El Senado convertido en dictadura

Victorio Martínez Armero

El PP y sus camaradas ultras con mayoría absoluta están actuando desde la Cámara alta como un verdadero régimen inquisitorial contra el resto de grupos políticos y han establecido sus reglas de forma unilateral, dictatorial y autoritaria, advirtiendo y amenazando con llevar al tribunal inquisitorial a quienes no las acepten. Exigen que se cumplan de rodillas y a las órdenes de los inquisidores del grupo de senadores y senadoras del Partido Popular, sin cabeza, sin capacidad de gestión y con muy poca formación política en democracia. Creen estar en otros tiempos pretéritos donde la democracia no existía y piensan que pueden hacer las barbaridades antidemócraticas que practican contra la patria plural española. 

Se nota la mala educación y el incumplimiento de las reglas de cortesía institucional y senatorial como representante del pueblo español desde la mayoría absoluta. El Senado no es propiedad privada del PP ni del renacer del tardofranquismo que han vuelto de la cueva oscura para destrozar España. Niegan el debate de ideas, no tienen proyecto político para las comunidades autónomas y las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla que gobiernan. Los ayuntamientos de derechas están abandonados y destrozando la diversidad, el progreso social y la inclusión establecida por otros gobiernos más progresistas y humanos. 

Los sacristanes y sacristanas del PP que dirigen en esos territorios las políticas negacionistas y recortadoras de derechos junto con las privatizaciones de lo público y el caciquismo para favorecer a las familias de ideología afín a la derecha y ultraderecha. Desgobiernan en las comunidades, destacando por descaro y vergüenza ajena el caso más sangrante, la Comunidad de Madrid. Toda una familia de sangre que coincide con doña Isabel. Se lo han llevado crudo y el novio de la presidenta, cuando le pillaron con las manos en lo ajeno, propuso aceptar dos o tres delitos fiscales que ha cometido contra la hacienda pública por fraude y falsificación de facturas y utilizar empresas pantalla. Nos han robado a todas las españolas y españoles.

El Senado no es propiedad privada del PP ni del renacer del tardofranquismo que han vuelto de la cueva oscura para destrozar España

Tienen un gran problema desde hace años, aunque en los últimos se ha incrementado con el nombramiento del nuevo líder, nombrado a través de una felonía de un grupo de dirigentes del Partido Popular que traicionaron al que doña Isabel señaló con el dedo para quitar a Casado y nombrar a don Alberto. Los dirigentes y las dirigentes viejas del PP y la prensa de derechas tienen más experiencia en gobernar en dictadura y con herramientas del autoritarismo, afín al filofascismo españolista que practican quienes siguen añorando los tiempos negros y el subdesarrollo del fascismo español. 

Establecer en el Senado español el confesionario popular, en forma de comisiones o en forma de tribunales de la inquisición, sin sentido, sin control objetivo y a las órdenes de la jefa y subjefe del PP, es simplemente manipulación y maniobras de distracción del señor Feijóo ante la falta de proyecto político o de un programa de trabajo para España. Las comunidades autónomas y ayuntamientos están abandonados desde que cayeron en las manos de la derecha y los ultras con el pacto de la vergüenza del PP-VOX o Abascal-Feijóo. 

Jefes y jefas de la derecha españolista, la Cámara alta no se merece un régimen de purgas de ideologías ni una pequeña dictadura a las órdenes de don Alberto y menos un confesionario del PP contra la España plural y diversa por culpa de la incapacidad de no saber trabajar el PP. El Senado no se puede privatizar ni alterar su reglamento para dañar España. Es algo mucho más serio esta Cámara de representación territorial que todos los dirigentes de la derecha vociferando contra la nación española.

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Victorio Martínez Armero es socio de infoLibre.

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