El debate sobre el 'Caso Bárcenas'
El PSOE se reserva la moción de censura a la espera de un otoño “durísimo” para el PP
No habrá moción de censura a corto plazo. Los dirigentes socialistas han salido de la comparecencia del presidente Mariano Rajoy sobre el caso Bárcenas con “buenas sensaciones” y ahora no quieren apurar el paso. Están convencidos de que han ganado el pulso al presidente, no sólo porque han conseguido forzar su comparecencia sino porque el cuerpo a cuerpo que Rajoy ha planteado contra Rubalcaba ha reforzado su papel como líder de la oposición. “Ha salido razonablemente bien”, señala uno de los dirigentes del PSOE consultados por infoLibre.
“Constituye un balón de oxígeno para Rubalcaba”, precisa otro, buen conocedor de los problemas de liderazgo que en los últimos meses han minado la capacidad de dirección política del secretario general. “Rajoy ha puesto a Rubalcaba en el medio del debate” sin necesidad de haber utilizado todas las armas parlamentarias de que dispone la oposición. Ver a un Rubalcaba “enérgico y rotundo” asumiendo —junto al resto de la oposición— “la voz de la calle” constituye “una inyección de moral” para el partido después de mucho tiempo de tribulación, añade un dirigente poco sospechoso de obediencia ciega al actual secretario general.
El caso abierto en torno a las relaciones del presidente con su extesorero “no está cerrado, ni mucho menos” porque Rajoy “no ha convencido a nadie”. Esa es la lectura que hacen tanto en la sede de Ferraz como en las federaciones territoriales consultadas por este diario. Pero su negativa a dimitir mantiene la situación política “bloqueada” y a la espera de nuevas acontecimientos. Porque en los próximos días todo el mundo da por seguras nuevas revelaciones derivadas de la investigación judicial abierta en torno al extesorero, así como de las declaraciones judiciales que prestarán, en apenas doce días, la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, y dos de sus antecesores en el cargo, Francisco Álvarez-Cascos y Javier Arenas.
Mantener la calma
La opinión general es que la estrategia de la moción de censura le “ha salido bien” a Rubalcaba, pero que ahora se trata de mantener la calma y no actuar “en caliente”. “Hay que medir los tiempos", advierten, en un momento en el que la negativa de Rajoy a dimitir obliga al PSOE a mantener la ruptura de relaciones con el PP decretada por los socialistas tras la difusión de los mensajes SMS en los que el presidente transmitía al extesorero todo su apoyo”.
Y aunque agosto, según fuentes del PSOE, está descartado a los efectos de una moción de censura, la dirección socialista está dispuesta a considerar otras fórmulas con las que mantener viva la presión sobre Rajoy. Una de ellas puede ser la presentación de una moción de reprobación contra el presidente promovida de común acuerdo con el resto de los partidos de la oposición. Una moción impulsada siguiendo el modelo del impeachment anglosajón, no previsto en el ordenamiento jurídico español pero que en países con Estados Unidos sirve para que el Congreso pueda promover la destitución del presidente.
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Ahora mismo, la dirección del PSOE tiene la vista puesta en la reanudación de un curso político que prevé “durísimo”. Los socialistas se muestran “abiertos a todos los escenarios” a partir de septiembre, porque para esas fechas cuentan con que al “cóctel de la corrupción” se sume un recrudecimiento de las consecuencias de la crisis económica, especialmente en materia de desempleo.
Entonces se habrán hecho visibles los problemas de los ayuntamientos, a los que en otoño la reforma local va a poner en una situación muy difícil a la hora de prestar servicios sociales a casi tres millones de personas. Y habrán vuelto las movilizaciones en la enseñanza, uno de los sectores más maltratados por los recortes. Es en ese contexto en el que el PSOE quiere disponer todavía de la carta de la moción de censura, que nadie quiere descartar, especialmente si Rubalcaba es capaz de tejer un amplio consenso para que la respalde una amplia mayoría de partidos.
El PSOE cuenta además con que el calendario juegue a su favor, porque en septiembre celebrará la conferencia política en la que pretende rearmar ideológicamente el partido y sentar las bases de su oferta política tras dos años en los que los socialistas han sido incapaces de mejorar sus expectativas electorales a pesar del desgaste al que, según todas las encuestas, está siendo sometido el PP.