‘Solo asesinatos en el edificio’ vuelve con su sabor clásico y reconfortante

Cartel promocional de la serie 'Solo asesinatos en el edificio'.

El humorista más elegante, clásico y atemporal, Steve Martin, lidera esta comedia creada por él mismo, como era de suponer, a su imagen y semejanza. Solo asesinatos en el edificio, de Apple TV, ha estrenado su segunda temporada tras su flechazo con el público y la crítica en su estreno. 

La serie actualiza un género antiguo, divertido y mil veces recreado, el de los detectives aficionados. Esa fue la idea con la que Steve Martin se acercó al guionista John Hoffman para que desarrollara el concepto original.

Asesinatos sí, pero cerca de casa, por favor

En el embrión del proyecto creado por Martin hace ya una década, tres viejos conocidos y vecinos, aficionados a resolver crímenes pero con poca fuerza vital para recorrer las calles, se especializaban en investigar delitos, sólo dentro de su edificio. 

Hofmann venía de escribir para Grace and Frankie, serie con dos protagonistas estelares y veteranas, Jane Fonda y Lily Tomlyn. Ese detalle pudo llamar la atención de Martin.

Por su parte el cómico Martin Short, íntimo de Steve Martin, le ayudó a ver que parte de lo necesario para el proyecto ya lo tenían disponible. “Los dos somos viejos”, le hizo notar, según explicaron ambos al promocionar la serie. 

En un giro a la propuesta inicial, el lema del desarrollo se transformó en lo clásico se encuentra con lo moderno. Lo moderno se materializó en el fichaje de Selena Gómez que completa el trio de protagonistas.  

Tres vecinos unidos por la afición a resolver crímenes

Los tres líderes comparten edificio en la ficción. Tres vecinos que no se conocían previamente. Una alarma antiincendios reúne a los habitantes del bloque en la calle y el trio descubre a la vez su afición a los podcast que analizan investigaciones criminales y que se ha producido una muerte en su edificio.

A partir de ahí comienzan por un lado sus pesquisas y por otro la creación de su propio podcast sobre la investigación. Para redondear el misterio, Mabel, Gómez, parecía conocer a la víctima y había ocultado el dato a sus nuevos compañeros.

El carácter del propio edificio

La personalidad de la serie se ve muy determinada por el vecindario. Al igual que en Aquí no hay quien viva, el viejo edificio castizo contagiaba su personalidad a los habitantes, o en La que se avecina, el quiero y no puedo de la urbanización de extrarradio conforma las relaciones entre personajes, aquí lo hace el Astoria.

El singular edificio, en una de las manzanas más que acaudaladas, prohibitiva, de Nueva York, representa parte del espíritu centenario de la zona. Sus exquisitos exteriores están localizados en el Belnord, en el Upper West Side de Manhattan.  

El carácter del vecindario y del barrio neoyorquino protagonizan también la serie. “El tono que buscamos para la serie es Nueva York” desvela Hoffman a GoldDerby aclarando que en unas pocas manzanas se puede encontrar la más absoluta diversidad.

Dios, amo este edificio” exclama el personaje encarnado por el cómico Martin Short en el primer episodio de esta segunda temporada. Lo hace tras encontrar en el ascensor a la humorista Amy Shumer interpretando una versión de sí misma y comenzar conversaciones para un posible negocio. 

Todo es posible en Nueva York

Todo es posible en Nueva York. Y eso facilita mucho las cosas para este guion exuberante y fantasioso, más estilizado que realista, que conectó excelentemente con las necesidades de escapismo de las restricciones por el coronavirus.

En la primera temporada era posible por ejemplo que también viviera en la misma dirección el músico Sting, que ejerció como actor secundario en varios episodios.

La ciudad americana es una referencia universal, un lugar común de nuestra educación sentimental y audiovisual en el que es muy fácil entenderse. En esta ficción se presenta la ciudad próspera, burguesa y sofisticada. La que todavía se viste para presentarse en sociedad, y no solo buscando la comodidad, como ocurre en el resto del país.

Una comedia con diferentes raíces

Su comedia entronca también en una tradición teatral y cinematográfica del enredo y los malentendidos, aquí naturalizada. Por un lado los dos veteranos protagonistas son expertos en comedia física, por otro, se trata de una serie muy verbal y florida.  

Pero la inspiración para su guionista viene del clásico de los años 70, La chica de la tele. Aquella serie en estado de gracia combinaba ambos aspectos en su protagonista, Mary Tyler Moore. Así lo admite el propio Hoffman. Lo atemporal se las arreglaba para convivir con lo contemporáneo en aquella comedia que se vio otra vez al completo mientras escribía esta.

Los protagonistas son amigos íntimos hace décadas

Como entonces, el carisma y la complementariedad de los intérpretes pone el sabor al guiso. Steve Martin y Martin Short tienen estilos cómicos muy diferentes pero son amigos íntimos desde hace treinta años.  

En Netflix se puede ver el especial Una velada que olvidarás el resto de tu vida en el que repasan su amistad y sus vidas en un espectáculo cómico en directo, que grabaron en 2018.

Steve Martin ya era una leyenda cuando se conocieron. Se había convertido en su momento en el cómico más querido en Estados Unidos, gracias a sus espectáculos en solitario, en los que combinaba malabares, la confección de figuras con globos y frenéticos bailes solo con sus pies con un humor del absurdo.

Al absurdo desde la filosofía

Había llegado a este tipo de comedia por varios caminos. La elección de las reflexiones surrealistas surgió tras sus estudios de filosofía, en los que, analizando los procesos que se siguen en la lógica, atisbó las posibilidades humorísticas de burlar las expectativas de su público.

Steve Martin consideraba su espectáculo conceptual, buscaba también romper la estructura clásica del chiste: preparación, preparación, remate. Proponía constantes chistes para que la audiencia no supiera qué esperar o cuándo reír.

Su propósito era desconcertar a las y los asistentes, que no llegaran los previsibles ritmos y pausas de un espectáculo de monólogos. Su éxito fue enorme. Recorrió su país en giras, se convirtió en uno de los cómicos más destacados de la televisión y grabó álbumes de grandes ventas con su rutina. En pleno apogeo dejó la actuación en directo.

De los monólogos al cine

En su opinión, todo el mundo había entendido ya su concepto, no tenía pues continuidad y se retiró de los monólogos. Emprendió entonces una carrera como actor, cómico mayoritariamente, en ocasiones también dramático, y en el rodaje de Tres amigos, película que coescribió y coprotagonizó, conoció a Martin Short.

Short empezó su carrera en el espectáculo en su Canadá natal para luego instalarse en Estados Unidos. Además de monólogos e interpretación, se ha desenvuelto con éxito en los musicales de Broadway con un estilo más histriónico que el de su amigo.

El fichaje estelar de Selena Gómez

Uno de los mayores hallazgos de la serie ha sido el fichaje de la tercera en discordia. Nada de verse eclipsada por dos viejas glorias. Selena Gómez es actualmente la mayor de las tres estrellas.  

Con una infancia difícil en una familia rota y con pocos recursos, pronto se convirtió en estrella Disney, lo que en Estados Unidos implica una fama descomunal. A su desempeño como actriz añadió una carrera musical con varios enormes éxitos. Acumula 333 millones de seguidores en Instagram, lo que la convierte en la artista más popular en la red social en todo el planeta.

En la serie aporta su encanto cool e imperturbable que la convierte a menudo en la más fría, madura y misteriosa de los tres. Su edad refuerza la veta cómica de las diferentes referencias culturales que nutren a dos generaciones tan distantes.

La nueva temporada conserva el tono de la primera. Falta por ver en los sucesivos episodios si el andamiaje del misterio está suficientemente afirmado como para mantener lo que de verdad importa, las relaciones entre los personajes y el aire neoyorkino que dan su atractivo a la serie. 

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