‘The gentlemen’, el estilazo hecho serie

Es difícil molar más que Guy Ritchie cuando está inspirado. El cineasta que firmó Snatch, cerdos y diamantes y en 2019 la película del mismo título que esta serie, The gentlemen, sobresale especialmente en las historias de bandas de delincuentes. 

Netflix acaba de presentar la primera de las dos temporadas ya firmadas del proyecto del director británico. La serie no es secuela de la película. Comparte con ella el centrarse en el tráfico de marihuana y el protagonismo de un duque.

Heredar un imperio criminal por sorpresa

En esta ocasión, un soldado hereda por sorpresa, ya que no es el primogénito, todos los bienes y título de su padre, el duque de Halstead. Entre las pertenencias encuentra bajo la mansión familiar una enorme plantación de cannabis que le vincula a un clan de narcos.

El nuevo duque, Edward, está interpretado por Theo James, que ha protagonizado varias películas de cine fantástico y que interpretaba al desinhibido casado de The White Lotus 2, trabajo que le valió una nominación al Emmy. 

Delincuente a la fuerza

En esta ocasión lidera la serie y tiene la misión de encarnar su espíritu. Con este delincuente a la fuerza se crea un arquetipo. Como no estaba destinado a portar el título no es heredero decadente, sino un tipo con clase, compuesto, que por mal que vayan las cosas conserva la mente fresca y espacio para la ironía.

El lema de la serie, según su director, que aparece citado varias veces en el guión dice : “Vivir en la jungla y dormir en el zoo”. En la combinación del mundo del peligro y el de la seguridad se encuentra el difícil equilibrio al que aspira el protagonista.

Su compañera en la aventura es su espejo femenino. Susie es hija del capo del tráfico de maría, que se encuentra en la cárcel. Ella también tiene que hacerse cargo del negocio familiar, y resuelve con inteligencia y estilo. Le da vida la actriz Kaya Scodelario con su fuerte personalidad y un vestuario creado para empoderarla.

Una pareja sin tiempo para ligar

Juntos forman una atractiva pareja de protagonistas sin tiempo para trivialidades como un romance. Deben pactar la salida de la aristocrática familia del negocio. Por supuesto no será fácil y les obligará a verse con diferentes bandas de delincuentes, abriendo el argumento a numerosos personajes pintorescos.

Entre otros intérpretes destacados se encuentra Giancarlo Esposito, el inolvidable gerente de Los pollos hermanos en Breaking Bad, otra vez en un personaje enigmático y exquisito.

Guy Ritchie vuelve a dar un papel a Vinnie Jones, que participó en sus primeras películas y debutó con él en la interpretación en audiovisual. Jones fue un conocido mediocentro defensivo en varios clubes de fútbol, especialmente en el Wimbledon.

Desgraciadamente su fama como jugador le llegó por ser uno de los jugadores más violentos de la historia del deporte. Si en los primeros títulos con Ritchie se encargó dar vida a gánsteres ahora se convierte en el mayordomo de valor incalculable.

Más humor que realismo

La trama que se desarrolla a lo largo de los ocho episodios tiene más humor que realismo, enfrentando a los héroes a sucesivas pruebas de ingenio. Los muertos dan un poco igual y se va creando una moral propia en la que matar no es necesariamente el límite entre lo que está bien y mal. En cambio, traficar con hierba o con drogas más duras supone una frontera nítida.

Este tipo de relato es el que mejor se ajusta a las habilidades de Guy Ritchie, quien declara entre sus mayores influencias las de Quentin Tarantino y Sergio Leone. Su habilidad para ubicar el objetivo en todo tipo de lugares sorprendentes y jugar con la cámara lenta y acelerada o incrustar texto en la pantalla, todo con ritmo y potencia, refuerza el impacto en este tipo de historia. 

Ritmo musical

Le da un ritmo trepidante y maneja los contrastes de manera casi musical. A ello se unen unos planos siempre sugerentes y unas localizaciones también siempre con interés, con sabores intensos.

Toda esta riqueza y alarde visual está acompañado por una música a la altura. Ha sido compuesta por Christopher Benstead, ganador de un Óscar y un Bafta por su trabajo en la película Gravity y habitual colaborador de Ritchie. Y aporta el mismo estilo impecable que la imagen. El director, ex marido de Madonna, parece tener buen oído.

O en un castillo o en un cuchitril

Ritchie juega con las clases altas y con las bajas. Aquí nadie vive en un apartamento de dos habitaciones con cocina de Ikea. Eso no existe. Se pasa del palacio portador de una historia de élite al gimnasio de boxeo cochambroso o el taller de coches tuneados en un frio suburbio.

La localización principal de la familia protagonista tiene su propia historia. La casa Badminton es la residencia de los duques de Beaufort desde el siglo XVII. Aunque está en disputa quién inventó el deporte, el bádminton se empezó a jugar y se popularizó en los jardines de esta mansión y a ella debe su nombre.

El rodaje se compatibilizó con la residencia de sus dueños, que no abandonaron su hogar por la serie. El asunto tuvo su parte complicada, pero aporta la solera de una vivienda real de estas características. Tanto las grietas como el patrimonio artístico son reales.

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Ritchie ha dirigido los dos primeros episodios, que ha escrito con Matthew Read, pero el resto de la serie mantiene por completo el sello de divertimento de la producción. Entre tanto, el creador de la serie vive en una acumulación de proyectos.

Está a punto de estrenar la película The ministry of ungentlemanly warfare, basada en una operación británica de la Segunda Guerra Mundial. El verano pasado rodó en España otro film todavía sin título. Y está punto de dirigir La fuente de la juventud, otra cinta de atracos con Natalie Portman y John Krasinski.

A estos proyectos hay que añadir la serie para Paramount+, Los Donovan, secuela de la ficción estadounidense de siete temporadas Ray Donovan, que en España puede verse en la plataforma Sky Showtime.

Es difícil molar más que Guy Ritchie cuando está inspirado. El cineasta que firmó Snatch, cerdos y diamantes y en 2019 la película del mismo título que esta serie, The gentlemen, sobresale especialmente en las historias de bandas de delincuentes. 

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