Barómetro del CIS
Wert hace récord como el ministro peor valorado
José Ignacio Wert sigue cavándose su fosa ante la opinión pública. Ya en julio logró una nota extraordinariamente baja, un 1,58 sobre 10. Pero ahora, según el barómetro de octubre del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) publicado este miércoles, su calificación es todavía peor, apenas un 1,46.
El titular de Educación vuelve a ser, sin duda, el ministro con la puntuación más baja de todo el Gobierno de Mariano Rajoy. Su nota, un 1,46, está por debajo de la de otros miembros de Gabinetes anteriores muy castigados por los españoles, caso de Carlos Solchaga o Ángeles González-Sinde. El trabajo de campo del sondeo, realizado entre el 1 y el 9 de octubre, no refleja, obviamente, su último fiasco: su rectificación, ayer martes, por las becas Erasmus.
El único ministro del Ejecutivo que supera el 3 es Miguel Arias Cañete (3,05), responsable de Agricultura, Medio Ambiente y Alimentación, que aun así desciende desde el barómetro de julio (3,25). Tras Cañete, se sitúa, con un 2,88, la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría (2,88). Muy cerca, el titular de Exteriores, José Manuel García-Margallo (2,85). Y ya por debajo, Ana Pastor, Fomento (2,68); Alberto Ruiz-Gallardón (2,53); Jorge Fernández Díaz, Interior (2,48); Luis de Guindos, Economía y José Manuel Soria, Industria (empatados con un 2,46), y Pedro Morenés, Defensa (2,31). En el furgón de cola, los ministros de Empleo (Fátima Báñez, 2,12) y Hacienda (Cristóbal Montoro, 2,09). Por debajo del 2, se colocan la responsable de Sanidad, Ana Mato, y el propio Wert.
La calificación de los ministros no mejora, pero tampoco la del presidente, Mariano Rajoy. Ahora obtiene un 2,42, frente al 2,45 de julio. Un ligero golpe que también recibe Alfredo Pérez Rubalcaba (3,14 en verano, y un 3,13 en octubre). No obstante, la líder política mejor valorada sigue siendo Rosa Díez (4,28, algo más que en el barómetro anterior, 4,12), seguida de Uxue Barkos, portavoz de Geroa Bai (3,96). El siguiente en la lista es el coordinador de IU, Cayo Lara (3,81), que también gana algo de popularidad respecto al último estudio (3,59). El último de la lista es el único diputado de UPN, Carlos Salvador (2,17).
Los dos jefes de filas de los dos grandes partidos siguen suscitando poca ilusión entre los españoles. Rajoy inspira poca o ninguna confianza para el 87,8% de los ciudadanos, y Rubalcaba suscita desconfianza para el 91,3%. Así mismo, los ciudadanos suspenden la labor del Gobierno y oposición: el 69,4% ve mala o muy mala la gestión del Ejecutivo, y el 70,5% opina lo mismo de la del PSOE. Ambos empeoran respecto a julio (68,9% y 68,4% respectivamente).
Cae la inquietud por la corrupción
Paro (77,4%) y los problemas económicos (32,7%) son las inquietudes más citadas por los españoles. Ese binomio ya es en sí mismo una novedad, puesto que la corrupción había escalado al segundo puesto del ranking durante cuatro meses. Ahora, ese problema es mencionado por el 31,3%, un bajón de 5,8 respecto al estudio anterior, de septiembre de 2013, y que se corresponde con el paso a un segundo plano de escándalos como los casos Bárcenas y Nóos. Esa bajada de un peldaño de la corrupción es el principal elemento diferenciador del barómetro de octubre, porque la preocupación por el desempleo se sitúa en un nivel semejante al del mes anterior, y lejos del récord de mayo (82,4%).
La corrupción vuelve a ser el segundo problema que preciben los ciudadanos
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El cuarto quebradero de cabeza para los encuestados es la clase política (28,6%). Le sigue la sanidad, que sigue subiendo, hasta el 13,4%. En cambio, la percepción de la educación como un problema, a dos semanas de la huelga general que todos los sectores hicieron contra Wert y su LOMCE, había descendido ligeramente: del 9,6% de septiembre al 9,1% de octubre. Sí crece con cierta fuerza la inquietud por los conflictos de índole social: del 5,3% al 7,4%.
El barómetro indica asimismo que se mantienen estables las valoraciones sobre el modelo de Estado. En torno a un tercio de los sondeados sigue pensando que el sistema autonómico actual es la mejor forma de organización territorial, y un 21,8% (23,3% en julio) prefiere un Estado centralista.