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Crisis del coronavirus

La pandemia tritura el optimismo oficial en Andalucía: se multiplican por 11 los hospitalizados con el virus "bajo control"

Juan Manuel Moreno, presidente de la Junta de Andalucía (PP), este martes en el Parlamento, durante el debate sobre el estado de la comunidad.

El 13 de agosto, el consejero de Presidencia de la Junta de Andalucía y portavoz del Gobierno, Elías Bendodo (PP), solemnizó que la pandemia estaba “bajo control”. Jesús Aguirre, consejero de Salud y Familias (PP), afirmó el 2 de septiembre que la “segunda ola” del covid-19 iba a una “velocidad totalmente diferente" a la anterior y que confiaba en que llegase un “periodo de estabilización de aquí a poco tiempo”, con la curva con “una parte de caída". Bendodo añadía el 8 de septiembre que era “de sentido común” que los contagios bajasen una vez pasado el agosto turístico. De nuevo Aguirre, el 28 de septiembre, ya no hacía pronóstico, sino afirmación presente: "Podemos estar en una fase de estabilización". Finalmente, el vicepresidente, Juan Marín (Ciudadanos), decía 8 de octubre que estábamos en la “curva de descenso de la segunda ola”. Hasta aquí, las palabras. Los datos desmienten estas palabras oficiales y pulverizan el discurso del Gobierno andaluz del presidente Juan Manuel Moreno (PP) y su vicepresidente Marín (Cs).

Vayamos a esos días en que los miembros del Ejecutivo hacían su diagnóstico optimista:

–13 de agosto, con la situación “bajo control”: 422 contagios detectados. En los hospitales había 133 pacientes con covid-19, 26 de ellos en UCI.

–2 de septiembre, a las puertas de la “estabilización”: 884 contagios, 522 hospitalizados, 70 de ellos en UCI.

–8 de septiembre, cuando era “de sentido común” que todo bajara: 1.043 contagios, 750 hospitalizados, 117 de ellos en UCI.

–28 de septiembre, ya “en fase de estabilización”: 846 contagios. 1.065 hospitalizados, 153 de ellos en UCI.

–8 de octubre, en “curva de descenso”: 1.910 contagios, 1.028 hospitalizados, 139 de ellos en UCI.

Y ahora, los datos de este martes 20 de octubre: 2.412 casos detectados y 1.506 pacientes hospitalizados, de ellos 193 en la UCI. Esto supone una subida del 471% en contagios y de más de un 1.000% en hospitalizados desde que la pandemia estaba “bajo control”, el 13 de agosto, cuando se registraron 133 pacientes. La cifra se ha multiplicado por 11,3. 

Los pronósticos del Gobierno andaluz han quedado totalmente pulverizados.

Presión hospitalaria

El deterioro más significativo de la situación se da en la presión hospitalaria. La Junta de Andalucía, dentro de su discurso optimista, ha venido admitiendo que los contagios podían subir, dado que las pruebas diagnósticas iban a más. El 29 de septiembre, el consejero Aguirre ya advirtió que el número de contagios se iba a disparar porque la Junta iba a comenzar a hacer test rápidos masivamente. Andalucía era entonces la comunidad que menos PCR hacía, 111,9 por cada 1.000 habitantes. Según el Gobierno andaluz, el indicador que había que mirar eran los ingresos hospitalarios. ¿Qué vemos ahí?

Se observa cómo sube con fuerza. El 4 de octubre había 998 hospitalizados, 156 en UCI. ¿Cuántos hay con datos de este martes? 1.506 hospitalizados, 193 en la UCI, según datos de la Consejería de Salud y Familias. Es el máximo de la segunda ola. Según el Ministerio de Sanidad, el número de hospitalizados es aún mayor: 1.704.

Quedándonos con los datos de la Junta, en una quincena los pacientes con covid-19 hospitalizados han subido en 508, un 50,9%. Quizás el más inexplicable de los posicionamientos del Gobierno andaluz es el de Marín sobre la “curva de descenso”. Porque se produjo dentro de lo que ya era una quincena negra, donde ya era evidente el empeoramiento de la situación general, con especial impacto en las residencias de mayores. Era 8 de octubre el día en que Marín veía la curva hacia abajo, cuando ya hubo 1.910 contagios, con 1.028 hospitalizados y 139 de ellos en UCI.

Andalucía es la segunda comunidad en la que más pacientes han ingresado en los hospitales en los últimos siete días, un total de 615, sólo por detrás de Castilla y León, 628. Y bastante por delante de Madrid, 530.

Un martes nefasto

Este martes ha sido un día nefasto. El lunes hubo 1.695 casos detectados. El martes fueron 2.412, lo que supone una subida de un 42,3%.

Los hospitalizados han subido en un día de 1.398 a 1.506 –más de 100, un 7,72%–, y en UCI de 139 a 193 –un 38,84%–, con datos de la Junta de Andalucía. Sólo en un día.

La cifra de muertos en 24 horas ha sido de 42, récord de la segunda ola, según datos extraídos por Europa Press de las bases del Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA).

Andalucía aún está relativamente lejos de su día de mayor presión hospitalaria, el 30 de marzo, con 2.708 ingresados, 438 en UCI. Pero el ritmo de ascenso es fuerte. Recordemos: 508 ingresados más desde el 4 de octubre, de 998 a 1.506. Ahora la pregunta es: ¿hay margen para no acabar como en marzo?

Incidencia acumulada desbocada

Quedan lejos los días del oasis andaluz. El 22 de junio, día en que finalizó el estado de alarma, hubo nueve casos detectados. Los días felices. Había en los hospitales 44 ingresados por covid-19, 9 de ellos en UCI. La incidencia acumulada en los 14 días anteriores era de 1,13. El tiempo ha transcurrido. Para mal.

Hoy Andalucía, la comunidad más poblada de España con más de 8,4 millones de habitantes, va camino de convertirse en un gran problema para la gestión del covid-19 en España. La incidencia acumulada en los últimos 14 días, según los datos del Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía, asciende a 294,2.

Hay ya cuatro provincias por encima de 300:

Granada: 640,4 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días. Esto en una provincia con casi 915.000 habitantes.

– Jaén: 474.

– Sevilla: 351,2.

– Córdoba: 339,8.

Estas cuatro provincias suman más de 4,2 millones de habitantes. Las cuatro están ya peor que el conjunto de España, con datos del Ministerio de Sanidad de este martes.

Sevilla capital, la ciudad más poblada de Andalucía, tiene una incidencia acumulada en 14 días de 340,3. La situación de Granada, la ciudad de la Alhambra, es mucho peor: 906,8. Jaén capital está en 466,4. Córdoba capital, en 386,6.

Es curioso: las provincias que datos más alarmantes presentaban a finales de agosto, Málaga y Almería, están ahora en incidencias acumuladas en torno a 160, sólo peor que Cádiz (141,7) y Huelva (147).

El empeoramiento de la incidencia acumulada es también drástico si se observa la serie del Ministerio de Sanidad. En sólo una quincena ha pasado de 158,79 a 284,91, es decir, ha crecido un 79,42%. Y ello a pesar de que Andalucía sigue por debajo de la media en pruebas diagnósticas (148,2 frente a 187 en el conjunto de España). En cambio, en positividad está en un 18%, cinco puntos por encima del resultado de todo el país.

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Debate

El empeoramiento de los datos complicó a Juan Manuel Moreno el debate sobre el estado de la Comunidad Autónoma de Andalucía, que comenzó este martes. Es una cita análoga al debate sobre el estado de la nación en el Congreso. Un debate político a fondo. Y estuvo, claro, marcado por el covid-19. Moreno, que a pesar de gobernar gracias a Vox mantiene un perfil templado y repite sin cesar las palabras “moderación, diálogo y acuerdo”, apeló a la unidad del Parlamento para que todos los grupos demanden para Andalucía 23.000 de los 72.000 millones que está previsto que lleguen de la Unión Europea a fondo perdido para España. Traía el presidente bajo el brazo, además, un anuncio con potencial mediático: una primera partida en los presupuestos –que aún no están aprobados– para demoler el hotel El Algarrobico, en la costa de Almería, un ejemplo emblemático de desafuero urbanístico.

Moreno, en su intervención de apertura, admitió: “Nos enfrentamos a una durísima crisis sanitaria, económica y social. Las provincias de Granada, Sevilla y Jaén están en riesgo elevado”. Pero no entró a fondo en la situación sanitaria. En el intercambio con Susana Díaz, líder del PSOE, la preocupante evolución de la pandemia ganó protagonismo. “Estamos sobrepasados en atención primaria”, admitió Moreno, que culpó a su interlocutora. “¿Usted se cree que se cambia la sanidad en un año y diez meses?”. Moreno acabó anunciando que el viernes tendrá lugar una “reunión de balance”. Y el presidente se puso serio: “Espero, deseo y quiero que los datos no empeoren, porque si los datos empeoran, vamos a tener que tomar medidas drásticas. Decisiones difíciles y duras, pero necesarias”. Vienen curvas en Andalucía.

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