‘The bear’, la tercera temporada es un emotivo canto a la clase trabajadora

Frame de la serie 'The Bear'

Puede sonar paradójico que un restaurante caro, de alta cocina, que aspira a una estrella Michelin, contenga el mayor canto de amor a la clase trabajadora recién salido del horno de las plataformas televisivas, pero así es. 

The bear es probablemente ahora mismo al mismo tiempo la serie más libre estilísticamente, tanto en la realización como en su forma de contar su historia. Mantiene su personalidad en todas las entregas, pero se permite con frecuencia asombrosos ejercicios de estilo.

Del estrés a los episodios joya

La primera temporada nos sometió a un estrés extremo. El suicidio del propietario de un restaurante de bocadillos de ternera dejaba a todo el equipo desquiciado entre la tristeza y el caos organizativo. El brillante cocinero hermano del fallecido venía a hacerse cargo del decadente negocio. Todo su empeño apenas lograba superar los problemas del restaurante.

La segunda temporada dejó episodios cápsula memorables. Peces recreaba una tormentosa cena de navidad familiar. Acogió intérpretes invitados como una sobrecogedora Jamie Lee Curtis, Bob Odenkirk o Jon Bernthal, todos nominados a los Emmy por sus trabajos. 

La tercera temporada mantiene el elevado nivel

Esta tercera temporada ha sido subida al completo al almacén de Disney+. Y vuelve a estar a su propia altura o incluso a superarla. Sigue contando la historia de un equipo de personas con sus objetivos, sus lastres emocionales y sus limitaciones. 

Lo que cada una de ellas cede por el objetivo común, el ambicioso restaurante The bear, por fin, se ve compensado enormemente por un sentido de pertenencia y una lucha colectiva mayor que cada individuo. Sin pijadas. Madrugando y sudando la camiseta cada día. 

A los pies de quienes lo pasan peor

Esta temporada ofrece una sucesión de cartas de amor a personas que lo tienen difícil, que lo pasan mal, que no tienen cartas ganadoras, y para las que un paso adelante supone todo un triunfo. 

Y es un homenaje a personas reales que han vivido esas experiencias. El creador de la serie, Christopher Storer y su compañera en el desarrollo, Joanna Calo, han entrevistado a muchos trabajadores y trabajadoras de restaurantes para reflejar el espíritu de lo que ocurre en la cocina. 

Unos asesores gastronómicos muy cercanos 

Storer tiene una hermana, Courtney, que es una talentosa chef, productora de la parte culinaria de la serie junto al también cocinero Matty Matheson. Este aparece como actor que no pasa desapercibido con su oronda silueta y sus tatuajes hasta el cuello y las manos.  

Storer conoció también desde joven a Chris Zucchero, el dueño del restaurante que inspiró The bear, Mr. Beef, también un despacho de bocadillos de la ciudad de Chicago. Su local fue el utilizado para la serie. El creador del restaurante murió el año pasado. Su hijo, y amigo de Storer, responsable del local, aparece como intérprete en la serie en las escenas que evocan el pasado del restaurante. 

La dignidad del trabajo

Todas estas vidas inspiran la lucha del día a día de los personajes. Y se trata con respeto reverencial la dignidad de cada participante del equipo del restaurante. Continúa el camino de la segunda temporada de redención de quienes se encontraban en peor situación.

Además de esta historia que se cuenta de atrás adelante y de adelante atrás se ofrecen episodios y momentos mas conceptuales, con un montaje apabullante o acompañados por la música en una sinfonía visual. A veces sin palabras, a veces con diálogos eléctricos. El resultado es una historia que se siente además de entenderse.

La importancia de las pequeñas victorias

Storer explicaba muchas de sus intenciones y métodos en una entrevista en enero en el podcast The Watch. Por ejemplo, afirmaba que “ganar es perder. Mucho. Y muy específicamente en restaurantes. Un servicio puede estar bien, y al día siguiente ser un desastre”. Por tanto, según él “las pequeñas victorias se pueden vivir como grandes momentos”. 

El productor señalaba así los momentos redondos, perfectos, que dan sentido, en mitad de una vida llena de frustraciones e incomodidades. Algo que ha investigado en esas entrevistas y amistades con trabajadores de restaurantes. “Cuando sabes cuanta alma hay en los personajes te das cuenta de que Incluso esas pequeñas victorias pueden suponer gigantes cambios de vida”. 

En la primera temporada recogía una de las grandes preocupaciones de los nuevos restaurantes, pasar el examen del control de incendios. En principio puede parecer algo trivial y aburrido, pero al contar a fondo los obstáculos el premio de conseguirlo se puede saborear como algo épico.

Experiencias transformadoras

Lo mismo ocurre en el plano personal. “Cuando algo te inspira para bien, algo en ti hace clic, añadía. Y esa perspectiva se mantiene a lo largo de la serie, también en momentos emocionantes de la tercera temporada.

En The bear casi siempre se relacionan con el poder del trabajo para encontrar sentido a la vida. Según Strorer, por ejemplo, “la segunda temporada trata sobre lo que significa para la gente el trabajo en equipo y la creatividad”.

Parecidos entre un restaurante y un rodaje

Él mismo afirma padecer altos niveles de ansiedad y estar agradecido a su propio desempeño en la serie. “Por el modo en que me comunico con mis colegas. Lo pasamos bien, somos considerados los unos con los otros. Lo siento de un modo familiar” afirma. 

Hacer una serie comparte mucha de esa filosofía del trabajo colectivo que Storer valora cuando señala que “hay algo sobre el valor en el trabajo en equipo, en ser aupado, en encontrarse a uno mismo creativamente y en cómo eso puede llevar a una mejor comunicación en tu propia vida”.

El poder liberador de la rutina

En episodios concretos, como los hermosísimos Tenedores, en la segunda temporada, o Servilletas, en la tercera, el guion incide en el poder liberador de la rutina. En Tenedores, Richie (Ebon Moss-Bachrach) encuentra la calma y la perspectiva limpiando tenedores. En Servilletas, Tina, interpretada por Liza Colón-Zayas, se ve perdida sin sus hábitos diarios, que son a lo único que aspira.

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En esta temporada, además de los protagonistas ya queridos y conocidos por quienes siguen la serie, se añaden varios cameos de cocineros de prestigio, actores que pasaron brevemente antes por la serie, la propia pareja del creador, Gillian Jacobs, como ex esposa de Richie, o el director y guionista de series como Billions, Brian Koppelman. Buzzfeed recoge todos los cameos. Una pena que entre ellos no se incluyan cocineros españoles, dado nuestro espectacular momento en la gastronomía mundial.

Una grabación llena de cariño y apoyo mutuo

Este tono experimental que ha conseguido tantos premios a la serie no se traduce en un rodaje eterno. Se graba muy rápido y en muy pocas tomas. Jeremy Allen White, actor que interpreta a Carmy, el protagonista, señala que la angustia y ansiedad de su personaje no se le hace una carga pesada porque Storer le pide periodos cortos de esa intensidad. 

El actor describía para On the red carpet el primer episodio como “poesía”, como “entrar en la mente de alguien”. Y volvía a describir el ambiente del plató como afectuoso y de mutuo apoyo, como el mejor proyecto en el que ha trabajado, en el que admira a cada persona en el reparto o en la producción y que, a él, como a los personajes, le ha cambiado la vida. Arte que imita a la vida y vida que imita al arte en un círculo virtuoso.

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