Ignacio Ellacuría, teólogo y filósofo de la liberación Juan José Tamayo
Ayuso y la agenda de un fraude
El último virtuosismo de Isabel Díaz Ayuso ha sido levantar la agenda nacional del PP cuando Alberto Núñez Feijóo creía tenerla bajo control. Todo el arsenal de Génova 13 iba dirigido al ‘número 1’ y arrancaron la semana con el carpetazo a la querella por financiación ilegal y Ayuso desautorizando al presidente del PP con el plantón de La Moncloa en las bilaterales con las comunidades. Transmutado el PP en Manos Limpias, el juez Santiago Pedraz archivó la última querella por la consolidada doctrina de no aceptar testimonios anónimos ni recortes de prensa para abrir causas. A la hora del archivo, Ayuso ya había hecho descarrilar la línea del partido y revuelto a los barones populares que, a estas alturas, ya han pasado por La Moncloa y cerrado acuerdos con el Gobierno sin hacer aspavientos.
La agenda madrileña imponiéndose a Génova no acabó ahí. A estas alturas no importa la deslucida comisión del caso Koldo en el Senado porque la imputación de Ábalos ha abierto un socavón por los desmanes del ex número dos del PSOE. Pero el objetivo del PP nunca fue esclarecer los contratos de mascarillas del trío Aldama-Koldo-Ábalos, sino implicar a Pedro Sánchez vía Begoña Gómez. El juez Ismael Moreno y la Audiencia Provincial de Madrid ha dicho en varias resoluciones que Gómez no tiene nada que ver con Víctor Aldama, Air Europa y Globalia, pero al PP le parece más rentable el círculo familiar que el exministro y el ex asesor de Transportes. Feijóo se guardaba la baza de las citaciones como elemento de tensión y presión. De nuevo, Ayuso le adelantó por la derecha y sin aviso previo. Pedro Sánchez no acudirá a la comisión de la Asamblea porque no hay obligación legal. Irá previsiblemente Begoña Gómez. Y al Senado, si acaso, de segundo plato.
Ahora Ayuso defiende una causa que puede llevarse por delante un liderazgo que abandera la defensa de un fraude y una investigación por corrupción
La eficacia de la presidencia de Madrid para hacer sombra a Feijóo ha terminado por hacérsela a ella cuando más se ha expuesto. La agenda de Díaz Ayuso es ahora la agenda de un fraude. La Cadena SER contaba esta semana, analizando la documentación del sumario de Alberto González Amador que investiga dos posibles delitos fiscales y falsedad documental, una ristra de gatos que terminan en las vacaciones de la pareja. Están bajo sospecha todas las facturas que entregó él mismo para aminorar la cuota del fraude inicial que reconoció ante la Fiscalía. Cuantos más gastos metiera para desgravarse, menos pagaría. O esa era su idea. Metió el rólex, la reparación del Porsche Panamera, un saxofón y las toallitas para limpiarlo, desodorante, champú, hilo dental, pelotas de paddle… Y gastos que sí compartió Ayuso, en concreto dos vehículos alquilados para las vacaciones de 11 días en Croacia y Grecia. Para entonces, “ya disfrutaba del pelotazo de los 2,3 millones de euros”, apunta el periodista Miguel Ángel Campos. “Se paga todo de su bolsillo”, asegura la Comunidad de Madrid, a pesar de que la reserva de la sala de autoridades se cargó al erario público. Según el presidente de Gestha, Carlos Cruzado, es una práctica irregular susceptible de infracción administrativa por parte de Hacienda.
Pero este no va a ser el mayor problema de Ayuso, que ha convertido el atril de la presidencia en la portavocía de la defensa de su pareja. Del fraude al fisco por 350.000 euros la jueza ha dado un paso más por delitos más graves. En un auto de 90 páginas, detalla los motivos para investigar a fondo la contraprestación por los contratos con Quirón y los contratos durante la pandemia; la utilización de una sociedad pantalla para cobrar de Quirón y la intermediación por el pelotazo de 2 millones de euros. [Ver aquí el relato detallado publicado por infoLibre este domingo].
El patrón es el mismo. Una relación muy particular con el fisco de lo grande a lo pequeño. De una estructura societaria donde pudo esconder una comisión millonaria al hilo dental para quitarse unos céntimos. Esto ya no va solo de que la presidenta de Madrid en lugar de condenar el fraude de cualquier ciudadano lo defienda. Ahora Ayuso defiende una causa que puede llevarse por delante un liderazgo que abandera la defensa de un fraude y una investigación por corrupción. Y lo utilizará más su partido que la oposición.
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