LA PORTADA DE MAÑANA
Ver
Gan Pampols, el militar apolítico que iba a salvar Valencia: sin plan, estructura ni casi agenda

Elecciones 20-D

Podemos apela a la “remontada” en una campaña con rostro amable y duras críticas al PSOE

Podemos apela a la “remontada” en una campaña con rostro amable y duras críticas al PSOE

Remontada, pero con una sonrisa. Esos son los dos conceptos con los que Podemos y sus principales dirigentes han tratado de convencer en esta campaña al altísimo número de indecisos que aún no saben a qué opción votar el 20 de diciembre. Muchos de ellos, hasta un 7,7%, se debaten entre el partido de Pablo Iglesias y el PSOE, y por ello los socialistas y en especial su líder, Pedro Sánchez, se han convertido en las dianas principales de los ataques de Podemos en sus discursos e intervenciones.

Podemos ha experimentado un vertiginoso ascenso en las encuestas desde hace unas semanas. Tras meses de caída en los sondeos, el partido de Iglesias ha pasado de ser considerado como la cuarta fuerza a superar a Ciudadanos y disputarle el segundo puesto al PSOE. Y eso se ha reflejado en sus tácticas de campaña, ya que los partidos emergentes no han sido especialmente duros el uno con el otro y se han dedicado a atizar a los socialistas, los más perjudicados por su avance.

"Tengo la impresión de que en tu partido mandas poco", le espetó Iglesias a Sánchez en el debate a cuatro que se celebró en Atresmedia. La intención de pescar en el caladero de votos del PSOE ha sido clara durante la campaña, y uno de los mensajes más repetidos por el líder de Podemos en este sentido ha tenido como objetivo apelar a estos votantes socialistas clásicos: "El voto útil es el voto morado", porque "si el PSOE está por encima de Podemos, preferiría ponerse de acuerdo con Ciudadanos o con el PP", ha argumentado Iglesias.

La estrategia parece haber funcionado durante la campaña. Los sondeos de la última semana apuntan a un ascenso de la formación en detrimento del PSOE, y Podemos se ha encargado de potenciar esa sensación a través de uno de los conceptos más repetidos durante sus mítines: el de la "remontada". El propio Iglesias y su número dos, Íñigo Errejón, comenzaron a hablar de un repunte del partido a principios de noviembre y el mensaje no ha hecho más que acentuarse.

"Se respira clima de remontada", aseguraba Iglesias nada más conocer el barómetro preelectoral del CIS, en una valoración en la que hizo hincapié en lo que ha sido otro de los grandes objetivos de campaña de Podemos: tratar de movilizar a sus bases contra unas encuestas que, hasta hace unas semanas, eran negativas. "Lo cierto es que si fuera por las encuestas, no tendríamos a Manuela [Carmena] como alcaldesa de Madrid, a Kichi [José María González] como alcalde de Cádiz, tampoco a Xulio [Ferreiro] en A Coruña ni a Pedro [Santisteve] en Zaragoza", ha repetido en decenas de ocasiones el líder de la formación.

Mostrar un rostro más amable

Esta llamada al voto ha venido acompañada de una apelación a la "sonrisa". Frente al reto que lanzó a finales de 2014 Iglesias, cuando aseguró que "el cielo no se toma por consenso, se toma por asalto", la campaña ha servido a Podemos para tratar de moderar su imagen ante el electorado: el propio Iglesias matizó en noviembre que "en una democracia los asaltos se hacen llamando al timbre". En esta línea, el objetivo de ganar las elecciones, no ha variado, pero frente al "luchar" de 2014, la arenga en esta campaña ha sido la de "llenar de sonrisas las urnas".

"El cambio político va a tener tono, va a tener estilo, va a tener actitud de mujer, un tono que escuche, un tono que no grite y que tenga al mismo tiempo esa firmeza de las madres cuando defienden a sus hijos", sostuvo Iglesias el pasado miércoles en Galicia, donde aseguró que "no es el momento de los gritos", ni de "ponerse nervioso". "Hay un montón de gente que está en su casa, harta de ver gritos, harta de ver más de lo mismo, y que seguramente el domingo van a llegar a su colegio electoral, y sin que nadie se dé cuenta van a coger la papeleta del cambio, la van a depositar y van a salir discretamente", vaticinó el candidato.

Corrupción y "garantías constitucionales"

La corrupción ha sido otra de las claves de bóveda del discurso de Podemos en campaña, y el mejor ejemplo de ello es el minuto final de Iglesias en el debate a cuatro de Atresmedia. En esa alocución, el líder de Podemos llamó a no olvidar los casos que han afectado a PP y PSOE durante los últimos años: "No olviden Púnica, no olviden Gürtel, no olviden 'Luis, sé fuerte', no olviden los ERE de Andalucía, no olviden la estafa de las preferentes", pidió Iglesias, que un mitin en Las Palmas de Gran Canaria aseguró que la corrupción "forma parte de las entrañas de la forma de gobernar" del PP.

Iglesias ha representado la indignación de Podemos contra este problema. El contrapunto lo ha puesto durante la campaña el abogado David Bravo, número uno de la lista al Congreso por la provincia de Almería, que ha realizado varios mítines con críticas a la corrupción en clave humorística que se han hecho virales en la red. "Los ladrones que me roban para que mi economía crezca para abajo no son ladrones, sino que son cleptómanos que se enriquecieron por un golpe de suerte", satirizaba Bravo hace unos días.

Precisamente la corrupción es uno de los problemas que busca atajar Podemos con sus "cinco garantías constitucionales", las propuestas de reforma de la Carta Magna incluidas en el programa de la formación morada que ésta ha tratado de introducir en la campaña. En este sentido, Iglesias ha aprovechado tanto los debates como los mítines y las intervenciones televisivas para proponer una reforma de la ley electoral que consagre el principio de "una persona, un voto", así como la prohibición de las llamadas "puertas giratorias", el fomento de la independencia del poder judicial, la protección de los derechos sociales como derechos fundamentales y la inclusión del derecho de autodeterminación en la Constitución.

Los fichajes, Colau y Owen Jones, el escaparate

Sin embargo, más allá de las propuestas, lo que más visibilidad ha dado a Podemos durante los últimos días de campaña ha sido la notoriedad mediática de sus apoyos. Ya en la precampaña, el partido utilizó los fichajes de personajes como el ex JEMAD Julio Rodríguez o la jueza Victoria Rosell para ofrecer una imagen de solvencia, y en los últimos mítines los Iglesias, Errejón o Irene Montero se han rodeado de figuras carismáticas como la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau –cuyo partido, Barcelona en Comú, está presente en la coalición En Comú Podem, en la que también se encuentra Podemos–, o el escritor y activista británico Owen Jones.

En este sentido, el mitin central de la formación se celebró el pasado domingo en Madrid y contó con la participación de Colau, que hizo hincapié en la concepción plurinacional del Estado que plantea Podemos. “Hace años que me siento en casa cuando vengo a Madrid, porque vengo al Madrid de la gente, del no pasarán, al Madrid valiente, al Madrid digno. Ese Madrid es también nuestro Madrid, de los catalanes y catalanas, desde el 24 de mayo”, aseguró la alcaldesa de Barcelona, que pidió "recuperar" la ciudad porque "hace mucho que dejó de representar a los catalanes, gallegos, vascos, valencianos y andaluces”.

Rajoy pide el voto para evitar un gobierno PSOE-Podemos

Rajoy pide el voto para evitar un gobierno PSOE-Podemos

Pero no sólo la capital ha sido escenario de mitines de Podemos. La formación ha querido también desplazarse a otras ciudades icónicas como Cádiz –lugar de aprobación de la Constitución de 1812, La Pepa–, donde se celebró el primer acto para encarar lo que la formación define como una "nueva transición" que debe servir para decir "gracias 1978, hola 2016". "Estamos orgullosos de que en esta ciudad se diera significado a la palabra soberanía, parlamento, independencia", aseguró allí Iglesias, que ha pasado de querer abrir el "candado" de 1978 a loar los avances que se han producido desde la aprobación de la Carta Magna.

Sin embargo, y pese a que incluso Iglesias se ha anudado una poco habitual corbata para plantear su proyecto de reforma constitucional, el partido no ha querido perder en campaña el aura de herederos del 15-M que cultivan desde su aparición en 2014. "Sonrían. Sonrían al 15-M, sonrían a las plazas, sonrían a los vecinos que paraban desahucios, sonrían a Ada Colau, sonrían a los autónomos y pequeños empresarios, sonrían a los que se levantan a las seis de la mañana para trabajar, y a los que se levantan a las seis de la mañana y no tienen donde ir a trabajar, sonrían a las madres con jornadas de 15 horas, sonrían a los abuelos que se parten la espalda para estirar su pensión".

"Sonrían. Sonrían, que sí se puede", pedía Pablo Iglesias en Atresmedia. Será este domingo cuando los ciudadanos respondan.

Más sobre este tema
stats