede eternizar el nacimiento de una estrella
Y esa aventura también tiene los días contados narrativamente. A un talento artístico como el de su protagonista, cómica en ciernes, se le pueden poner un puñado de obstáculos, pero no infinitos, ni dejar que el tiempo frene su ascenso al triunfo profesional.
Las dos series han logrado una vinculación con sus seguidores de fidelidad y cariño durante años y sus responsables se toman muy en serio preparar sus cierres. Aunque Jorge Drexler canta “amar la trama más que el desenlace”, los finales de series son un tema casi obsesivo para los amantes del mundo de la ficción televisiva.
La importancia de no cerrar una serie en falso
Un cierre controvertido queda para siempre como una espina clavada en el recuerdo que deja una serie, ya sea en Twin Peaks, en Lost o en Los Serrano. A veces generando un rencor desproporcionado respecto a la cantidad de horas de satisfacción previas.
Succession ha cogido el toro por los cuernos de su problema central. Quienes llevan la serie al día saben perfectamente cómo lo ha hecho, mediante lo ocurrido en el episodio tres. Otro grupo de espectadores prefiere que termine la temporada y verla de un tirón. Si han conseguido esquivar la noticia, enhorabuena.
Quedan grandes sorpresas en la vida de los Roy
Los fans tenemos motivos para permanecer alerta. Armstrong ha declarado que, en su opinión, el episodio ocho de los diez de esta temporada es el más sorprendente. Aunque confía en que todos lo sean. Así que quedan todavía turbulencias para los Roy.
Armstrong afirma sentirse muy triste por despedir a sus personajes y a sus compañeros de trabajo, especialmente a sus colegas guionistas. A cambio confía en haber estado a la altura y haber hecho justicia a su propia creación en estos últimos episodios. Promete abundantes conflictos y espera lograr satisfacción para sus seguidores.
Un guionista que carga contra el poder
Habrá que ver qué sabor de boca quiere dejarnos un escritor experto en demoler las dinámicas del poder. Armstrong no se parece en nada a un observador neutral de la realidad, tiene un fuerte punto de vista. A lo largo de su carrera, este británico ha colaborado con los guionistas más ácidos y críticos.
Con Armando Iannucci, Simon Blackwell y Tony Roche escribió por ejemplo la sátira política The thick of it y su secuela en forma de película In the loop. Ha colaborado con el creador de Black mirror, Charlie Brooker y con la creadora de Catastrophe o Hermanas hasta la muerte, Sharon Horgan. O con Adam McKay, guionista y director de la película No mires arriba.
Uno de los protagonistas de la serie, el deslenguado e hipnótico Kieran Culkin, que da vida a Roman, ha desvelado en la presentación de la cuarta y última temporada que el propio Jesse Armstrong le contó el argumento de la tanda diciéndole que probablemente sería la última pero que podía haber continuado.
Tenía incluso tres líneas argumentales preparadas por donde podían haber ido los tiros si finalmente se hubiera decidido por hacer una temporada más. Y las tres le parecieron muy potentes y coherentes a Culkin.
¿Posibilidad de secuela?
Medio en broma y quién sabe si en serio, Armstrong afirma que una posible secuela de la serie se centraría en un personaje secundario, un empleado de la empresa familiar, Hugo Baker. En una reciente conversación telefónica con su hija se anuncia que ésta le ha metido en un lío financiero, lo que le hace susceptible de ser chantajeado. Armstrong haría una comedia con padre e hija.
Entre todos los brillantes hallazgos de Succession creo que la música dejará una huella inolvidable. El tema de la cabecera y la banda sonora compuestas por Nicholas Britell anuncian la gravedad y la disfunción de las vidas de sus protagonistas.
El autor ha combinado una melodía de música clásica con notas fuera de escala para señalar que algo está muy descolocado, como le ocurre a la familia Roy. A la sensación de peso, épica y clasicismo de la parte de piano se añaden arreglos de hip hop. El propio Britell ha escrito numerosísimas variaciones para diferentes momentos de la serie.
Un episodio final con la duración de una película
El 28 de mayo aumentará el dramatismo de una entrega de Succession por última vez. Ese día se emitirá el último episodio, que se llamará Con los ojos abiertos y se prolongará durante noventa minutos. Hasta llegar a él, cada semana los capítulos irán alargando su duración.
En otra plataforma, en otra clave, casi en otro universo, La maravillosa Sra. Maisel ha creado un lugar feliz en el que refugiarse de la vida real. Un mundo retro, más bonito que el mejor escaparate de una pastelería, un paraíso visual situado en la clase alta del Nueva York de los años cincuenta.
Los diálogos con música de la señora Maisel
Por debajo de coloridos vestidos y sombreros se desarrollan unos diálogos con música propia, espumosos y llenos de réplicas chispeantes. Un personaje femenino en muchos aspectos, pero tan desinhibido en la búsqueda del éxito como el hombre más ambicioso de su época.
Una unión entre la artista y su representante, entre Midge y Susie, o lo que es lo mismo, las actrices Rachel Brosnahan y Alex Borstein, llena de pasión, compañerismo y altibajos. Basada en el respeto y la admiración mutua. Como señaló la actriz Borstein a Entertaiment weekly : “Las dos saben que en un equipo solo eres tan fuerte como el miembro más débil. Si Midge no ayuda a Susie o Susie no ayuda a Midge ambas están perdidas.”
El personaje de Maisel dejó la cuarta temporada en un momento importante, con un episodio que recreaba una gran nevada en la Gran Manzana en 1961, mientras Lenny Bruce, un personaje de la serie que existió en la vida real, realiza su gran actuación en el Carnegie Hall. Conviene volver a ver esa entrega antes de retomar la serie. Se trata del episodio favorito de su creadora.
Una temporada con grandes saltos al futuro
En él, Bruce suplicaba a Maisel que se comprometiera con su carrera. Y el resultado de ese toque de atención es esta temporada de despedida. Los Palladino nos sacan de la burbuja de los años cincuenta y sesenta en estos últimos episodios con saltos temporales que llevan a los años ochenta y a los años noventa en los que vemos lo que ha sido décadas después de los personajes.
Por otro lado, en su tiempo original, las puestas en escena son cada vez más exuberantes, auténticos derroches con centenares de extras perfectamente caracterizados. Un aeropuerto recreado en sus miles de metros cuadrados o un musical en una feria de productos. Lo que hacen las películas de acción destrozando una ciudad para que la persecución en coche sea más espectacular se pone aquí al servicio de la estética y del amor al negocio del espectáculo.
Amy Sherman-Palladino afirma que su objetivo es honrar a cada uno de los personajes de la producción y hacer sentir a los espectadores que el cierre ha valido la pena el tiempo dedicado a ver la serie durante sus cinco temporadas.
Algunas conexiones entre las dos series
Cada lunes aparece un episodio de Succession, cada viernes uno de la señora Maisel. Un pequeño hilo une las dos producciones. Dos actores secundarios aparecen en las dos series a la vez. La cuñada de Midge, interpretada por Justine Lupe, es la pareja del mayor de los hermanos Roy. Peter Friedman da vida a uno de los empleados en Succession, Frank, y se incorpora en la temporada final como productor televisivo en el mundo de la señora Maisel.
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Ellos van a tener la suerte de haber participado en dos de las propuestas más fascinantes de estos años. Nosotros tenemos la oportunidad de conmovernos y deslumbrarnos con estas dos series de lujo antes de sufrir con sus cierres.
Huelga de guionistas en Estados Unidos
Y ahora queda confiar en que la huelga de guionistas de Estados Unidos termine de manera en que las y los escritores del gremio puedan volver satisfechos al trabajo con un reparto más justo de los derechos que genera la invención de estos productos culturales que mejoran el mundo.
No es razonable que una serie que disecciona mecanismos ocultos del capitalismo y otra que reivindica el talento cultural por encima de todo se emitan en plataformas que hurtan parte de sus emolumentos a los guionistas que las han creado.
El día 26 de mayo y el 28 terminan, respectiva y definitivamente, La maravillosa Sra. Maisel (Prime video) y Succession (HBO Max), dos series de calidad estratosférica, y de las más importantes de los últimos años.