La CDU, en crisis tras la salida por sorpresa de su presidenta

El ciclo de crisis en los partidos del Gobierno alemán continúa. En 2018, el partido conservador (CDU) se rompía antes de resolver la sucesión de Angela Merkel. En 2019, le tocaba a los socialdemócratas celebrar un referéndum interno inédito para lograr dotarse de una nueva dirección bicéfala. En 2020, este “ciclo de crisis” se reactivaba el pasado lunes 10 por la mañana, con el sorpresivo anuncio de la dimisión de Annegret Kramp-Karrenbauer, presidenta de la CDU y sucesora de Merkel.

La onda expansiva ocasionada la semana pasada por la alianza indirecta y efímera de políticos regionales, conservadores (CDU) y liberales (FDP), con el partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD) en Turingia, alcanzaba al nivel nacional de la política alemana. Este episodio ponía de relieve, una vez más, que Annegret Kramp-Karrenbauer no lidera su partido.

Las elecciones regionales de Turingia del 27 de octubre de 2019, por resumirlo de forma concisa, no permitieron formar un panorama político con una clara mayoría. El ministro-presidente saliente (izquierda radical) Bodo Ramelow, valorado por el 71% de los habitantes del Land, creía que podía construir una coalición minoritaria de izquierdas, tolerada por los partidos de la derecha clásica. Pero contra todo pronóstico, estos últimos prefirieron dejar caer a Ramelow presentando, en la tercera vuelta de las elecciones, un candidato liberal sorpresa y contando con los votos de los diputados de extrema derecha, que se alegraron de esta alianza sin precedentes.

Al hacerlo, rompieron un tabú básico, a saber, la negativa de los partidos tradicionales desde 1945 a contar con la extrema derecha. Además, los representantes electos conservadores regionales obviaron claramente las instrucciones generales dadas por el partido de Angela Merkel, que ha prohibido cualquier cooperación directa o indirecta con AfD.

Más grave aún, cuando Kramp-Karrenbauer viajó a Erfurt para obligar a su federación regional a celebrar nuevas elecciones, ésta se negó rotundamente. Y lo que es peor, no fue hasta que Angela Merkel regresó de Sudáfrica el sábado pasado cuando la dirección nacional de la CDU finalmente se distanció claramente de esta “acción” regional “inexcusable” y se tomaron las primeras medidas disciplinarias.

“Ha sido la gota que ha colmado el vaso que la ha llevado a dimitir, pero era cuestión de tiempo porque desde que fue elegida, por la mínima, para liderar el partido, ha cometido muchos errores y nunca ha conseguido imponerse”, opina Johannes Hillje, asesor de comunicación política. Su reacción amenazadora contra YouTube y las redes sociales después de que su partido fuese criticado en un vídeo con 12 millones de visualizaciones, realizado por Rezzo, un youTuber conocido en Alemania, no ha gustado ni lo más mínimo a los jóvenes militantes ni a los electores.

Como ministra de Defensa, cargo que ocupa desde el verano de 2019 y que no dejará, también ha propuesto unilateralmente, sin advertir a sus socios de Gobierno, la creación de una zona tampón bajo control internacional en el norte de Siria, a pesar de que hace tiempo que Trump anunció la retirada de Estados Unidos de la zona y Putin y Erdogan ya estaban en el proceso de poner la zona bajo control.

Su principal problema, sin embargo, es interno. “AKK nunca ha logrado resolver la crisis de orientación que divide al partido. O bien la CDU opta por mantener su orientación liberal, prohíbe completamente cualquier cooperación con la AfD y soporta las consecuencias, como la salida de un determinado número de votantes y cargos electos, o el partido decide volver a los valores conservadores más tradicionales compitiendo con la AfD. En esta cuestión, AKK no ha sabido decidirse”, dice el politólogo Werner Patzelt, miembro de la CDU sajona y de la WerteUnion, el ala más conservadora de la CDU.

El análisis de Hillje, aunque de diferente sensibilidad política, va en la misma línea: “Kramp-Karrenbauer muy bien podría haber colocado a su partido en posiciones más conservadoras sin pactar con AfD. Pero nunca ha sido capaz de dibujar una línea roja programática entre su partido y la extrema derecha. También habría tenido que abrir un debate interno sobre el tema”, añade Hillje.

En su descargo, cabe decir que “AKK” nunca ha tenido las cosas fáciles. Angela Merkel, que pasó a un segundo plano, pero que sigue controlando el juego político, la señaló como su delfina. Además, la presidente de la CDU, puesto en el que no se impuso de forma rotunda (51,75% de los votos, frente al 48,25% de Friedrich Merz), no fue designada inmediatamente candidata de la CDU a las próximas elecciones. Esto permitió a sus oponentes, incluido Friedrich Merz, mantener un nocivo y permanente debate sobre el perfil del “buen candidato conservador”.

El lunes, Annegret Kramp-Karrenbauer dijo que permanecería en el cargo hasta que el partido encuentre un candidato que sea a la vez candidato a la sucesión de Merkel y líder del partido. Hay tres sucesores obvios. El presidente del estado de Renania del Norte-Westfalia, Armin Laschet, fiel a la línea de Merkel y que ya ha gobernado en su región con los ecologistas.

Al igual que en 2018, también aspira al puesto el actual ministro de Sanidad Jens Spahn, un buen orador y estratega, que se inspira mucho en el joven canciller austriaco Sebastian Kurz. Por último, Friedrich Merz, que sin duda arrastra su perfil de multimillonario y, a partir de este fin de semana, ex jefe de la filial alemana del fondo de inversión BlackRock, pero que es muy popular entre los círculos empresariales y el electorado masculino conservador.

“AKK habló de dejarlo en verano. Esto significa que se plantea una resolución de la crisis antes o cuando Alemania asuma la Presidencia rotatoria de la UE durante seis meses. Lo que también me hace pensar que no habrá elecciones anticipadas en Alemania. Por un lado, porque el SPD y el CDU no están en absoluto preparados para ir a las urnas, y por otro lado, porque al término de la Presidencia de turno alemana estaremos en enero de 2021, a sólo nueve meses de la fecha oficial de las próximas elecciones parlamentarias”, concluye Johannes Hillje.

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Traducción: Mariola Moreno

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