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Los atentados de París

¿La libertad de expresión debe estar limitada por la religión? Musulmanes y cristianos responden al papa

¿La libertad de expresión debe estar limitada por la religión?

"No se puede provocar, no se puede insultar la fe de los demás. No puede uno burlarse de la fe". Así de contundente se mostró este jueves el papa Francisco refiriéndose a los atentados perpetrados por los hermanos Kouachi en París, en los que fueron asesinados doce trabajadores del semanario satírico Charlie Hebdo. En pleno vuelo, durante el viaje entre Sri Lanka y Filipinas que realizó con motivo de su gira por el continente asiático, el máximo representante de la Iglesia católica añadió, con un tono que difiere del que emplea habitualmente, que la libertad de expresión "tiene un límite" y, con el fin de ejemplificarlo, apostilló entre las risas de los asistentes: "No se puede reaccionar con violencia, pero si el doctor Alberto Gasbarri –organizador de los viajes papales– dice una palabra detestable sobre mi madre, se puede esperar un puñetazo". En este sentido, las palabras del pontífice plantean otra vez una cuestión que parecía definitivamente superada: ¿debe estar sometida la libertad de expresión al dogma religioso?

"No. Las religiones no pueden blindarse ante la crítica, la caricatura o la opinión libre", sentenció en declaraciones a infoLibre el catedrático de Teología de la Universidad Carlos III de Madrid, Juan José Tamayo. El teólogo apuntó que "las religiones, al igual que los políticos, son un fenómeno público" y añadió que "de la misma forma que las propias autoridades religiosas se permiten el lujo de arrojar críticas, también deben asumir que pueden recibirlas".

Respecto a las declaraciones del líder religioso, Tamayo aseguró que "nunca se puede responder a los insultos, incluso de las personas más queridas de nuestro entorno, como pueden ser nuestra madre o nuestro padre familiar, con la violencia, 'a puñetazos'". Además, el teólogo añadió que "el lenguaje utilizado por el papa puede emplearse en el ámbito privado, sin más consecuencia que un desahogo (decirlo, no hacerlo), pero nunca en su calidad de figura pública ni en un espacio público con las cámaras y los medios de comunicación delante, porque incita a la violencia".

En este sentido también se pronunció Manuel Reyes Mate, filósofo especializado en temas religiosos y profesor de investigación en el CSIC. "Tanto la libertad de expresión como la libertad religiosa son derechos que deben convivir, como lo hacen tantos otros en la Constitución Española. Conviven limitándose unos a otros, pero no negándose entre sí", aseguró. "El problema es que el límite de estos derechos debe ser pacífico, que se formule a través de la ley pero que no se establezca a puñetazos", aseguró el pensador en relación con las declaraciones del pontífice, palabras que Reyes Mate consideró "desafortunadas". "La verdad, es una metedura de pata, pero no creo que exprese realmente el pensamiento del papa Francisco", consideró el investigador.

Reyes Mate añadió que "naturalmente que la libertad de expresión tiene unos límites: la injuria, por ejemplo. Hay límites establecidos a través de la palabra, aunque esa palabra tome forma de ley", y añadió que "si bien esta libertad no puede amparar ofensas, la crítica no es algo ofensivo". "En una democracia, Charlie Hebdo no tiene que pensar que haya que respetar más a la religión que a la clase política, por ejemplo, a la hora de construir una crítica. Ambas merecen la misma crítica, pero también el mismo respeto". 

Por su parte, Mohamed Halhoul, portavoz del Consejo Islámico de Cataluña, coincidió con Reyes Mate en la necesidad de "convivir ambos derechos" buscando "puntos de encuentro" en los cuales "todos nos sintamos cómodos". "Lo que está en juego es la convivencia de la sociedad", sentenció Halhoul.

En esta búsqueda de puntos de encuentro, el portavoz de la comunidad musulmana en Cataluña aseguró que "es necesario el trabajo de juristas, filósofos, teólogos o religiosos" para lograr determinar ciertos límites "en el caso de que sean necesarios". "Es completamente imprescindible que se establezca ese debate entre libertad de expresión y libertad religiosa", añadió Halhoul.

Para Tamayo, una de las soluciones ante este conflicto pasaría por la autolimitación de la libertad de expresión. El teólogo aseguró a infoLibre que "esta libertad no tiene que limitarse por el respeto a las religiones, sino que debe autolimitarse cuando las consecuencias que puedan generar determinados tipos de manifestaciones o caricaturas puedan desembocar en un conflicto de consecuencias funestas". "Cuando yo escribo un artículo lo reviso y medito varias veces con el fin de matizarlo y ser lo más riguroso posible. Pero determinados temas, situaciones o fenómenos pueden desembocar en una situación no querida. Por eso, esta autolimitación es responsabilidad de los profesionales de la pluma", sentenció.

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Halhoul, por su parte, apuntó que "la diversidad de pensamiento es algo válido y que hay que respetar en la sociedad democrática en la que vivimos". Además, el portavoz del Consejo Islámico de Cataluña afirmó que "se puede discrepar, pero nunca atacar a una persona por pensar diferente". "El terrorismo asesina y blasfema porque la otra parte no comparte sus ideas. Hay que respetarse mutuamente sin caer en las trampas que nos tiende el terror", concluyó.

"Ni los dioses, ni las religiones, ni sus representantes pueden estar protegidos de la crítica, la denuncia o la protesta", aseguró Tamayo. En la misma línea se pronunció Reyes Mate cuando afirmó que "las religiones son criticables, pero siempre que no supongan una ofensa". "Personalmente, las caricaturas de Mahoma no me pareciereron que sobrepasasen los límites de la ofensa", apuntó el investigador del CSIC.

En definitiva, Reyes Mate redujo el problema planteado a dos variables. "Hay dos puntos a descacar: en primer lugar, el abuso de la libertad de expresión no debe resolverse con la violencia; y en segundo lugar, la religión no debe ser más sagrada para quien ejerce la libertad de expresión que otros aspectos como, por ejemplo, la clase política. Merecen la misma crítica y el mismo respeto".

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