‘Upright’, el conmovedor viaje de una extraña pareja por el desierto australiano

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En unos pocos minutos, el mundo creado por la serie Upright intriga, atrapa y promete. Y a lo largo de sus ocho episodios cortos, de media hora, no para de crecer. Los apuros y la lucha de sus protagonistas, dos perdedores con poco en común, despierta una simpatía incondicional que no es defraudada.

La historia es la de dos desconocidos que se ven obligados a compartir un largo viaje por carretera a través del desértico sur de Australia. Lucky es un roquero de medio pelo, mediana edad y en horas muy bajas, pero con una misión, tiene que ver a su madre en Perth antes de que esta muera. Meg es una adolescente furiosa, lista y vulnerable que miente mucho, y solo poco a poco se averigua por qué. En el camino, juntos, sin blanca, cruzan desolados pueblos, eternas carreteras, sorprendentes paisajes australianos.

Todo por un piano

Lucky y Meg no están solos, les acompaña un piano, que encarna una función equivalente en esta serie a la joya de El señor de los anillos en la obra de Tolkien, una antorcha de esperanza que no se puede abandonar por grandes que sean las penalidades que se sufran en el camino. Además, en este caso nos recuerda la intriga del sentido real del viaje. ¿Por qué el piano? ¿Para quién el piano?

Upright significa en castellano erguirse, como tratan de hacer los dos protagonistas, que, desde muy abajo, intentan levantarse. Significa también honestidad, algo que se logra en un viaje con muchas más curvas que las de la carretera que recorren, y significa vertical, como el tipo de piano que llevan en su viaje Lucky y Meg.

El camino transforma a los caminantes

Como en todas las buenas historias de viajes, el camino transforma al caminante. Los dos protagonistas de Upright consiguen despertar toda el apoyo que necesitan para salir del pozo en el que no sabemos por qué están, pero que claramente merecen abandonar por una suerte mejor. Desprenden tanta química entre ellos que provocan el deseo de que el frágil hilo que les une se mantenga hasta el final.

Sus dos actuaciones resultan fantásticas, Tim Minchin como Lucky es una especie de Hugh Grant sacado de un desguace, todo comedia y desgarro, culpa y dignidad. Milly Alcock como Meg funciona mejor que unas gafas para ver en tres dimensiones, se sale de la pantalla con su viveza y unos constantes cambios de registro que borda.

La Australia vaciada

En este viaje, también el plano exterior es fascinante. Los protagonistas atraviesan Australia de este a oeste por el desértico sur del país. De vez en cuando se mencionan o aparecen señales de los pequeños pueblos en los que se ven obligados a parar. Quienes estén interesados en conocer esa remota y poco turística región, pueden consultar la ruta en internet gracias a las miguitas que van dejando los responsables de la producción. Los dramáticos acantilados, lagos rosas o enormes minas abandonadas al aire libre merecen un cómodo viaje virtual.

La serie está escrita por Leon Ford, Kate Mulvany, Chris Taylor y por Tim Minchin, su protagonista masculino. Minchin es un atractivo personaje de trayectoria peculiar en el mundo del espectáculo. Es músico, cantante y cómico a la vez, con varios álbumes y conciertos de notable éxito. A veces escribe canciones más ligeras, la mayoría incluye una carga de profundidad y algunas se han convertido en objeto de cruda controversia en Australia, como cuando criticó el papel de la Iglesia Católica a la hora de abordar los abusos sexuales a menores producidos en su seno.

En 2010 compuso la música y las letras de Matilda, el musical, basado en la novela de Roald Dahl, que fue un enorme éxito teatral en varios países y obtuvo numerosos premios. Ahí descubrió el atractivo de crear el guion para una producción. Repitió años después en la también premiada, El día de la marmota, el musical.

Creada por un ateo militante

Este hijo de cirujanos es un gran defensor y divulgador del método científico y el escepticismo. Es ateo militante y seguidor de uno de los más prestigiosos divulgadores de esta corriente de pensamiento, Richard Dawkins. Ha recibido el galardón con el nombre de Dawkins que otorga el Center for Inquiry correspondiente al año 2021. En la serie, desliza una de sus mayores preocupaciones, referida a este aspecto: “Uno de los dos temas que me obsesionan es cómo se consigue el sentido en un universo sin sentido. Como consigues ser buena gente en ausencia de algo mayor que tú”, explicaba en una entrevista sobre Upright con Bonnie Laufer.

Sobre la ética y el sentido de la vida en ausencia de Dios, les hablaba también Minchin a los alumnos de la Universidad de Australia Occidental, la UWA, en el motivador discurso estructurado en nueve consejos que dio cuando le fue concedido el doctorado honoris causa.

En el primer encuentro entre los protagonistas de esta serie, la adolescente sugiere que el destino les ha cruzado y el personaje interpretado por Minchin se burla de ella, de la propia creencia en un destino y expone su filosofía al respecto. A partir de ahí, el trayecto interior de ambos busca la redención y la forma de convivir en paz con el pasado. En palabras de Minchin: “Somos quienes somos por nuestros golpes y cicatrices, no a pesar de ellos”.

Drama y comedia unidos

En su entrevista a Laufer, Minchin añadía: “La otra cosa que me obsesiona es que no creo que la comedia y el drama sean dos categorías separadas para nada. La vida mezcla las dos cosas en un instante. Puedes estar triste en un funeral y al momento reírte”. Y en esta pequeña serie ha conseguido la reconocible sensación de que la vida no permite alargar mucho los “momentos”. Cuando estás triste, algo ridículo te obliga a reír o te distrae, cuando estás feliz una pequeña molestia te obliga a torcer el gesto o algo te asusta, nada es permanente.

Y en un proyecto tan personal, no podía faltar la música. Tim Minchin no solo quería incluirla sino explicar la relación que los músicos profesionales tienen con ella. Su personaje sólo se pone a tocar el piano cuando es obligado por las circunstancias, no va silbando melodías. Pero todas sus referencias y su centro giran en torno a la música.

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Por su parte, la joven actriz que da la réplica a Minchin, Milly Alcock, dejó sus estudios del instituto para esta primera interpretación, aunque no era tan joven como su personaje, ella tenía dieciocho años. Unánimemente, deslumbró al equipo de la serie, para los que un acierto en la elección de la actriz que interpretara a Meg era clave. “Tenía que ser divertida, valiente, triste, rota, resiliente y vulnerable” señalaba Minchin.

Alcock intervendrá en la precuela de ‘Juego de tronos’

Disney + ofrece la serie El crepúsculo, un policiaco también de ocho episodios en el que Alcock interpreta un personaje secundario. La actriz es uno de los nombres que ya se han anunciado en el reparto de la precuela de Juego de tronos, La casa del dragón, como informa la web Serielistas. La serie que prepara HBO se centra en la casa Targaryen dos siglos antes de Daenerys.

Upright se produjo y emitió en el 2019, pero, afortunadamente, se ha confirmado que los dos protagonistas volverán en otros ocho episodios que se grabarán este año. Es una gran noticia, porque, aunque el viaje se completó en la primera temporada, los personajes no han hecho más que despertar las ganas de conocer más y más capas sobre ellos y acompañarles en su siguiente etapa. 

En unos pocos minutos, el mundo creado por la serie Upright intriga, atrapa y promete. Y a lo largo de sus ocho episodios cortos, de media hora, no para de crecer. Los apuros y la lucha de sus protagonistas, dos perdedores con poco en común, despierta una simpatía incondicional que no es defraudada.

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